Mucho por hacer

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Había pasado un año desde cierto extraño robo a una atracción turística y un robo en el cementerio de Londres, ahora el gélido viento era lo que gobernaba como principal factor del clima en el punto de Mitternacht. Eran las horas muertas en el que el frío antes mencionado se hacia notar con fuerza, se podían ver a lo lejos unos carruajes que se dirigían hacia el pueblo, se podía escuchar el cantar de los grillos. Mientras entraban al pueblo se escuchaba uno que otro ebrio que ya había salido de la cantina gritando a una casa equivocada. En los carruajes casi todos sus pasajeros dormían algo cansados por el viaje, de repente se escucho un lamento a lo lejos que retumbaba en los oídos de cualquiera.
Los pasajeros despertaron de repente, al escuchar ese lamento tan lejano pero a vez tan audible como si estuviera cerca

-¿escucharon eso?- dijo un poco tembloroso un chico rubio y de ojos azul turquesa, por su apariencia y tamaño se podría decir que era un chico joven que estaría en la etapa de adolescencia.

-¿Q-que fue eso?- dijo una joven muchacha vestida como una maid y de pelo rojizo atado por dos colitas de caballo a cada lado de su cabeza, ella usaba unos lentes circulares que tapaban sus ojos por completo, dando a entender que ella era miope.

-Parece que vino de afuera...- dijo un hombre rubio alto y de apariencia muy varonil, vestía una ropa parecida a la de un chef

Los tres se asomaron a la ventanilla para ver que pudo ser el sonido pero las calles se veían vacías. El lamento se volvió a escuchar pero esta vez mas cerca.

-¿Que hacen afuera tan tarde?- pregunto un padre apareciendo de repente en frente de la ventanilla

Los tres se asustaron por la repentina aparición del Padre, se dieron cuenta despues de que su carruaje habia llegado sin notarlo al frente de la iglesia.

-No son de por aquí ¿verdad?... ¿Les puedo ayudar en algo?- les pregunto el padre

-Oh si, buscamos la mansión Vangorth...- dijo Baldroy ahora un tanto menos nervioso

-oh ya veo, los llevare haya, por cierto soy el Padre Timoteo, Párroco del pueblo- dijo mientras se subía al carruaje justo al lado del conductor de la misma

-Mucho gusto- dijeron Finnian y Mey-Rin al mismo tiempo ahora estando mas calmados

-oiga ¿usted sabes que era ese sonido?- pregunto Baldroy al párroco

-Los lamentos de una madre, muchacho- le respondió el padre Timoteo

-¿No deberíamos ayudarla?- pregunto Finnian

-No muchacho, cuando la escuchen alejense de ella y vayan a casa- le respondió, dándole una advertencia muy clara al chico

-¿uh? ¿Por qué?- preguntó Mey-Rin

-Es un espectro, pero no se vayan a alterar, ya es tarde deben estar cansados; pronto llegaremos- dijo el padre mientras le hacia la seña al conductor del carruaje para que avanzara siguiendo un camino.

Después de unos largos minutos al fin pudieron llegar la mansión, bajaron de los carruajes los tres sirvientes, el asociado de ellos rodeado de su serpiente Oscar, un anciano un tanto pequeño de estatura que parecía muy adorable y cierto mayordomo que vestía de negro cargando a un dormido chico al que solían llamar "el perro guardián de la reina"

-Aqui es, solo toquen la puerta, a veces Rita se queda hasta tarde trabajando, seguro que ella les abre la puerta- dijo el padre Timoteo

-Gracias por traernos- le agradeció la chica

-Pero ¿como volverá?- le pregunto preocupado Finnian al hombre creyente

-tranquilo muchachos ustedes descansen- les respondio sonriendo de forma amable -¡Taxi!- grito al ver un taxi de la epoca ir cerca de allí e hizo una señal con su pulgar para que este parase

Kuroshitsuji: Book of life and warDonde viven las historias. Descúbrelo ahora