Capítulo 4: Madre, hija y ¿Nathaniel?

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Estaba sentada sobre la cama de mi nueva habitación comiendo fresas y hablando con Nathaniel.

― Leila es fastidiosamente molesta. ―Dije haciendo un puchero.

― Sí, y puede verme ¡Puede verme, Lily! ¡Me hacer sentir como si estuviera desnudo! ―Dijo Nathaniel y no pude evitar reír. Cuando llegamos aquí nos dimos cuenta de que Leila posee el mismo don que yo, ella también es médium.

Bien, ahora les contaré. Leila de alguna extraña manera había convencido a mi padre para que yo viniera a vivir con ella. Había pasado las vacaciones de verano con Leila y en todo momento hablaba con Ania, Mike, Markus y mi padre. Las vacaciones se habían pasado con leila llevándome a todos lados para "unirnos más como madre e hija", cosa que no funcionó muy bien. Seguía hablando con los chicos y diciéndoles cuanto los extrañabas y diciéndole a mi padre que quería irme con él y Markus de nuevo. Así que, faltaban solo dos días para que las vacaciones de verano acabaran y comenzara mi último año en la escuela y lo único que podía animarme era que por lo menos Nathaniel estaba a mi lado.

― Liliana, tengo un regalo para ti. ―Oí la voz de Leila en el pasillo.

― ¡Lily, me siento desnudo! ―Gritó Nathaniel y luego desapareció. Mordí mi labio para evitar reír.

― Leila, no quiero ningún regalo a menos que sea un boleto sin retorno a mi verdadera casa. ―Dije un poco molesta y luego metí, de mala gana, una fresa en mi boca.

― ¿Aún sigues molesta por lo del zoo? ―Preguntó Leila de pie en la puerta de la habitación.

― ¿Qué si estoy molesta? No, no estoy molesta por lo del zoo ―Dije en tono sarcástico. Leila suspiró. ― ¡Estoy furiosa por lo del zoo! ―Casi grité. Leila bajo la mirada.

― Lily, ya te pedí disculpas por eso y... Te traje esto. ―Dijo dándome una pequeña caja. Miré a Leila y comencé a destrozar el papel de regalo de la caja.

¿Qué? ¡Soy humana! ¡No puedo resistirme a los putos regalos! ¿Quién puede?

Cuando estaba a punto de abrir la caja, apareció Nathaniel y comenzó a bailar Anaconda de Nicky Minaj. Leila y yo lo miramos con una cara de ¿WTF? Eterno.

― Repíteme ¿Cómo fue que se conocieron? ―Preguntó Leila y yo sonreí.

― Eso es confidencial. ―Dijimos Nathaniel y yo al unísono y luego reímos. Leila levantó las manos como queriendo decir "oigan, tranquilos viejos".

― Bien Lily, abre el regalo. ―Dijo Nathaniel y terminé de abrirlo.

― Es un... ¿Iphone? ―Dije confundida. ― ¿Por qué me regalas un Iphone? ―Pregunté. Leila sonrió débilmente.

― Es por lo del zoo. ¡Lily, de verdad lo siento! Además te compré estas. ―Dijo dándome una bolsa con gomitas, parecían como si un unicornio hubiese vomitado en ellas ¡Eran jodidamente coloridas! ¡Eran simplemente hermosas! Tomé la bolsa rápidamente y comencé a comer las gomitas.

― Eftaf peddonada. ―Dije con la boca llena de gomitas mientras miraba mi nuevo teléfono.

― Lily tiene mejillas de ardilla ―Dijo Nathaniel sonriendo. Leila sonrió y después salió de la habitación. Cuando Leila ya se había ido Nathaniel me miró.― ¿Qué fue lo que pasó en el zoo? ―Preguntó. Yo puse los ojos en blanco.

― Aún no entiendo porque no fuiste con nosotras. ―Dije mirándolo seria. Él se encogió de hombros.

― No fui porque pensé que alguna de ustedes dos acabaría en la jaula de los leones. ―Dijo Nathaniel y yo reí.

Último AñoWhere stories live. Discover now