Mi ginecologo >> evan peters y tu - hot

Capítulo II.

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Unos minutos antes de ir a pedir un turno al Ginecólogo hice un escándalo de niña caprichosa.

-¡Vas a ir!-gritó mi mamá-.

-¡No pienso ir a un ginecólogo!

No dijo nada, solo me agarro del brazo y metió al auto.

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-¿A qué se debe tu mal humor?-preguntó Melisa, mi mejor amiga-.

-Mi mama me obligo a ir a pedir un turno con un ginecólogo.

-Ohh... ¿Y cual es el problema? ¿Es feo?

Melisa perdió la virginidad a las 14 años, va de novio en novio, una vez que tuvieron sexo ella los termina. Por lo que me contó, muchas veces tuvo sexo con su ginecólogo sea feo o lindo a ella no le importa.

-¿Feo? No, es tan lindo

-¿Y cual es el problema?

Suspire, no se lo pienso decir. Acelere el paso y camine hasta la salida del colegio, me senté en unos de los escalones a esperar a mi mama. Estaba muy nerviosa, no me gusta la idea de ir a un ginecólogo, nunca me gusto la idea, pero como siempre nadie me escucha. Escuche a mi mama gritando desde el auto que entre de una vez, no me había dado cuanta que ya había llegado. Me levante y camine hasta el auto.

-¿A donde vamos?-pregunte cerrando la puerta del auto-.

-Adivina.

-¿A ginecólogo?

-¿Y a donde mas?

Arranco el auto y condujo hasta llegar al consultorio. Ella no se estaciono, quedo en la mitad de la calle, cosa que me pareció raro. 

-Te vendré a buscar en 1 hora. Dile a la recepcionista que tenes un turno con el doctor Evan Peters

¡Me va a dejar sola! La peor mama del mundo. No me dio tiempo de protestar, ella abrió la puerta y jalo de mi brazo hasta entrar.

-¿Necesita algo señorita?

Pregunto alguien atras de mi, gire y vi a una señora pelirroja tras el mostrador. Me acerque a ella y expulse todo el aire que tenia retenido en los pulmones.

-Si, tengo un turno con el doctor Evan Peters.

La señora asintió y dirigió su mirada a la pantalla de la computadora.

-¿Usted es _____ Raffaelli?

-Si soy yo.

-Piso 1, habitación 13.

Le agradecí y subí corriendo las escaleras, camine por el pasillo hasta encontrar la habitación 13. Una vez que la encontré me pare frente a ella y golpee la puerta. Tardo un poco en abrir pero una vez que lo hizo me puse dura como una piedra.

-¿No va a pasar?

-Hum...

-Vamos, no sea tímida, no le voy hacer nada malo, solo revisar, pase por favor.

Asenti y a paso lento pase. El apunto con su dedo a una puerta y yo lo mire confundida.

-Necesito que se cambie allí. 

-Esta bien

Camine hasta la puerta, la abrí y en un movimiento rápido la cerré con seguro.