Cuenta Regresiva

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Sólo quedan tres semanas antes de que me mude a New York y hasta ahora lo único que hago es salir con mis amigos, pero hoy he decidido salir sólo con Will, ambos quisimos ir al mismo lugar en donde nuestra relación comenzó, en donde nuestra historia de amor comenzó; al Rosedal. Nos sentamos en una de las bancas y nos quedamos mirando, todo su rostro me encantaba, su nariz, sus labios y sus ojos. Esos ojos marrones tan simples pero tan profundos que si te quedas viéndolos te pierdes en ellos.
-Voy a extrañarte- me soltó de repente.
-Podemos seguir viéndonos, hay videollamadas o transportes.
-Liz tu sabes que no será lo mismo.
Me quede callada, tenia razón y no puedo hacer nada por cambiar el mero hecho de separarnos.
-Tienes razón, tenemos que aceptar que dentro de tres semanas no podremos estar juntos.
Sus manos tomaron mi rostro y me beso la frente.
-Por eso es que debemos aprovechar cada segundo que nos queda.
Asentí con la cabeza y me beso lento, tiernamente ¿Cómo haré para vivir sin esto? ¿Sin Will? ¿Sin sus besos? Ya puedo imaginarme lo que será mi vida sin el y no me gustan las imágenes que aparecen en mi cabeza.
-¿Seguimos?
-Si, vamos.
Nos pusimos de pie y de la mano avanzamos por los senderos mirando cada rosa y cada planta sólo para poder estar todo el tiempo que podamos juntos.
Comimos algo en un restauran cerca del Rosedal, luego seguimos caminando por el pequeño pueblo que quedaba cerca de allí. Pero todo buen momento tiene su final, la noche cayó sobre nosotros advirtiendo que el tiempo se había agotado y que debíamos volver cada quien a sus casas, el viaje de vuelta fue en completo silencio ya que no queríamos separarnos, aunque fuera por un par de horas.
Cuando el coche se detuvo frente a la entrada de mi casa me quede viendo la puerta unos segundos, dudando en entrar o escapar con Will a un lugar lejos de todo donde podamos estar juntos, solo el y yo.
-¿Liz?
-Escapemos- dije volteando mi vista hacia el.
-¿Que?- me miró incrédulo y sorprendido-¿Que es lo que estas diciendo?
-Lo que oíste Will, vayamonos de aquí, seamos felices juntos.
Me sonrió de lado y con su mano acaricio mi mejilla derecha.
-¿Estas oyendo lo que dices?
Mi ilusión se esfumó en un abrir y cerrar de ojos, era una locura ¿A donde iríamos? ¿De donde sacaríamos el dinero?
-De seguro piensas que estoy loca- dije voltenado mi rostro y alejando la mirada.
-Un poco- volvió a tomar mi rostro con ambas manos-Pero te voy a decir un secreto- susurro como si fuera una niña-Dicen que solo las mejores personas y las que valen la pena lo están.
Sonreí levemente y lo bese lento y tiernamente, tratando de transmitir todos mis sentimientos por el en ese beso, sabiendo que era uno de los pocos que me quedaban.
-Sera mejor que entres Liz.
-Te amo- le susurré.
-También te amo.
Uní nuestras frentes y lo mire a los ojos unos segundos sintiendo como los míos se llenaban de lágrimas, lo bese fugazmente y salí prácticamente corriendo del coche. Torpemente abrí la puerta y al cerrarla tras de mi me recargue en ella mordiendo mi labio concentrandome en no llorar, en no volver a caer, en no volver a deprimirme.
Subí a trote las escaleras y me despoje de la ropa para deslizarme en mi pijama, me acomode debajo de las mantas y unos minutos después ya estaba dormida.

