Capitulo 1 -No mas vida-

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Un chico se encontraba dormido comodamente en su cuarto, estaba cubierto con la cobija hasta la cabeza.
Su celular acaba de sonar por la alarma y asi dejando ver la hora(9:00am).
El chico con dificultad se movió entre las sabanas y busco su celular para apagar la alarma.
—carajo...—dijo el chico cansado seguido de un largo bostezo.
El chico era de piel blanca muy delgado, con cabello largo y castaño muy oscuro algo alborotado.
Se levanto y seguido salio de su cuarto.
Al parecer estaba solo en casa.
No pareció importarle y fue a la cocina para desayunar.
Después de eso, camino hacia su computadora y la encendió.
Reviso su Facebook y tenía un mensaje.

"Leo. Tendremos partida mas de rato".

Leonardo cerro el mensaje y comenzó a explorar por internet.
Encontró algunas páginas curiosas y otras que no merecían la pena de ver.
Tras haber pasado el tiempo, Leo se dispuso a jugar.
Paso muchas horas asi, y asi fue como se comenzó a hacer de noche.
Sus padres aun no volvían y la casa se esta quedando oculta en las tinieblas.
Después de terminar de jugar, tomo ahora su celular. Estaba mandándole un mensaje a su novia.

De pronto un ruido como un gruñido se escucho, es hizo que Leo se sorprendiera y saltara.
"¿Que diablos fue eso?" Se pregunto asustado.

Decidió explorar la casa con mucho cuidado, ya que no sabia lo que se encontraría.
—¿Hola?— preguntaba dudoso por cada diez pasos que daba. La única fuente de luz, era la del monitor de la computadora, pero hubo otro ruido y la luz se esfumo.
Leo intento encender la luz con los interruptores, pero no funcionaba, la luz se había ido.
Tomo su celular y comenzó a alumbrar con la poca luz que emitía.
Mas ruidos se escuchaban, esta vez eran de crujidos y de algo que parecía raspar suavemente la pared.
Al llegar a la cocina se alarmo cuando una sartén callo al suelo haciendo que un gran golpe sonara, seguido de un ruido de pasos rápidos que sonaban tan fuertes que parecía que algo muy grande era el que los provocaba.
—¡Ah!—exclamo de sorpresa.

Miro hacia todos los lados, pero no vio a nadie.
Nunca habia estado tan aterrado, pero a la vez se sentia frustrado, de que un cobarde cualquiera haya entrado a su casa, y no tenga al menos la iniciativa de dejarse ver.
—¡Da la cara cobarde!— exclamo molesto.
Gran error de su parte. Los pasos se comenzaron a escuchar, pero esta vez iban muy lento.
—Si eso es lo que tu quieres— dijo una voz ronca y potente.
Los pasos iban acercándose mas y mas.
A cada paso que sonaba mas cerca, Leo se sentia mas nervioso, pero sabia que tenía que preservar la calma y ser valiente.
Algo muy alto que media como tres metros y medio, se distinguía de la oscuridad, gracias a la débil luz del celular.
Era un monstruo aterrador, tenía una gran cabeza parecida a la de un león pero algo deforme y mas aterradora y tosca. Su gran pelaje le cubria todo y era de un negro azabache, pero lo que mas llamaba la atención del monstruo, eran tanto sus grandes y filosas garras como sus ojos, que eran de un rojo intenso, parecían dos rubíes que brillaban en la oscuridad.
—¿contento?—pregunto el monstruo en tono burlón mirando el obvio terror que le había generado a Leo.
—q...¿que eres?...— dijo nervioso Leo.
—Soy un ser creado de puro Caos, que sirve las ordenes de mi poderoso amo, que me mando a matarte—dijo el monstruo.
—¡¿Y por que a mi?!—pregunto Leo.
—no tengo por que darte explicaciones, mejor te mataré rápido— dijo el monstruo y seguido se lanzo hacia Leo, pero el chico logro esquivarlo y correr hacia la puerta de salida.

La noche parecía mas oscura de lo normal. Los faroles que alumbraban la calle, estaban apagados y casi no habia estrellas.
Las casas de alrededor estaban a oscuras, era como si la gente hubiera desaparecido.
Leo sin pensarlo, corrio sin saber a donde iba, lo único que sabia era que quería escapar lejos y esconderse para evitar que el monstruo lo matara.

Camino y camino, llego a un lugar que parecía rodeado por árboles y se puso a descansar alli.
Estaba muy cansado y respiraba con dificultad.
Despues de estar de nuevo en forma, penso en volver por sus pasos y encerrarse en su casa, de seguro el monstruo ya se habia ido.
Pero antes de que saliera, se escucharón pasos que hacia crujir la hierba del suelo.
Miro con cuidado y para su sorpresa, vio solo dos ojos rojos aterradores que iban de un lado a otro.
Era obvio que el monstruo lo habia seguido.
—Vamos.. sal, se que estas por aquí— decía el monstruo de forma cruel mientras se arrastraba por el suelo olfateando.

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