3

3.8K 250 2
                                    

Becky

—Hace un día soleado —dice Olivia cuando cruzo las puertas de la sala de juegos para niños.

—Hermoso —concuerdo.

—Si hubieras llegado antes, te hubieras encontrado con el 'Tío Andy' —sonríe sonrojándose. Frunzo las cejas.

—¿Enserio? ¿Estaba aquí hace unos minutos? —asiente.

—Se veía realmente caliente. Es un hombre sexy.

—¿Ha estado viniendo a visitar a los niños? Creí que solo donaba dinero.

—Sí. Les ha traído regalos, también. —Siento pequeños malestares de interés en este hombre misterioso que no sé nada de él, y que de alguna forma ayuda a mis niños como lo hago yo. Pero no me gusta que me esté robando su cariño.

—¿A los niños les gusta mucho el 'Tío Andy'? —la mera imagen de ser la tía menos querida me da náuseas. Olivia ve el rumbo de mis pensamientos y sonríe con ternura.

—Ambos han hecho mucho con este hospital. Los niños son felices con los dos. —Veo que habla sinceramente y solo casi me relajo. Casi.

—¿Y Maslow? —no lo veo entre los niños jugando.

—Ha estado en su habitación últimamente. 'El tío Andy' ha estado con él. Parece que ambos son muy cercanos con él. —Frunzo el ceño, ¿Por qué el misterioso tío Andy mostraría más interés en Maslow que los demás niños? Para mí Maslow es un niño especial. Todos en la habitación donde me encuentro son especiales para mí, pero de alguna forma Maslow, lo es más. Me siento más unida con él, que con Tyler y los demás.

Cuando paso las puertas que me dirigen a la habitación de Maslow, me alegra verlo levantado de su cama. Olivia había dicho lo que no se ha sentido bien. Me preocupa su salud, y lo que puede suceder si sigue así.

—Hola, Maslow —digo cuando entro.

—Tía Becky ¿Qué haces aquí? —se gira para mirarme.

—Vengo a visitarte. Me han dicho que no has comido mucho ni salido de tu habitación, —se gira hacia la ventana donde veía el sol de afuera en el jardín.

—El cáncer te consume las fuerzas para hacer la mínima actividad como comer. —La verdad de sus palabras me duelen. Maslow sabe lo que puede pasar sino se alimenta bien, pero la quimioterapia no ha ayudado mucho, los medicamentos hacen lo posible para que no sienta los dolores, pero es inútil. Me acerco a él, y me pongo detrás tocando su hombro. Es puro hueso debajo de las ropas.

—¿Has amado tía Becky? —la pregunta me toma con la guardia baja. Me quedo pasmada.

—Yo...—tartamudeo. —Sí, Maslow. —Logro decir —He amado, —y me han roto el corazón —pero a veces el amor no es lo suficiente como para encerrar las mentiras en una burbuja.

Maslow se gira. Trago saliva cuando lo veo con círculos negros debajo de sus ojos, su cara es huesuda y sonríe. —El amor lo puede todo. Si realmente amas a una persona, lo demás no importa.

—Pero pueden definir una relación. ¿Por qué estas preguntándome esto? —la curiosidad en mí es grande. Maslow nunca me había hablado de esto.

—El tío Andy me habló sobre amor, —me pongo en cuclillas para estar a su lado.

—Parece que el tío Andy tiene un amorío. —Digo con una sonrisa. Niega con la cabeza.

—Tiene roto el corazón.

—¿Enserio? —pregunto.

—Me dijo que ama a una chica, pero que ella está enojada con él porque le mintió. Dice que la sigue amando y fue tonto al mentirle.

—Entonces debió de mentirle muy feo para que ella esté tan enojada con él. —Se encoge de hombros.

—No lo sé. Pero si yo una vez hubiera amado a una chica, no le mentiría.

