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Rugidos, pasos, y lluvia. Era todo lo que se podía escuchar en una noche oscura en la costa de California, los rugidos eran fuertes, demasiado para ser de un animal común, para su suerte, ellos vivian en un lugar alejado de la ciudad, donde solo valientes aventureros iban a pasar la noche, y ninguno regresaba vivo de aquellos frondosos bosques.

-No! Por favor! Déjenme! - gritaba un pobre hombre, siendo escuchado por nadie, lastima que esas palabras no les quitarían el hambre a una manada de cinco lobos hambrientos. Pronto solo se escucharon gritos, y silencio. La caza ya estaba echa.

Salieron de entre los bosques, una familia común y corriente para la vista humana, Michael Jauregui el padre, a pesar de su avanzada edad se podía ver como un hombre joven, Clara Jauregui, la esposa, con aquellos ojos caramelo que hipnotizaban a su esposo. Seguidos de ellos tres jovenes apuestos, el mayor Chris Jauregui, musculoso, alto, el cabello perfectamente peinado, y una sonrisa perfecta en la cara, Taylor Jauregui la menor de la familia, aún tenía 15 años pero era igual de hermosa como su madre. Por último, Lauren Jauregui, la hija del medio, con una cabellera negra brillante, unos hipnotizantes ojos verdes, alta, con un excelente físico. Venía riendo

-De qué te ries? Loca - dijo el mayor hermano, mientras pasaba su mano por su cabello.

-El hombre - rió - pensó que lo ibamos a dejar vivo - dijo limpiandose restos de sangre que aún tenía en la comisura de sus labios

-Lauren! - gritó Michael - comportate - le ordenó, haciendo que la ojiverde se callara. - Todos a la casa, tenemos que hablar de unas cosas, ahora - gritó al ver como el mayor hermano y la ojiverde empezaban a jugar con un balón en el campo.

Minutos después todos se encontraban en el gran comedor, por supuesto que estaba intacto, ya que nunca lo usaban, lo para guardar las apariencias ante la gente que venía de visita.

-Tenemos un problema, niños - dijo la mayor, parandose al lado de Michael

-Qué paso mamá? - preguntó la menor intrigada

-La caza... se nos está llendo de las manos - dijo una mujer acongojada.

-Como que se nos está llendo de las manos mamá? Debemos comer! - dijo una alterada ojiverde

-No digo que no lo hagas Lolo, pero estamos siendo muy obvios.. - dijo antes de ser interrumpidas

-Y ustedes muy hambrientos - dijo Taylor riendose

Era cierto, Lauren y Chris siempre comian partes gigantescas, el mismo echo de gastar mas energias y pasar por la etapa de la adolescencia no les ayudaba mucho, por lo tanto, tenían un hambre insaciable.

-Taylor... - dijo su madre

-Bueno, el punto de todo esto es que, la gente está notando la ausencia de población, la policía revisa los bosques por las noches por tantas perdidas - dijo el hombre preocupado - debemos mudarnos.

Todos asintieron en silencio, mudarse para la familia ya era algo común desde que los hijos del matrimonio Jauregui crecían, cada uno era mas insaciable que el otro.

-Donde? - preguntó Chris

-Miami, nos vamos para Miami - finalizó Michael.

Por otro lado de la costa, se encontraba una castaña la cual estaba tendida en su cama esperando a levantarse para empezar su día, debía ir al instituto y luego trabajar medio tiempo en la cafetería de la mamá de su mejor amiga, Dinah.

La alarma que tenía al lado de su cama empezó a sonar, haciendo que la castaña se levantase de su cama, y fuera a despertar a su pequeña hermana quien dormida al lado de su habitación, Sofia.

-Sofi, Sofia despierta - dijo suavemente la castaña al ver como su hermana empezaba a frotarse los ojos indicando que iba a despertar en cualquier minuto - debes alistarte cariño - dijo acariciando su mejilla.

Bajó y preparó un buen desayuno para ambas, por qué ella hacía todo esto? Su madre se levantaba sumamente temprano para ir a trabajar, mantener a dos hijas sola no era un trabajo sencillo, no cuando debe pagar educación, comida y gastos básicos.

-Kaki, ya está el desayuno? - preguntó una mini castaña bajando por las escaleras.

-Si Sofi, ven y come, que debemos irnos - dijo, primero llevaba a su hermana a la escuela primaria y luego se iba a tomar sus clases en el instituto.

Su padre... su padre había muerto en un accidente en la carretera, lo cual dejó a la familia Cabello destrozada.

Ambas saliendo con una mochila colgada en su hombro derecho, tomadas de la mano. Caminaron hasta la escuela de Sofi, y luego Camila se fué a su instituto.

-Hey Dinah! - gritó para que la polinesia la escuchara.

-Milaaaaa! - gritó la mas alta - como estás? Si no fuera por el instituto ya no te veo mujer! - dramatizaba

-Dinah.. me ves todas las tardes despues de clases en el café de tu mamá - dijo la castaña riendose

-Pero eso no cuenta! Te pones en tu modo trabajadora y no eres divertida - dijo haciendo un puchero. La castaña rió.

-Cheechee, qué clase tienes ahora? - preguntó Camila mientras veía su propio horario de clases

-Historia- dijo haciendo una cara de disgusto. Camila rió, ella y Dinah eran tan diferentes, Camila amaba su clase de historia.

-Vamos - dijo tirando de su muñeca.

El día se pasó rápido, las clases se pasaron rápido para Camila, y ya estaba parada enfrente del Cafe de la mamá de Dinah para empezar su turno. Estaba ya vestida con un pantalón ajustado, unas converse negras, y un delantal negro, junto con una libreta en la mano. Ella no odiaba su trabajo, le gustaba socializar con los vecinos y atenderlos, pero bueno... Camila era una adolescente, prefería mil veces salir con Dinah al centro comercial, prefería quedarse en su cama escuchando a Ed Sheeran, en fin.

Su horario de trabajo terminó y se dirigió a su casa, cansada, estaba en la calle en la que se encontraba su hogar, cuando vió un auto estacionarse en la otra calle de alfrente. Era un auto muy lujoso como para que esté por esos lares de Miami, si bien Camila no vivía en un barrio lujoso, tampoco vivía en uno de gente sin recursos, era una calle de clase media.

Del auto bajaban tres personas, un hombre, una señora que al parecer era su esposa y una menor, su hija. Los tres cargaban una gran maleta cada uno. Atras de ellos venían corriendo dos personas.

-Te dije que iba a ganarte, idiota - dijo una ojiverde empujando el hombro de su hermano.

-Te dejé ganar hermanita - dijo el mas alto tratando de recobrar el aire.

Han venido corriendo? Mejor dicho, persigiendo el auto? Se preguntaba Camila

Qué pasó con los señores Johansson? Los antiguos vecinos de la familia Cabello.

-Muchachos, adentro! - se escuchó como una mujer les gritaba a los que supuso eran sus dos hijos.

Ambos pasaron frente a ella, el mayor ni la vió, pero la chica volteó en cuanto notó su presencia, Camila pudo apreciar perfectamente a su nueva vecina, tenía sus ojos verdes, un fisico espectacular y un cabello hermoso. La piel de su cara se tornó roja, al ver como su nueva vecina le había guiñado un ojo.

She wolf - Camren G!PWhere stories live. Discover now