Cap 7: Un principe en el clan

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Morgana era prisionera entre los brazos de Matáis. Los labios del híbrido se movían seductoramete por sobre los de ella. Su lengua jugaba y giraba entre sus labios, reclamando el acceso a su boca. Lentamente, sin saber muy bien que hacer deslizó las manos hacia sus pectorales y abrió los labios para él. Matáis la atacó cruelmente, sus lenguas bailando una danza de seducción. Todo era hermoso...hasta que sintió como intentaba abrirse paso en su mente.

Con todas las fuerzas, levantó un escudo en su cabeza, protegiendo así sus más íntimos y explosivos pensamientos, negándole la entrada a sus recuerdos. El se separó de ella unos centímetros y la miró furioso.

- ¿Porque niegas a tu compañero el derecho de residir en tu mente? - el fue otra vez a por sus labios, pero Morgana se apartó sutilmente.

- Yo...- dijo sonrojándose- no debo estar aquí. Mi hermano se preocupará.

- Estas conmigo ¿que podría pasarte? - a ella no le daba miedo que alguien la atacara. Ella temía a Matáis. Lo que el pudiera ver en su mente que hiciera no desearla como compañera. Aún era muy pronto para hablar de un sentimiento más grande que la atracción física. Y aunque todos los compañeros acababan perdidamente enamorados el uno del otro... No sabía si terminarían de igual manera sintiendo amor mutuo.

- ¿Qué es lo que sucede?

- ¿Cómo?

- Estas llorando...no quiero verte llorar - Matáis limpió su mejilla con la yema de su dedo pulgar - ¿es por mi? ¿Yo he hecho que lloraras?

- Yo no..no lo sé - respiró hondo para que algo parecido a la calma se asentara en su cabeza - creo que es por todo. Wrath y tú. Tengo miedo.

- Pues eso es absurdo, mientras estés conmigo no hay nada que temer.

- Es que no temo por acabar siendo atacada...temo porque eres muy...intenso. No se si soy para ti.

- Sigue siendo absurdo - ella lo miró furibunda - no me mires así. Los compañeros están hechos el uno para el otro. Encajan porque los hicieron a la medida de las necesidades del otro - el se acercó nuevamente a ella para besarla, pero Morgana se tapó los labios con sus dedos.

- Mi hermano Fedrik debe estar preocupado, debo irme - el la miró. Y se dio cuenta de que su ojo izquierdo había cambiado de color...antes había sido dorado, ahora era del color de la plata.

- Pues entonces te acompaño. Debo ir con mis hermanas, y apoyar a Katerina -¿y que de ella? ¿No la iba a apoyar a ella también?

- Lo haría si me dejaras. Pero como has dicho que quieres irte...deduzco que no quieres que esté a tu alrededor.

- ¿Has estado todo este tiempo en mi mente? ¿Que...que has visto?

- Que te pongo cachonda y que eres muy tonta. No voy a lastimarte - tras una pausa. Ambos comienzan a reír...pero Morgana lo hacia de alivio.

- Vaya que sutil eres - el deslizó su mano en la de ella y unió sus dedos meñiques.


***

Mítica se retorcía bajo el cuerpo de Fedrik. El besaba cada centímetro y cada pulgada de su piel. Sus manos exploraban su vientre, caderas y trasero. Mientras que con su boca succionaba y mordía sus pezones. Ella no dejaba de gemir mientras el hacia su exploración a conciencia. Su nombre se le escapa en suspiros y pequeños gemidos de placer.

Las manos de Fedrik bajaron hasta su entrepierna y acariciaron su sexo de arriba a abajo. Los gemidos cada vez más intensos de la híbrida fueron silenciados por la boca frenética de su compañero.

Diamante OscuroOù les histoires vivent. Découvrez maintenant