—A veces, aunque no quieras mentirle a esa persona que tanto ama, las mentiras llegan sin previo aviso. —Respondo —No es tan fácil. —Me recuerda a Randy y la visita que me hizo esta tarde. Quise decirle que le amaba, pero no podía. Seguía lastimada con su mentira.

Además, si le hubiera aceptado de vuelta ¿no estaría menospreciándome como persona? ¿Dónde queda mi dignidad como mujer? ¿cómo podría perdonarlo sabiendo que me había utilizado? ¿cómo amar a un hombre que lo único que te ha hecho es daño?

—Eso es basura, —alzo las cejas hacia él. —Cuando se ama, no importa nada. Sea el tamaño de la mentira todo puede resolverse. Lo único que no tiene solución es la muerte. —Palabras verdaderas jamás dichas de un niño con cáncer. —Se lo dije al tío Andy.

—¿Y que respondió?

—Que tenía razón. Y que lucharía por su chica, —sonríe satisfecho en haber ayudado a alguien.

—Eres un niño muy fuerte, y sabio. —Lo acerco a mí en un abrazo profundo. Una lágrima rueda fuera de mi ojo y la seco tan rápido para que él no se dé cuenta. Me aterra que Maslow muera sin saber lo que es amar y que la vida no le dé el tiempo necesario para saber; que es estar en una relación y los sentimientos que te embarga al amar a otra persona.

Por primera vez me arriesgué a amar, y eso me rompió el corazón. No me arrepiento, porque me enseñó muchas cosas y conocí nuevos sentimientos que nunca en mi vida creí que existieran. La cobardía me había dejado.

***

—¿Ya has revisado las cuentas de este mes? —Le pregunto a Angie mientras veo las cuentas de la Tiendas Singer. —Son algo bajas, están bajando los gastos operativos. ¿Cómo es posible eso?

—Estamos en crisis —dice.

—¿Qué?

—Hace unos meses he estado comparando los ingresos a las tiendas y son algo bajos. He hablado con algunos proveedores y no creen que hacer negocios conmigo sea buena idea. Piensan que no podré manejar las tiendas y ellos perderán mucho dinero.

—Pero eso es algo irónico, pensando en los últimos meses has estado al mando tú y no papá.

—Sí. Pero al menos papá vivía y él revisaba las cuentas cada vez que regresaba de viaje. Me administraba de vez en cuando. Y ahora que ya no está, piensan que llevaré a la ruina el negocio familiar. Si esto sigue así muy pronto cerraremos las tiendas de la familia.

—No podemos hacer eso, es el patrimonio de la familia Singer. —Me levanto de la silla exaltada por el mero pensamiento. —Nuestros padres nos confiaron esto, es lo único que nos queda Angie. No podemos dejar que se vaya al caño.

—Lo sé, estoy haciendo lo mejor que puedo para salvar las tiendas. Hago todo lo que puedo.

—Te ayudaré. Solo dime que hacer, y lo haremos juntas. Estoy segura que podremos salir adelante sin nuestros padres, —la atraigo hacia mí en un abrazo reconfortante.

Saldremos de esta.

***

Las semanas siguientes me la pasé revisando cuentas, sacando un itinerario para que las tiendas se mantengan a flote mientras todo vuelve a la normalidad. Sé que solo es una crisis que pronto acabará, lo sé.

Para cuando llega navidad, me encuentro sentada en la mesa con mi hermana y Jamie. Somos solo los tres en una mesa ridículamente grande. Angie y yo, mejoramos en la cocina últimamente. El pavo que horneamos es alagado por Jamie y me siento bien de haber mejorado en algo. Comemos, hablamos y reímos. Pero siento la ausencia en persona de nuestros padres. Sé que se encuentran a nuestros lados, los tengo conmigo. Tengo su collar y están cerca en estos momentos.

Mi corazón los siente. Le doy un apretón de manos a mi hermana y ella me lo devuelve.


ÁMAME ( Trilogía La Apuesta II )Where stories live. Discover now