Chico del móvil

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¿Vamos por un nuevo cap? ¿Les parece? 

En verdad les doy las gracias a todos los que se aventuran por acá, siempre es bueno tener sus palabras de aliento para seguir incursionando en la escritura. Espero les guste ^^


Capítulo IV: Chico del móvil

Llevábamos menos de cinco minutos sentados en la mesa, cuando el inconfundible chasquido de una cámara al dispararse, me sacó abruptamente de mi divague. Me volví de forma inmediata, justo cuando Erin bajaba su mano e intentaba ocultar su móvil bajo la servilleta. La miré con extrañeza, ¿acababa de hacerme una foto?

—¿Me has hecho una foto? —pregunté, sentándome más firme en mi asiento. Ella sonrió con suavidad, dándome un pequeño asentimiento a modo de respuesta. Bueno, pues qué demonios, ella me había hecho una foto—. Puedo preguntar, ¿por qué?

—Mi prima... —dijo, señalando el móvil como si eso fuese suficiente explicación—. Ella me pidió que... —Se detuvo como si no estuviese segura de continuar por esa vía y suspiró con fuerza, haciendo que un ligero sabor mentolado llegara hasta mi nariz—. Temía que fueras un asesino y todo el tema del móvil... fuese sólo una trampa para secuestrarme y matarme.

—Tiene sentido —aseveré, sonriendo.

—Ella quería una prueba de que... seguía con vida y que tú... eras tú —finalizó, apuntándome con su índice de forma casi casual.

—Bueno, no me subestimes tanto, irlandesa. La noche es joven... —Eché una mirada ausente hacia la ventana, como si en verdad pudiese medir la edad de la noche desde mi posición—. Además, nunca asesino con el estómago vacío.

Le obsequié una rápida sonrisa socarrona, a lo que ella respondió presionando los ojos azules por un pequeño instante y luego reír entre dientes.

—Perdón... —Se echó hacia atrás en su asiento, gesticulando con sus manos al mismo tiempo que me hablaba—. ¿Nunca haces ico en el mago qué?

Como primera reacción parpadeé un par de veces, desconcertado. Pero luego de un largo segundo, me di cuenta que ella había comprendido la mitad de la frase y por algún motivo, había deducido que la mejor forma de completarla sería con un mago. ¡Vaya desastre!

¿Y qué demonios sería para ella hacer "ico"? ¿Cómo alguien haría "ico" con un mago?

—Dije... —Me tragué un suspiro—. Que nunca asesino con el estómago vacío.

—Oh... —Sus mejillas se tiñeron de un débil tono rojo, mientras bajaba la mirada hacia el mantel. Algo en su expresión hizo que me sintiera extraño, pero ignoré el malestar aclarándome la garganta—. Lo siento, es que... mueves la cabeza de un lado a otro y yo...

—Lo sé, lo siento. —Alcé una mano para pedirle que se detuviera—. Llamaré al camarero. —Erin no respondió, ya que yo había formulado mi idea al mismo tiempo que me volvía hacia el salón para buscar al camarero. Diablos, regresé la mirada hacia ella—. Llamaré al camarero.

—Sí, genial.

Levanté una de mis manos para captar la atención del hombre y éste me devolvió un índice en lo alto desde el lateral de otra mesa, con lo que supuse que me pedía un minuto más. Al menos ya estaba mejorando en eso de comunicarme con señas, algo de lo que no me sentiría del todo orgulloso en el futuro. Pero no nos adelantemos.

—Entonces... —La miré, incapaz de pasar por alto el modo en que ella seguía mi boca con tanta atención apenas la veía abrirse. Sabía que estaba mal por mi parte malinterpretar eso, pero, hombre, no estaba tan civilizado como para ignorar una invitación tan abierta y tentadora. Debería ser una regla no escrita para las mujeres, pero podrían tomar nota de ella ya que estamos en esto: chicas, no miren la boca de un hombre al menos que estén dispuestas a ser besadas. Ya les expliqué cómo funciona nuestro procesador de datos, no se hagan las sorprendidas—. Tienes una prima.

El enigma de Erin (libro I) SOLO PRIMEROS CAPÍTULOSWhere stories live. Discover now