XIV: Mad Hatter

67 4 1
                                    

"¿Qué diablos?" es lo único que puedo pensar al ver esa nota azul, ¿acaso le hice algo al tipo ese como para que me odie? Porque si es así, no recuerdo.

-¿Quién era, Paula?- escucho que pregunta alguna de mis amigas, no estoy segura de quien en este momento.

-No era nadie- me apresuro a decir mientras hago una pequeña pelota con la nota.

Cierro la puerta y me apresuro a ir a mi cama, tomar mis audífonos y... dormir, ya que ha sido un largo día.



-...entonces yo le dije que no me importaba, que yo iba a dibujar un pájaro gordo si quería y él no podía impedirlo ni aunque me regalara galletas.- Eso es lo primero que escucho cuando despierto. Abro mis ojos y me estiro.

-A ti te compran con galletas de chispas de chocolate- le digo a Patty.

-Buenos días, dormilona- saluda Paola -Tienes quince minutos, para salir.-

Asiento -Quince minutos es mu... ¿¡QUÉ!? ¿Por qué, en el infierno, no me despertaron?- me quejo, a la vez que bajo de mi cama y tomo mi uniforme y todo lo necesario, ellas... ellas sólo ríen, lo que aumenta mi mal carácter del momento. -Ojalá les salgan las Oreos sin cremita- digo en voz baja.

Me encuentro en clase de Física, esa en la que no conozco a nadie porque estoy SOLA, no, esperen, ese es...

-Paula, pero que maravilla encontrarte por aquí- dice Ben con esa sonrisa suya que he comenzado a odiar.

Sonrío falsamente -Ben, es un gusto no poder decir lo mismo-. Su sonrisa permanece... ¿por qué no deja de sonreír?

Se sienta en el espacio libre junto a mi y pongo mis ojos en blanco -Claro, toma asiento, no hay problema- digo con notorio sarcasmo. -Oh, muchas gracias- dice... ¿es en serio?

El profesor entra al salón y dice algo que no tengo ni idea, pues no pongo ni la mínima atención. -Ni me hables- le advierto a Ben cuando noto que estaba por hacerlo, y me sorprende porque hace lo que digo.

La clase transcurre lentamente, pero no hago nada más que garabatos en mi libreta hasta que alguien me interrumpe.

-Sería una pena que alguien le dijera al profesor que la señorita Dueñas no está prestando atención.-

-Tú cállate y déjame en paz, que tú y tus amenazas no me intimidan.- digo y le lanzo mi mirada de más puro odio y el muy idiota no hace más que reírse, como si estuviese bromeando.

El sonido del timbre hace su tan esperada actuación, dando por finalizada la clase. Me apresuro a guardar mis cosas, pues ya no soporto estar cerca de este tipo al que por alguna razón, no puedo tolerar, y salgo rápidamente del salón para dirigirme a mi siguiente clase, que es Literatura y en la que, por suerte, estoy con las chicas.

Voy caminando tranquilamente por el pasillo y choco con alguien -Zeús, como lo sien... no, pensandolo bien no lo siento- digo, al darme cuenta de que he chocado con la misma falsa pelirroja del primer día.

-Ush, otra vez tú. ¿Qué nunca ves por dónde vas?- pregunta con sus aires de grandeza que se carga.

-Por si no te has dado cuenta, ya parece cosa mía el andar chocando con... cosas.- La chica al parecer se molesta con mi comentario, porque se me queda mirando muy feo.

-¿Disculpa? Tú... niña...-

-Paula- la corrijo.

-Lo que sea, a mi no me vas a tratar de esa forma, ¿a caso no sabes quién soy?- cuestiona, con los brazos cruzados y sin dejar de verme.

-¿Debería saberlo?- pregunto y siento que ya pasé por esto.

-Jean Hadid- dice. Claro, familiar de modelo, no me extraña su actitud.

-Bien... Jean Hadid- hago énfasis en su nombre -Ni aunque fueras la mismísima Gigi, te hablaría bien, se nota cuando la gente merece ser tratada amablemente, y tú... querida, no lo mereces.- digo y sigo con mi camino con la frente en alto, dejando a la tal Jean boquiabierta. Mi mamá dirige Playgirl y no ando por ahí presumiendo eso, ¿o sí? Alguien debería darle clases de humildad a esa chica, ¿no?

Cuando llego al salón de Literatura, mis chicas ya están ahí, guardándome el lugar de la esquina contraria a la puerta, mi lugar favorito, donde nadie presta demasiada atención. Me apresuro a llegar a mi lugar, pues el profesor viene pisándome los talones; saludo rápidamente a las P's y tomo asiento.

Esta clase sí me gusta, así que puedo prescindir de hacer garabatos al final de mi libreta. El profesor está diciendo algo sobre presentar un cuento o un fragmento de una novela corta a modo de obra de teatro, formando equipos. Apenas termina de explicar y mi mente comienza a maquinar cientos de ideas sobre el tema, entonces, lo típico en estas situaciones, las chicas y yo nos miramos las unas a las otras, acordando que estaremos en el mismo equipo (cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia).

Nos juntamos un poco más y el profesor dice que los equipos deberán ser de diez personas, lo que quiere decir que...

-Genial, nos faltan seis personas en el equipo.- menciono y coloco mis brazos en mi mesa para apoyar mi cabeza sobre ellos.

Un chico alto, un tanto rubio y de ojos cafés, se acerca tímidamente hacia nosotras y puedo reconocerlo, porque tengo otras clases con él. -Ahm, ¿podría unirme a su equipo, señoritas?- pregunta Jorge, o al menos creo que ese es su nombre, porque realmente nunca he hablado con él.

Miro a mis amigas y asienten -¡Claro! No veo porque no- sonrío al chico -Jorge, ¿cierto? Creo que tenemos Geografía juntos-

El chico sonríe y es cuando sé que estaba en lo correcto... se llama Jorge -Efectivamente. Y tú eres Paula, la chica que acaba de llegar este año, ¿no es así?-

-Sí, mi madre me envío aquí junto con mi mejor amigo, alegando que sería lo mejor- explico -Pero bueno, aún nos faltan cinco personas y deberíamos empezar a trabajar.- comento.

Después de pasar de Caperucita Roja a Los Tres Cerditos, se me ocurre algo mejor. -Propongo Alice in Wonderland, pero yo quiero ser el Mad Hatter.- digo.

Se miran entre ellos por un momento y comienzo a pensar que no están de acuerdo, pero Paola rompre el silencio -A mi me parece perfecto, y ese personaje te queda perfecto- bromea.

-Yo sólo quiero saber una cosa...- dice Patty Bayot -¿La versión de caricatura o en la que sale Johnny Depp?-

Me río, pero igual le respondo -Ambas.- y se me quedan mirando raro. -Mi idea era mezclar la versión original de Lewis Carrol con las dos versiones de Disney. Hacer algo diferente, algo que vaya más con nosotros... no sé si me explico.- Parecen entender lo que intento explicar, pues no hacen preguntas al respecto.

-Pues... manos a la obra. Literalmente hablando, ¿entienden? Porque debemos hacer una obra, ¿no?- dice Patty Palmer y todos reímos, pues su frase sin sentido no es tan sin sentido como parecía al principio.

My Berkley Adventure #YoSoyBerkley | DESCONTINUADAWhere stories live. Discover now