Capítulo 24

18 0 0
                                    


Y como buena personita, me acompañó al mall sin hacer ninguna pregunta inapropiada. Fuimos al mall, prácticamente corriendo, porque no nos podíamos demorar mucho.

Fuimos a algunas tiendas y no sabía que escoger, pero Belén, que ya había tenido citas y cosas así, me ayudo un poco con la vestimenta. Encontré una tenida que era media sencillita, pero muy elegante.

No había tiempo que perder, así que compré y me fui enseguida a la casa. Me bañé y me pinté con una sombra media doradita pero que ni pareciera que andaba ahí con un foco en los ojos. Belén me miraba asombrada...

Belén: este chico debe importarte mucho ¿no?

Liz: ¡qué dices! Sólo es un conocido que está empezando a ser mi amigo y... mi profesor de natación

Belén: ¿no voy a una clase y ya casi tienes hijos?

Liz: -riendo – estás loca, pero enserio no pasa nada.

Belén: quiero que me informes de todo ¿sí?

Liz: obvio amiga

Belén: oye... ¿has visto a Pablo? El otro día lo vi molesto contigo

Liz: está un poco molesto por las cosas buenas que ha hecho Rin...

Belén: ¡está celoso! –riendo –

¿Celoso? No creo... Pablo siempre será mi amigo... ¿acaso enserio le gustaba? Y entre unas risas Belén me dijo que tenía que irse, así me daba tiempo de arreglarme.

Y me arreglé, me tomé el cabello en una cola alta y me vestí. Ya faltaban 20 minutos aproximadamente para que llegara Jaime, me retoqué el labial y bajé con mis cosas

Mamá: ¡ESTÁS PRECIOSA! – Más que feliz -

Liz: gracias mami

Mamá: -dándome un abrazo – ¡no sé en qué momento creciste tanto! – emocionada-

Liz: mamá que pasa, sigo siendo yo

Mamá: nunca te arreglas para salir... ¡OH! ¿Estás saliendo con algún chico?

Liz: mamá, créeme que cuando me guste alguien y de verdad me vuelva loca, te lo diré, por ahora, sólo tengo amigos...

Mamá: bueno... sea lo que sea, te tiene feliz y eso me encanta

Y tocaron la bocina ¡ERA JAIME! Y me vino a buscar.

Liz: prometo no llegar muy tarde, mañana hay colegio así que tranquila.

Y me fui. No pensé que Rin estaría ahí esperándome a que saliera de la casa. WOW. Estaba bello, muy bello. Traía unos pantalones café, una polera blanca de piqué y una chaqueta de cuero.

Y a penas me vio, sus ojos se llenaron de luz y asombro

Rin: ¡que linda estás!

Y es que estaba vestida con un jeans negro ajustado, una polera dorada sin mangas y ajustada al cuerpo, unos tacones color nude con una cartera de mano a tono. 

Rin: -asombrado- que linda te ves, es en serio...

Liz: gracias – sonriendo- tu tampoco estás mal

Rin: -tomándome la mano para ayudarme a entrar al auto – pero mil veces te queda mejor mi polera

Liz: -riendo- eso es lo que tú crees

Rin: bueno vamos ya ¡que tendremos una larga noche! – cerrando la puerta del auto - 

SUMERGIDOS POR AMORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora