La hija del Señor Tenebroso (Severus Snape)

Capítulo veinte

Abrió los ojos sin poder ver nada. Se dio cuenta de que estaba en la enfermería a pesar de estar a oscuras y también notó de que Weasley estaba dormido, igual lo despertó sacudiéndolo para preguntarle qué había pasado con Sirius y Pettigrew.

Cuando le dijo que Pettigrew había logrado escapar se sintió enojada y frustrada pero cuando le dijo que Sirius se había salvado del beso del dementor todo ese enojo se esfumó y se convirtió en alivio.

De Lupin sabía. Él mismo la había mandado a la enfermería después de que intentara proteger a Sirius en la transformación del licántropo pero la terminó arrojándo contra un árbol y dejándola inconciente.

Decidió levantarse de la camilla y salir de la enfermería.

No sabía que había sido de Severus pero sabía que probablemente estaría furioso pensando que le había mentido o cualquier otra cosa.

Se encontraba en su despacho bebiéndose hasta la última gota de Whiskey de fuego que su botella tenía y la terminó estrellando contra la pared.

Unos golpes en la puerta lo hizo volver a la realidad y con su varita se deshizo de los restos de vidrio que se encontraban esparcidos en el suelo.

Abrió la puerta y al ver a la persona que estaba detrás de esta intentó cerrarla de nuevo pero ella lo había impedido empujándola para terminar entrando a la habitación.

- ¿Qué es lo que quieres?- dijo dejando que pudiera sentir el aroma a Whiskey.

- ¿Estás ebrio?

- Se necesita más que una botella de alcohol para ponerme en ese estado. Ahora dime a qué has venido.

- Severus, Sirius es inocente y...

- No quiero hablar de eso. Estaba perfectamente bien antes de que vinieras y me arruinaras la noche.

- Sev, no puedes estar así por una tonta rivalidad de la escuela. No justifico que lo que hicieron contigo estuvo bien, pero...

- "Pero"; nada. Tienes suerte de que tu estúpido amigo haya escapado y que no tuviera las pruebas suficientes porque de haber sido así ya estarías en Azkaban.- dijo para sorpresa de Bianca.

Ella intentó contener las lágrimas que amenazaban con salir pero no le fue posible.

- ¿Entonces no te arrepientes de tu amenaza de llevarme a ese lugar?

- No y de lo único que me arrepiento es de haber perdido mi tiempo detrás de una pequeña mentirosa delincuente ¿Cómo no me habré dado cuenta antes viniendo de tus raíces?

Ojalá Severus nunca hubiera dicho eso. La mano de Bianca golpeó fuertemente su rostro haciendo que se tambaleara hacia atrás. El rostro de ella estaba rojo de ira y con varias lágrimas pasando por sus mejillas.

- ¿Tienes el descaro de decirme eso sabiendo que tú llegaste a ser uno de sus asquerosos mortífagos? Nadie escoge su sangre. Mi madre fue asesinada al darme a luz, el padre de uno de mis compañeros se atrevió a tocarme más allá de lo debido, tuve que pasar once años de mi puta vida al cuidado de la jodida loca de Bellatrix Lestrange y tú solo estás enojado porque unos imbéciles te molestaron en la escuela. Tú fuiste mortífago a voluntad propia, yo no tuve elección. Así que cuando quieras hablar de delincuentes mentirosos, fíjate en quién eres tú.- dijo para irse de ahí dejando a un Snape enojado con ella y consigo mismo.

Se fue directamente a su habitación de Gryffindor sin despertar a sus compañeras que estaban profundamente dormidas.

Lo único que quería hacer en ese momento era gritar, patear o golpear cualquier cosa o persona cerca de ella. Quería maldecir a Severus, hacerlo sufrir hasta que le pidiera perdón de rodillas, pero todo eso la hacía llorar aún más.