-¿Quieres salir hoy?
Sostuve el teléfono entre mi mejilla y el hombro mientras doblaba una blusa y la guardaba en el cajón del guardarropas.
-Si, como tu digas Kat.
Escuche como suspiraba desde el otro lado al tiempo en el que me sentaba en mi cama.
-¿Que te pasa Liz? Fuiste tu quien dijo de aprovechar todo el tiempo que podamos en salir juntos.
-Si lo se. Lo siento, es solo que...- bufé y apreté los labios mientras mis ojos comenzaban a llenarse de lagrimas.
-Es solo que ¿Qué?
-Lo que pasa es que anoche salí con Will y digamos que cuando me trajo a casa salí corriendo de su coche. Y casi vuelvo a caer Kat, casi vuelvo a estar depresiva.
-Amiga para eso estoy yo, sabes que puedes llamarme cuando sientas que volverás a decaer, yo voy a estar ahí para ti, sin importar la distancia.
Sonreí agradecida de la buena amiga que tengo y respire hondo.
-¿A dónde quieres ir hoy?
-¿Por qué no vienes a casa mejor?
-¡Claro, enseguida voy para allá!
-Le diré a los chicos
-Si, si, como quieras.
Colgué con ella y avise a los muchachos, seguí guardando la ropa y la idea de escapar con Will reapareció en mi mente. Con mi mano corrí un pilón de ropa y tome dinero que escondía que obtuve de algunos trabajos y regalos de cumpleaños. Supongo que mil dólares alcanzaban, volví a esconderlos cuando llamaron a la puerta.
Baje a trote las escaleras y abrí fe un tirón la puerta.
-Hola amor.
Salude a Will en los labios y luego a Kat y Thomas, los cuatro nos echamos sobre los distintos sofás de la sala y comenzamos a charlar animadamente de cualquier cosa y de a ratos nos partiamos de la risa.
Decidí convencer a Will de escaparnos por lo que lo tome y lo lleve a la cocina para hablar tranquilos.
-¿Que pasa?
-Aún quiero escapar contigo.
Su rostro formó un gesto de sorpresa y disgusto al mismo tiempo.
-Liz, no podemos, ¿De donde sacaremos dinero? ¿Donde viviremos?
-Tengo mil dólares ahorrados, y pensaremos donde vivir sobre la marcha.
-¿Que pasa con el Instituto?
-Podemos continuarlo luego.
Will paso una mano por su cabello y miro el suelo mientras suspiraba, presione mis labios esperando haberlo convencido.
Su vista volvió hacia mi y le sonreí.
-Está bien, pero tendremos que trabajar y no podemos irnos tan pronto.
Mi sonrisa se expandió por todo mi rostro mientras daba saltos, abrace por el cuello a Will y bese cada parte de su rostro haciéndolo reír.
-Te amo y prometo que no te arrepentirás.
-Eso nunca va a pasar si estoy contigo.
Le sonríe, le bese lentamente los labios sintiendo que después de todo volvía a vivir, a ser feliz de verdad.
-¡He tórtolas! ¡Vengan con nosotros!- grito Kat a lo que ambos reímos.

Después de que todos se fueran y yo cenara con mi tía subí a mi cuarto a diseñar mi plan de escape, lo mejor seria que Will y yo nos encontremos en un lugar para no levantar sospechas de nada.
Había tomado mi mochila y puse parte de la ropa que llevaría, también busque departamentos en línea pero todos eran demasiado caros.
Mi móvil vibró en el bolsillo de mi pantalón, leí el mensaje de Will con una sonrisa en los labios.

"He conseguido donde quedarnos, una señora mayor renta una casa que hay detrás de la suya en Portland, hable con ella y no nos pedirá mucho, siempre que paguemos a tiempo. Solo nos queda conseguir trabajo"

"¡Esto va genial Will! Conseguir trabajo no será tan difícil y he pensado que será mejor encontrarnos en un lugar especifico"

"Cómo quieras amor. Debo irme, te amo"

"Yo también te amo."

Todo parecía reconstruirse de a poco en mi vida, se que mi tía se va a preocupar pero eso es lo que menos me importa, si ella no se preocupo por como me sentiría yo si nos mudabamos ¿Por qué debía yo preocuparme por ella?
Pero de pronto la familia de Will paso por mi mente, ellos si se iban a preocupar por su hijo y de seguro lo buscarán, espero que eso no impida que Will quiera escapar conmigo.
No le di más vueltas al asunto y me acosté a dormir feliz de que mi vida no estaba tan rota después de todo.

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Y este es el Will, ¡¿No es precioso?!

Lamento haber tardado en publicar

Pero ahora debo terminarlo si o si porque quieren publicarlo

Y convertirlo en un libro😁

¡Estoy super emocionada!

Por Culpa Del AmorWhere stories live. Discover now