¿ Casualidad ?

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2016

¿Fue casualidad que después de la cena con sus abuelos Noe y Axel se volvieran a encontrar ?¿Fue casualidad que Axel volviera justo cuando ella había rehecho su vida ? ¿ Fue casualidad que Jorge estuviese en Madrid aquel fin de semana? ¿ O fue todo aquello la casualidad de un destino inevitable?

Era principios de junio pero no hacía un tiempo envidiable, Axel lo recordaba mejor, estaba sentado en la terraza bajo una sombrilla y refrescaba un poco. Desde donde estaba podía ver casi todo el pueblo y oír las conversaciones de todos los que pasaban por su lado, como la que mantenían Noe y su abuela.

- Abuelita, que ya soy mayor y le he prometido a Ainhoa que iría a su cumpleaños.

- Me da igual lo que le hayas prometido a nadie. Vas a recorrer tú sola, con la moto, por la noche, veinte kilómetros, ¡venga hombre!

- Que no es tanto, si es: ir, saludar y volver.

- Pues para eso no hace falta que vayas.

En ese momento Axel que estaba sentado de espaldas se giró y ellas que pasaban por su lado se detuvieron a saludar.

- ¡Axel !- dijo eufórica Marta.

- Hola. - sonrió Noe.

- Marta, he estado escuchando vuestra conversación, y lo siento si me estoy metiendo donde no me llaman, pero yo podría acercar a Noe a la fiesta y traerla.

- Eso sería fantástico, claro que no puedo pedirte que hagas algo así. - argumentó Marta.

- Si de verdad que no es necesario Axel.- espetó Noe.

- Pero quiero hacerlo. Hace mucho tiempo que no nos vemos y no tengo nada mejor que hacer.

- Preferiría que no. Abuelita no te agobies, llamaré a Ainhoa y le explicaré que ha Jorge le ha surgido algo en Madrid y que no puede llevarme. Lo entenderá.

- Pero a ti te hacía ilusión. - dijo ella.

- No creas, lo estaba exagerando un poco. -añadió Noe. 

- Mira que eres estúpida eh. ¿ Qué más te da que te acerque ?-insistió Axel

- A mí no me llames estúpida, que ya no soy una niña a la que puedas manipular a tu antojo.

- Manipular ¿yo ? Pero si la que iba de buena y conseguía todo lo que quería poniendo ojitos eras tú.

- Mira dejemos el tema, te agradezco el ofrecimiento pero estoy bien.

- Estate preparada a las ocho. Y que sepas que no lo hago por ti, si no por tu abuela Marta. - le dijo esto último al oído, pues no tenía intención de enojar a la amable mujer que se había ocupado de él, cuando a nadie le importaba ya lo que hiciese o dejase de hacer.

Como un reloj ambos se plantaron en la puerta de Noe a las ocho. Ella estaba preciosa, se había hecho bucles en el pelo con las tenacillas y llevaba un vestido ajustado negro que realzaba el color de su pelo. Axel pensó que tal vez era un poco corto y que aquellos tacones eran demasiado altos. No quiso decirlo, pero con todo aquello parecía que estuviese intentando ser alguien que no era.

Axel no se había arreglado, llevaba una camiseta de los Lakers y la gorra del revés, pero aún así sin esforzarse lo más mínimo, resultaba tremendamente atractivo.

-¿ Y esto ? - dijo Noe arrebatándole la gorra.

- No me ha dado tiempo a cambiarme.

- ¿ De dónde vienes ?

-Eso no es asunto tuyo.

Noe sonrió débilmente y se sintió tonta por haber echado de menos sus comentarios hirientes.

- ¿ Dónde vamos ?

- Yo te voy indicando. - dijo Noe ilusionada ante la idea de tener el control por una vez.

-No, me dices dónde vamos y si necesito ayuda te pregunto, que conociéndote a saber donde acabamos.

Noe hizo caso omiso de eso último y cedió :

- Embún.

- ¿ Donde coño está eso ?

- Yo te guío. - dijo Noe muy satisfecha de sí misma. - Derecha.

- ¿Estás segura?

-Sí . -

- ¿Y ahora?

- Izquierda.

-¿Y ahora?

- No lo sé.

Sin saber muy bien cómo, habían acabado en la entrada de una finca y no tenían muy claro cómo seguir.

- Si es que yo no sé por qué te hago caso.

- Axel, por favor no te enfades.

- Estamos en medio de la nada, sin cobertura y con la gasolina en reserva, estoy enfadado conmigo mismo por haberte hecho caso. Debería haber mirado en google antes de salir de casa cómo llegar y ya está.

Noe estaba temblando con aquel vestido porque aunque era verano, allí arriba las temperaturas bajaban muchísimo al caer el sol, sin embargo no se atrevió a abrir la boca para quejarse o a meterse dentro del coche.

Axel se dio cuenta al instante de lo que le ocurría y abrió el maletero para sacar una manta y se la lanzó, mientras mascullaba una serie interminable de insultos contra él, contra ella y contra toda la humanidad.

Noe estaba tranquila porque estaba con él, y él le daba esa clase de seguridad, incluso cuando eran solo unos niños. Al verlo allí, apoyando las palmas en la puerta del bmw de su padre con su camiseta de los Lakers y su gorra morada, descubrió porque toleraba que fuese tan duro con ella, después de cada sentencia, crítica o burla, siempre venía una manta, un consuelo, una palabra, una sonrisa. Algo que era solo suyo y que Axel no regalaba a nadie más. Y ella quiso devolverle un pedacito de aquel sentimiento abrazándolo por la espalda con la manta, abrigándolo esa noche fría de verano, recordándole porqué la quería tanto. Entonces él suspiró y dijo :

- Noe.

- Axel.- repitió ella.

Él se dio la vuelta quedándose frente a ella, mirándola a los ojos, casi rozando su nariz y le dijo.

- No dejes que te trate así, te mereces mucho más.

Ella agachó la cabeza.

- Ya estoy acostumbrada. - sonrió Noe.

- No lo hagas, no te acostumbres.

- Total solo tengo que aguantarte unos meses cada cinco años. - y rio amargamente.

- Lo siento Noe.

- ¿ Qué ?

- Nunca te lo he dicho, pero me porté mal contigo, todo el mundo lo sabe y quiero que sepas que me arrepiento.

- Sólo éramos unos críos, hacíamos y decíamos estupideces constantemente.

- Lo nuestro no fue cosa de críos Noe, y no creo que volvamos a sentirnos igual nunca.

- Yo tampoco.

Una lágrima rodó por la mejilla de Noe y sonó un pitido.

- Creo que ya tenemos cobertura. - dijo ella soltando una risita incómoda.

Pero él hizo caso omiso a lo que ella le había dicho, la tomó por la cintura y le besó los labios de la forma más suave, sencilla y dulce qué pueda existir. Y ella se preguntó cómo era posible que alguien tan rudo como él, fuera capaz de expresar tanta ternura.

Les costó vario segundos volver a la realidad, pero cuando lo hicieron todo vino de golpe, los sentimientos encontrados, lo que nunca se dijeron, el frío, su relación, Jorge, la fiesta, la cobertura, el coche, Noe, Axel, todo estalló en su cabeza.

Noe contestó la llamada de su abuela que le indicó como salir de allí. Axel condujo en silencio el resto del camino y ambos dudaron durante mucho rato si aquello había sucedido realmente.

Entre tú y yo: el fútbolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora