Capítulo 9.

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—Ni yo lo entiendo, hermano. Sabes que las chicas nunca fueron mi fuerte. —contestó Gray sin despegar la vista de la pantalla, donde se reflejaba nuestra partida de FIFA. Si bien, era Domingo y Gray llevaba desde temprano para pasar el día conmigo y yo aproveché que era tan mujeriego para contarle de mi cita fallida con Lucy. Pero él se escudó con la triste realidad de que nunca en su vida había tenido una cita. Era aún más idiota que yo. 

—Ahora entiendo porque ya no he tenido citas. —le contesté con simpleza, pero después de eso, la partida terminó y Gray ganó. 5-4, no era la mejor partida que habíamos tenido y eso Gray lo sabia, sin embargo, lo que más me sorprendió fue que no me restregara a la cara su victoria, en vez de eso, sólo volteó a verme y dejo el mando del videojuego sobre el sillón en el que nos encontrábamos. 

 —¡Mierda, Natsu! Sabes que no me gusta hablar de eso. —dijo un poco sobresaltado—. ¡Olvídate de ella! No hizo nada bueno como para que la sigas recordando. 

—¡No la estoy recordando! —me defendí, pero Gray sólo se levantó del sillón y avanzó hasta donde me encontraba y me tomó de la playera amenazadoramente. 

—¿Desde cuándo no tienes sexo? —preguntó sin cambiar su semblante intimidante.

—¿Por qué la pregunta? —le contesté con otra pregunta y me solté de su agarre un poco enojado—. ¡Mierda, Gray! No lo sé. Algunos meses. 

—¿Cuántos? —preguntó y yo sólo trate de recordar cuántos habían sido en realidad. 

—Creo que desde la fiesta de Jenny. —contesté y de la nada su rostro palideció. 

—¡No tienes sexo desde hace tres meses! ¿Cómo puedes vivir? —gritó por la casa, y juro que si la vecina escuchó eso; le diría a mi madre—. Ahora mismo te llevaré con...

—¡El sexo no es la cura para todo! Que tu lo uses así es diferente. —lo interrumpí y él sólo bufó. 

—Necesitas salir, sí o sí. —me dijo él después de maldecir en voz baja a mi persona. 

—Sabes que...

—No, ve y cámbiate. Le hablaré a los chicos...

—Idiota. —susurré y cuando le di la espalda para subir las escaleras, su zapato impactó perfectamente en mi espalda. 

—No tardes demasiado. —dijo y subí completamente hasta a mi habitación, donde cambié mi piyama por un simple pantalón de mezclilla y una playera negra, junto a mis zapatos deportivos del mismo color que la playera. Algo descuidado, diría mi madre. 

   Bajé por las escaleras y cuando llegué a la primera planta; estaban Gray, Gajeel y Loke sentados en el sillón principal. 

—¿Cuándo llegaron? —les pregunté y sólo se levantaron del sillón. Para después avanzar hasta la salida. 

—Ya avisé que estaríamos allá. —dijo Gajeel y Loke me ofreció una chaqueta, yo algo confundido la tomé y después él dijo: 

—Tu madre habló, dijo que no saldrías sino llevas algo para el frío. —terminó la frase y rió. 

—Debo avisarles que no tomen nada de lo que sirvan allí, o al menos no demasiado...

—Desde la última fiesta ya no mezclan las bebidas. —contestó Gajeel y Gray bufó. ¿A dónde iríamos? 

—Perdón que pregunte, pero ¿a dónde vamos? —pregunté. 

—Jenny terminó con Rogue, así que hizo una fiesta para celebrarlo. Hace unas horas nos avisaron de la fiesta que se haría esta noche. —contestó Loke y reí un poco. Y pensar que en la fiesta de Sting se veían tan felices. 

Enamorando al Amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora