1- El inicio

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*** Leyla ***

- ¡No quiero! -le grité a mis padres por undécima vez.

-¡Leyla!¡es una decisión tomada, nos iremos la próxima semana!. - me gritó mi padre.

No quería irme de París, he vivido aquí desde que nací, y además tengo muy buenos recuerdos, no quiero dejar a mis amigos, aunque no soy popular, me llevo muy bien con todos.

-Amor,tienes esta semana para que te despidas, vamos, ve alistando todo. -mi madre me entendía, sin embargo no podía hacer mucho, el trabajo de mi padre era lo que nos sostenía, y lo trasladaron para Italia, no podía no aceptar.

-De acuerdo. -me fui con la cabeza gacha, acomodándome las gafas y rendida, no importa lo que haga no van a cambiar de opinión.

*** Una semana después ***

- ¡Vamos Leyla apresurate, ya nos tenemos que ir!.

- ¡ya voy mamá! -grité saliendo con una enorme maleta y tratando de que mis gafas no se me cayeran.

Me acomodé en el asiento trasero mientras mis padres terminaban de guardar las maletas en el coche.

***

Ya habían pasado tres horas desde que salimos de casa, y realmente estoy aburrida, mi celular se descargó, y mis audífonos también. Que suerte la mía... Me quedé mirando el paisaje, hasta que me rendí del aburrimiento y cerré los ojos.

No supe cuanto dormí, pero al despertar mi madre me estaba sacudiendo.

-¡Leyla... Ya llegamos, cariño parate!

Salí de mala gana del auto, y me sorprendí por el lugar tan hermoso, todo parecía un cuento de hadas, casas de dos pisos y con balcon, grandes jardines, con flores de distintas clases.

- Creí que vendríamos a Italia, no a un reino encantado. -dije sarcásticamente, sacando mis maletas del auto.

- Vez, todo esto es como un sueño, y te estabas quejando sin antes haber conocido el lugar. -dijo mi madre ayudándome con las maletas.

- Lo sé... Pero aún así, prefiero París. -me voltie y entre a la nueva casa.

También era de dos pisos, y ni hablar de cómo es por dentro.

-Woah!!!... Papá, ¿enserio esta es nuestra nueva casa?, es bonita, pero dudo que me pueda acostumbrar a ella. -esto último lo dije susurrando para que no me escuchara mi padre, sin embargo, escuchó.

- Tranquila Leyla, te vas acostumbrar, no te preocupes.

Dicho esto, me dio un beso en la frente y salió para entrar el resto de cajas. Llevé mi maleta hasta el segundo piso y busqué la habitación más grande para mí.

Habian tres habitaciones, pero sólo dos tenía baño privado, escogí el cuarto con el balcón.

- Así que acá estabas. -mi mamá estaba en la puerta, ¿A que hora llegó?. -sal, da una vuelta mientras tú padre y yo arreglamos un poco las cosas.

- ¡Si!, pondré a cargar mi celular, y salgo. -le guiñe un ojo antes de que ella se retirara del cuarto.

Dejé el celular encima de una de las cajas que estaban en la habitación, y saque el Mp4, si, lo sé debí ponerla en mi mochila y no en una de las cajas, que tonta.

También busqué mis patines, pues mi bicicleta estaba en el camión, y bueno... Ya saben hay demasiadas cosas como para poderla sacar.

- ¡Adiós papá, adiós mamá!, ¡volveré más tarde!.

ADVERTENCIA DE AMORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora