Capitulo 12

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La mañana llega, despierto acurrucada entre los brazos de Oliver, me remuevo con cuidado de su agarre y lo miro dormir, me siento triste al pensar que me hubiera encantado despertar entre los brazos de Tom, dicen que no hay nada más humano que desear lo que no se puede tener. El despertador comienza a sonar, Oliver abre lentamente los ojos, al verme me sonríe con dulzura, yo le devuelvo la sonrisa pensando que Oliver es con el único hombre con quien podría dormir sin preocuparme de ser transgredida corporalmente. Con flojera salimos de la cama, comenzamos a caminar hasta la puerta para salir cuando escuchamos a Antonella hablar con alguien, nos miramos con Oliver extrañados, yo abro la puerta y nos encontramos con Bianca quien al vernos abre los ojos y la boca impresionada, en silencio ella nos mira de pie a cabeza. Yo solo traigo la parte de arriba del piyama y Oliver solo lleva puesto unos bóxers negros, es lógico que estemos así, es imposible que no de calor, si uno duerme con otra persona en una cama en donde la única manera de que caigan dos personas es si duermen abrazados.


-No es lo que crees. – Le dice Oliver a su novia quien de un segundo a otro se le colocan los ojos llorosos.

¿QUÉ MIERDA ESTABAN HACIENDO? – Grita Bianca furibunda.

-Tranquila. – Le digo tratando de calmarla.

-¡TRANQUILA! – Repite ella con un grito colapsando por los celos. La entiendo yo estaría igual. – ¡PASARON LA NOCHE JUNTOS Y QUIERES QUE ME TRANQUILICE!

-Bianca, ella solo me vino a despertar. – Le miente Oliver con un tono tranquilizador.

-¡CREES QUE SOY ESTUPIDA! – Dice ella furiosa.

-Es verdad. – Le insiste Oliver.

-¡CLARO, POR ESO TÚ Y ESTA PUTA SALIERON ASÍ DE TU CUARTO! – Me río al escuchar que me llama puta.

-Bianca nosotros vivimos hace dos años juntos estamos acostumbrados a andar así en la casa, tu viste cuando fui a despertar a Leonora la semana pasada...

-La puerta estaba cerrada cuando entré, así que no me mientas. – Boom, Bianca en menos de un segundo aniquila el argumento de Oliver.

-Yo les cerré la puerta. – Dice Antonella tratando de que las cosas se calmen. – Estábamos bromeando, siempre lo hacemos.

Bianca escucha en silencio a Antonella, de la nada se gira y comienza a caminar a mi cuarto, el cual queda al otro lado de la casa, los tres la seguimos sin entender que va a hacer, la puerta de mi alcoba está abierta, ella entra y se queda de pie mirando mi cama, cuando llegamos para mi alivio vemos que está desarmada.

-Ves, no dormimos juntos. – Le dice Oliver a Bianca colocando sus manos sobre los hombros de ella.

-No te creo. – Dice ella mirándome con cara de odio.

-Tranquila. – Le digo levantando mis manos.

-No quiero volver a ver a esta zorra saliendo de tu habitación ¿Me escuchaste? – Le dice Bianca a Oliver, él le frunce el entrecejo.

-¿Zorra?, aquí no hay ninguna zorra, y para tu información, Leonora y Antonella pueden entrar y salir cuantas veces quieran de mi habitación, si te molesta, esa no es forma de decirlo.

Bianca se va enfadada y sin decir nada, los tres nos quedamos en silencio mirándola abrir la puerta. Me siento culpable, entiendo a Bianca, yo me hubiera puesto igual, me llama la atención de que Oliver no se vea preocupado por la situación, pensé que correría detrás de ella, pero no lo hizo. Después del incomodo momento nos comenzamos a arreglar para irnos a la Universidad.

Camino riendo a carcajadas por los pasillos de la Universidad, como siempre Antonella y Oliver alegran mi vida. Llegamos hasta la terraza del séptimo piso, nos acomodamos en unas mesas que hay ahí y comenzamos a comer, al rato se nos unen Alan y Juliana. Me duele mi abdomen de tanto reír, llegue a ese momento culmine en donde la alegría te produce dolor, les ruego que dejen de hablar estupideces porque ya no puedo más. Nos quedamos callados, escucho un grupo de chicas reír, mi mirada se va automáticamente hasta donde están, ellas vienen saliendo de la puerta de entrada que hay para llegar a la terraza, a los segundos después que ellas salen, veo que vienen saliendo el profesor Lucien junto a Tom, siento una daga atravesar mi corazón, no puedo mantener mi mirada sobre Tom, con rapidez bajo la cabeza, mi voz interior me dice que lo olvide, una y otra vez, quiero llorar, no sé como lo hare si se sienta en la mesa de enfrente, maldito Tom, me froto la cara estresada.

Escondiéndome de su mirada (Tom Hiddleston Fanfiction)Where stories live. Discover now