Capítulo 3

21.5K 1.9K 1.5K
                                    

Stiles entró en el gimnasio con decisión.

Le recibieron un millón de globos con los colores del instituto esparcidos por todas partes, y una banda de música cuyos componentes tenían ganas de estar en cualquier otro sitio menos allí.

Pasó de largo al fotógrafo de la puerta, antes de que se fijara en él y le preguntara por su inexistente pareja, y de la cual no tenía muchas ganas de hablar, gracias... Pero una vez sorteado el obstáculo, se preguntó por enésima vez que estaba haciendo allí.

Localizó a Scott y Allison en el centro de la pista, bailando muy pegados pese a que era una canción de rap, y un poco más lejos a Isaac con unas cuantas admiradoras. Estuvo tentado de acercarse para saludar, pero al final se lo pensó mejor: El año pasado Isaac ni siquiera fue al baile del instituto, gracias a su querido padre que le encerró en el sótano de su casa. Así que no estaba de más que el chico disfrutara por una vez.

Lo que, por otro lado, le dejaba a él en su actual situación: En una baile del instituto al que había ido sin acompañante después de haber preguntado a todos los compañeros de clase; y teniendo que ver ahora cómo todo el mundo reía, bailaba y, en general, se lo pasaba bien.

Una repetición de todos los bailes a los que había ido.

Pero Stiles no tenía ninguna intención de, ya que había ido allí, no intentar disfrutar un poco del ambiente.

Y sobre todo de amortizar el traje y la corbata que se había comprado hacía ya tiempo, pero que apenas estaba desgastado de lo poco que se lo ponía.

Con decisión, avanzó hacia la mesa donde estaba colocado el ponche, y que se había convertido en su lugar predilecto en los bailes anteriores: Desde allí podía escuchar la música, moverse un poco al ritmo de la misma sin llamar mucho la atención; y sobre todo hacerlo sin quedar patente que estaba solo.

Estaba a punto de llegar a la que sería su posición durante el resto de la noche, cuando de pronto algo captó su atención.

Algo en forma del hombre más atractivo que había visto en toda su vida, y que estaba consiguiendo que le costara respirar... literalmente.

Y no es que a estas alturas no pensara que Derek Hale era el hombre más atractivo que había visto jamás, más que nada porque no podía haber nadie más tractivo que él... Pero hasta ahora nunca le había visto como le estaba viendo ahora.

Con unos pantalones de vestir negros que se amoldaban perfectamente a su trasero, una camisa de botones azul oscuro, casi negro, y una americana de similar color.

Y sí. Stiles sabía perfectamente que Derek Hale era tan atractivo que podría dedicarse perfectamente a subir a una pasarela y modelar. No, más que eso, a ser modelo de revistas, donde siempre tendría que poner cara de cabreo y permanecer increíblemente quieto durante un largo periodo de tiempo... ¡Era el trabajo perfecto para Derek!

Pero hasta ahora nunca había tenido una prueba fehaciente de que aquello fuera posible, porque nunca antes le había visto vistiendo algo que no fueran pantalones vaqueros y camisetas unicolor con una escasa variedad de tonos oscuros.

Y el resultado era, sencillamente, espectacular.

Le quedaba tan bien que, incluso siendo el único que no llevaba corbata en un baile donde se suponía que había que ir de etiqueta, era con diferencia el más elegante de todos.

A lo que se añadía el importante detalle de que, aun siendo la única persona de los presentes que no debería estar allí, parecía ser el único que se sentía cómodo estando allí.

The Secret ListDonde viven las historias. Descúbrelo ahora