→ 1 ←

171 23 23
                                    

—Jessica —susurro mientras la sacudo de manera leve. No queremos que nadie se dé cuenta; estaba cansada de las noches frías en el calabozo, no se repetiría—. Necesito que me ayudes, despierta.

No recibo respuesta. Gruño intentando contener mis impulsos de rociarle agua en el rostro con el fin de despertarla.

Pasos, sin duda eran pasos. No puedo dejar que me encuentren despierta a las dos de la mañana. El calabozo; si me encuentran despierta iré directamente al calabozo.

Camino de puntitas hasta mi cama, más bien corro; de cualquier forma el único propósito es no hacer ruido. La luz de la linterna reflejándose en la ventana me ciega y no logro ver con claridad; para mi suerte, cuando la puerta se abre y entra el guardia de seguridad ya me encuentro sobre la cama.

«Estoy dormida, estoy dormida...» pienso mientras lo observo acercarse a mi cama. «Me atrapo, no tengo escapatoria. Seguro me ha visto.»

—Zoey Parker —estoy frita—, ¿no debería estar usted dormida? —la cara de pocos amigos que me dedica el hombre en esos instantes me obliga a contestar; después de todo, no tiene caso seguir fingiendo.

—Bueno, verá... —comienzo a decir pero me quedo sin palabras en ese mismo instante.

Mente en blanco, cero excusas. Si no se me ocurre algo rápido tendré que pasar el resto de la noche dentro de una celda. Siento mi pulso acelerarse de tan solo recordar la vez anterior; dije que no se volvería a repetir. La desesperación en el rostro del hombre me dice que no me queda mucho tiempo.

—Esto, pues... —no podré seguir así por mucho tiempo. Siento que mis manos comienzan a sudar y me muerdo el labio con fuerza— necesitaba entrar al baño —excelente excusa, lo sé— y Jessica tenía el papel higiénico. No podía entrar sin eso; me levanté y se lo pedí; pero por desgracia estaba dormida —me encojo de hombros y le dedico una sonrisa bastante falsa a simple vista.

Siento su mirada fría sobre mí. Solo me queda esperar una respuesta de su parte y así cerciorarme de que ha funcionado. Apaga su linterna y la guarda en su bolsillo trasero. Ahora no puedo ver más allá de su silueta. Permanecemos en silencio por un par de segundos hasta que él decide hablar.

—Ni siquiera tú te crees esa excusa —al escuchar esas palabras siento mi pulso acelerarse otra vez y un escalofrío recorrer mi espalda.

«Fallé, volví a fallar» pienso y me quedo paralizada por un par de segundos. Ya no existe nadie a mi alrededor, no puedo escuchar otra voz más allá de la mía. Lloraría si pudiera hacerlo. «Ellos no deben saber que aún puedo expresar emociones.» me recuerdo «Si lloras, mueres. Si ríes, mueres. No tienes otra opción.»

Siento una mano tomarme del brazo con fuerza. Intento resistirme, pero me es imposible. Camino detrás de él mientras intento mantenerme de pie y no tropezar.

—¡Más despacio! —exijo. El guardia ignora mis palabras y me toma del brazo con más fuerza. Camina sin mirarme, sin importarle como me encuentro. Contengo las ganas de librarme de sus manos; me duele. Siento la presión que ejerce contra mi piel y hace que me arda.

Tropiezo con una piedra y caigo al suelo. Siento el dolor invadir todo mi cuerpo y no puedo evitar soltar un leve gruñido.

—¡Anda, levántate! —grita el hombre con firmeza. El resto de los guardias pasan por mi lado sin darme importancia, como si en realidad no estuviera allí.

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Aug 09, 2016 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

Sin color. [Reescribiendo]Where stories live. Discover now