Tickling

Capítulo 1 | Ojos verdes

Kala

Hoy no es un viernes cualquiera, hoy empiezan mis vacaciones de verano después del curso más agobiante de mi vida. Por fin he acabado mi último año de instituto y puedo decir que esta etapa de mi vida ha terminado. 

Empieza el verano y no hay mejor forma de pasarlo que viajando en familia. El destino soñado de mis padres siempre ha sido Londres, y fue una gran sorpresa para mí y para mis hermanos enterarnos de que pasaríamos los tres meses de vacaciones allí.

Al principio no me lo tomé demasiado bien. Que el viaje sea durante un verano entero implica no ver a mis amigos por todo ese tiempo, así que incluso llegué a plantearme pedirle a mis padres reducir el tiempo de estancia allí o que me dejaran quedarme en casa y que se marcharan ellos, pero más tarde recapacité y pensé en que era una gran oportunidad y que, probablemente, mis amigos no harían lo mismo en mi situación, sino que aprovecharían el viaje al máximo. Nunca he visitado Londres, y aunque el clima no es que vaya a ser el idílico para el verano, estoy realmente ilusionada con el viaje.

Vivimos en Italia, concretamente en Siena, y debido a los ajetreados trabajos de mis padres, apenas hemos podido viajar, pero es el primer año en el que les han dado las vacaciones a la vez, por lo que no podíamos perder la oportunidad.

Mientras termino mi enorme maleta, mi hermana pequeña irrumpe en mi habitación.

—Kalaaaaa —me llama—. ¿Has visto al capitán Freddy? —dice refiriéndose a su osito de peluche favorito.

No puedo evitar sonreír, adoro a mi hermana, tan pequeña y con tanto desparpajo.

—No, no lo he visto, Gia —le digo mientras la alzo en brazos—. ¿Dónde lo viste por última vez?

—En el salón, pero no lo encuentro. Creo que Nico me lo ha escondido —me explica poniendo una mueca triste.

—Venga pequeñaja, no te preocupes, vamos a buscar a Nico y le decimos que te lo devuelva.

Nico es otro de mis hermanos. Sí, otro. Somos cuatro. El mayor es Enzo, con 22 años y con sus estudios universitarios recién acabados, luego voy yo, con 18 años, a continuación está Nico, que tiene 8, y por último Gia, de 4 añitos. Puede que os sorprenda la diferencia de edad entre el más mayor y la más pequeña, es normal, es algo que siempre le llama la atención a todo el mundo, pero mis padres nos tuvieron muy jóvenes y, bueno, hace 4 años aún estaban en edad para tener otro niño, aunque esa es una historia que ya os contaré más adelante.

—Nico, por casualidad no habrás visto al capitán Freddy, ¿verdad? —le pregunto al pequeño con mi hermana aún en brazos.

Él niega con la cabeza.

Miente.

Sé perfectamente que cuando no me mira a los ojos no me está diciendo la verdad.

—¿Seguro? —insisto.

Él asiente pero sigue sin mirarme a los ojos.

—Bueno, es una pena, tendré que contarle a mamá que fuiste tú quien destrozó el jardín de los vecinos gracias a tu coche teledirigido.

—¡No! —exclamó—. Vale, vale... Lo tengo yo —contesta poniendo sus manos en alto. Se dirige a su armario y saca al capitán Freddy de uno de los cajones.

Gia, a la que hasta entonces tenía en brazos, se baja y con una mirada desafiante toma su osito de peluche y se marcha de vuelta a su habitación.

Menuda niña.