II

42 4 0
                                    

Mis músculos se tensaron al oír la pistola tan próxima de mi oído. Hacía tiempo que no escuchaba una voz distinta a la de mis amigos, y ni siquiera me hablaba en mi idioma.

Entendía mejor el inglés que hablarlo, y de repente me puse aún más nervioso creyendo que no sería capaz de explicarme bien y le ofendería y terminaría con una bala en la cabeza, sin volver y sin Woohyun.

- Yo... Yo robar... no... -Murmuré como pude a la vez que alzaba mis brazos.

- Aléjate del puto coche.

Hice lo que pidió. Sin prisa, di un par de pasos hacia atrás hasta que aquel hombre quedó a mi vista.

Sujetaba aquella pistola con seguridad y un cigarro sin encender adornaba entre sus labios. Metro ochenta y algo, una ligera barba que le hacía semejar unos treinta, llevaba el pelo corto y una bolsa cargando al hombro.

Sin añadir nada más, abrió la puerta trasera del coche y tiró la bolsa mencionada en el interior.

Yo permanecía como un imbécil mirándole allí plantado.

- ¡Llévame! -Exclamé señalando el vehículo.

Su ceño formó una mueca molesta sin mirarme mientras se subía al medio de transporte y por un momento creí que le había insultado sin darme cuenta.

- Por favor... -Insistí-. Estoy... Estoy.... ¿cocinando...? a mi amigo...

Aquel hombre alzó la vista hacia mí con una expresión algo extrañada en el rostro a la vez que ponía en marcha el motor, como si no hubiese entendido lo que quería decir. Me aproximé a la ventanilla y posé mis manos en esta.

- ¡Por favor! ¡Me dan miedo los caminantes! -Golpeé un poco el cristal y dirigí la mirada hacia la zona roja un segundo. - Tengo que encontrarle...

Sin embargo solo rodó los ojos y comenzó a conducir, alejándose de mí. Chisté y pateé una piedra, maldiciendo ya en mi idioma.

Aquel desconocido tenía armas suficientes para los dos, coche y frialdad suficiente para entrar y tener más posibilidades de salir con vida. Quizás no me había explicado bien.

- Aish, por qué no habré ido con Hoya a las clases de inglés... -Murmuré chistando y me senté en el bordillo de la acera jugando con una pequeña piedra del suelo entre mis dedos.

Tenía que buscar otro coche, eso no era problema, pero las armas serían un gran punto a favor.

- Seguro que si estuviese en Estados Unidos tendría a mano todas las armas posibles.

Un ruido delante de mí hizo que saliese de mis monólogos. Alcé la vista y descubrí ante mis ojos de nuevo el coche de aquel hombre, que me observaba con fastidio en su rostro.

- Sube.

Una amplia sonrisa se formó en mi boca al escucharle y sin dudarlo un momento, me levanté para entrar en el vehículo sin siquiera pensar si iba a comerme o echarme a los zombies.

- ¿Me vas a... -Permanecí callado unos segundos buscando las palabras en inglés- ...ayudar a... cocinar a mi amigo...?

Él, aún con el ceño fruncido y el cigarro apagado en sus labios guardó silencio unos segundos antes de ponerse en marcha de nuevo.

- Mejor no hables.

Me puse el cinturón sin dejar de sonreír y levanté un poco los brazos de manera victoriosa.

- ¡Compañeros matazombies!

- No hagas que me arrepienta de haber vuelto.

2-. 49 days. (Dongwoo y John).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora