✖capitulo 8✖

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8:30 de la mañana, Sofia escucha sonar la alarma de su celular, asustada y a dolorida logra despertarse, da un brinco asustada al ver a alguien más durmiendo boca abajo a su lado, un chico sin camisa, con fuertes brazos y sólo un pantalón cubriendo su cuerpo descansa a su lado, Sofia apaga la alarma para que ésta deje de sonar y se dirige al baño haciendo el menor ruido posible para no despertar al sujeto durmiendo en su cama, ya dentro se mira al espejo mientras comienza a desprenderse de su pijama, al quitar el suéter que llevaba puesto se asombra al ver unas vendas cubriendo sus brazos, no recordaba mucho de lo que había sucedido la noche anterior pero sabia que no había sido ella quien vendó sus brazos, normalmente cuando se hacia daño a sí misma solo limpiaba la sangre con un poco de agua hasta que ésta dejara de salir, luego cubría sus brazos con un suéter un poco ancho y con un jean cubría sus piernas, y ése día no iba a ser la excepción, quito las vendas que traía puestas y terminó de deshacerse del pijama, entró a la ducha y dejo caer el agua fría por sus heridas quitando así las manchas de sangre que aun tenia, cuando terminó de ducharse salió del baño y al ingresar de nuevo a su habitación pudo notar que el chico desconocido no era tan desconocido después de todo, era Christian, el hermano de Hannah, aunque era bastante parecido a su hermano Cameron Sofia pudo distinguirlo por el color miel de sus ojos, los ojos de Cameron eran verdes y amenazadores, además de que la simple presencia de él hacia que la poca calma y tranquilidad que Sofia poseía desapareciera, reemplazándolo así mismo por nerviosismo y temor, otra característica que lo diferenciaba de su hermano, a ella no le molestaba la presencia de christian, tanto así que paso su lado con nada mas que una simple toalla cubriendo su cuerpo, él ya había despertado, miraba a la nada sentado en el borde la cama, la chica se dirige al lugar donde se encuentra su ropa sacando de allí su ropa interior junto con unos jeans negros, una chaqueta verde militar y unos vans del mismo color que sus jeans, estaba a punto de ingresar nuevamente al baño para vestirse cuando el chico la toma de la cintura y la acerca a él, la piel de la chica se eriza al sentir el contacto, él la gira para quedar frente a frente y le sonríe.

-estas temblando... No te asustes, no voy a hacerte daño, te tomé de la cintura porque sabia que si tocaba tus brazos podría lastimarte... -dirige su mirada al suelo, parece apenado.

-N-No te preocupes, pero, no entiendo, ¿por que amaneciste en mi habitación? No logro recordar mucho de lo que sucedió ayer, sólo recuerdo haber tenido un ataque ansiedad y caer a dolorida sobre la cama... -intento que las frases fluyan sin que mi voz suene entrecortada, siento que en cualquier momento romperé en llanto sin motivo alguno.

-escuche mucho ruido que provenía de tu habitación y pensé mucho en entrar, me daba un poco de vergüenza hacerlo y que quizá no me necesitaras, después deje de escuchar ruido y hubo mucho silencio, al cabo de un rato me decidí a entrar y te ví acostada en la cama y pensé que solo estabas durmiendo hasta que me acerqué mas a ti y ví varias manchas de sangre en las cobijas y en el suelo y al notar que la sangre provenía de tu cuerpo, intenté moverte para que despertaras pero fue en vano, al parecer te habías desmayado, pensé en llamar a tu papá pero supuse que quizá no te gustaría que el se enterara de lo sucedido así que puse alcohol en un trapo y te lo di a oler, poco tiempo después logre que despertaras, aun seguías un poco adormilada y débil por toda la sangre que habías perdido, sinceramente no parecías estar en tus cinco sentidos, limpie tus heridas pero no dejaban de sangrar y decidí vendarlas sin saber si era una buena idea, te busqué un pijama limpio y te lo pusiste cambiando el anterior, cuando estaba dispuesto a irme me pediste que me quedara un rato más para espantar tus pesadillas, y así lo hice, planeaba irme poco después de que te durmieras pero creo que yo también me dormí y bueno... Lo siento mucho. -al escuchar todo lo que él dice comienzo a recordar el como termine con las heridas de mis brazos nuevamente abiertas, la figura del hombre en el jardín y la llamada que a fin de cuentas nunca contesté..

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