Capítulo 8.

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Al escuchar el nombre de aquel hombre Victoria empezó a sentirse mal, sentía que todo lo daba vueltas, hasta que se desmayó.

Isabella: —¡Señora Victoria! ¡Señora Victoria ! Por favor reaccione. ¡Auxilio! ¡Ayuda! —Gritaba.

Sara: —¡Oh dios mio! ¿Qué fue lo que pasó?

Isabella: —No lo sé, de repente se sintió mal y se desmayó.

Poco a poco Victoria se fue recuperando y como pudo logró sentarse en la silla de su escritorio.

Sara: —Señora Altamirano nos acaba de dar un susto grande, ¿quiere que le llame a su sobrina?

Victoria: —No, no, estoy bien. Ah, y ni se te ocurra decirle que me desmaye, no quiero darle ninguna preocupación a Fabiola, ¿quedó claro?

Sara: —Como usted diga señora.

Victoria: —Puedes retirarte. —Sara salió de la oficina.

Isabella: —¡Ay señora! Me asuste mucho, pero, ¿usted ya se sentía mal desde hace rato?

Victoria: —No, más bien creo que me desmaye por la impresión de saber que Patricio Gómez Ruiz es tu papá.

Isabella: —¿Así?

Victoria: —Sí, el es uno de los mejores empresarios de todo México, todo el mundo lo conoce. —Lo dijo con un tono de sarcasmo.

Isabella: —¿Hasta usted?

Victoria: —Sí, yo lo conocí hace algunos años atrás, pero creo que no le caí muy bien.

Isabella: —¿Qué está diciendo?

Victoria: —Digo que por ningún motivo digas que estas trabajando para mi, porque si se entera, quizá no te deje trabajar nunca mas en grupo Quadrum.

Isabella: —Sí, tiene razón. No se preocupe ya veré que inventare. En verdad muchas gracias por esta oportunidad.

Victoria: —No hay nada que agradecer Isabella. Ahora si me disculpas tengo que terminar un papeleo que tengo pendiente.

Isabella: —Ah si, claro. —Se dirige a la puerta. —¿Y cuándo empiezo?

Victoria:.—Mañana mismo.

Isabella: —Mañana temprano me verá aquí, con permiso. —Salió de la oficina.

Victoria: —¡No puede ser! ¡Isabella puede ser mi hija! La hija que Patricio me arrebató hace muchos años.

Continuará...

El Corazón De Una Mujer. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora