Capitulo 9: "El comienzo del juego"

934 147 33
                                    

¿Esto se podía considerar secuestro? Bueno, la policía debe estar buscándome.

Y ahora que podía pensar con claridad, James debía estar culpándose. Conocía su nobleza.

Fui egoísta.

Pero... Por lo menos mis padres estarán tranquilos con Lance.

Las lágrimas rápidamente lubrican mis ojos, ¿qué hice? Ahora no puedo escapar de mi error.

El hombre de la mascara me había dado ropa, toda ella blanca, haciendo que me vea más pálido aun. Y había ignorado mis preguntas.

Pero sabía que era él, el asesino del padre de Johanna y ella.

Esto era mi karma.

Pero había una incógnita que me consumía la mente : ¿por qué me salvo y me tiene aquí?

Ni siquiera sabia donde era "aquí". Parecía ser un penhouse por lo que alcance a ver antes de que me sedara y me trajera a este cuarto.

Pero era extraño, todo parecía ser de metal y frío.

Y el silencio me enloquecía, aparte, tenia una cámara vigilándome la mayor parte del tiempo, seguramente para que no vuelva a intentar suicidarme.

¿Por qué no me deja morir?

Venía una vez al día a revisarme como lo haría un doctor y después se iba, el resto del día podía leer libros que él me dejaba o podía escribir.

Me gustaba mucho hacer ambas cosas pero mi mente gritaba por respuestas y pocas veces me podía concentrar como quería.

Llevaba varios días si no me equivocaba en esta prisión y estaba empezando a darme claustrofobia.
Nunca había tenido ataques ni nada, pero si me podría estresar por estar en un lugar concurrido o mucho tiempo en un solo lugar.

Sentía que las paredes cada día se encogían más.

Paso las yemas de mis dedos por mi piel y la siento increíblemente fría. Seguramente ya me habría acostumbrado.

La puerta de metal se abre con un chirrido suave y lo veo entrar.

-Hola.- lo saludo. Él levanta la cabeza y la ladea.

Era como su forma de saludar.

Nunca hablaba, era todo un personaje. Nunca se quitaba la mascara o el saco junto con su bufanda frente a mi.

Me siento en la cama con los pies tocando el suelo de concreto. Entonces veo su mano frente a mi, enfundada en un guante blanco.

Abro los ojos con sorpresa. Entonces acerco mi mano a la suya y siento el tacto suave de este.

Me ayuda a levantarme y me guía al centro de la habitación.

-Desnudate.- demanda. Su voz llega a mi memoria pero su pedido hace que quede como piedra.

-¿Qué?- exclamo.

-La ropa, quitatela.- repite. Sabía que no me iba a responder porque o para que así que me quito la ropa con lentitud para acostumbrarme al frío.

-No es necesario que te quites eso.- me indica en el momento en que toco el elástico de mi bóxer.

Entonces se saca un guante y lo deja sobre una cómoda. Suelto un grito ahogado cuando veo que su mano es casi tan blanca como el guante y sus uñas negras.

Él me ignora y comienza a pasear su mano por mis brazos y luego mi pecho, mis piernas y mi espalda.

Cierro los ojos con fuerza, tengo miedo. Su tacto frío y delicado hace que me estremezca y quiera gritar.

Es un pervertido.

Entonces vuelve a mirarme de frente, con la sonrisa blanca en su lado oscuro.

-Estas listo.- anuncia. Levanto una ceja confundido. Entonces en el momento en que toca el pomo de la puerta siento un rayo de miedo atravesarme el cuerpo. -Vistete.

Agarro la ropa y me visto torpemente. Entonces siento su mano en mi antebrazo y abre la puerta.

Salimos del cuarto hacia un pasillo oscuro de concreto.

Mi respiración estaba acelerada y era ruidosa.

Entonces después de unos segundos llegamos a una habitación muchísimo más amplia.

No necesitaba luces para iluminarse, las maquinas ya hacían luces neón funcionando e iluminaban todo el lugar. Abro la boca sorprendido, nada sale.

Parecía un laboratorio que aparecían en las películas.

Él me guía hasta una camilla y hace que me siente ahí.

-¿Qué esta pasando?- pregunto asustado.

-Estas listo.- responde -Tu peso ha aumentado y tu cuerpo esta listo.

¿Me había tenido en ese cuarto preparándome? ¿Para qué?

-¿Listo?- repito incrédulo -¿Listo para qué?

Entonces esa risa burlona y característica se oye desde su máscara, y la sonrisa se ensancha más.

-No creas que te deje vivo para ser mi mascota, no te equivoques.

-¿Qué vas a hacer conmigo?- pregunto más serio.

-Ya lo verás.- ladea su cabeza -Isaac.

Escucharlo decir mi nombre fue escalofriante.

-No entiendo...- susurro -¿Por qué no me dejas morir?

Entonces parece quedarse se piedra y es la primera vez que escucho su respiración agitada.

-Algunas personas no pueden darse ese gusto aún.- responde simplemente, para después poner una mano en mi pecho y acostarme a la fuerza en la camilla, el impacto hace que suelte un quejido de dolor.

Se ríe.

-Oh, vamos. No te quejes aun, no sabes lo que te espera.- suelta amarrando rápidamente mis extremidades con correas de cuero.

El pánico me inunda el cuerpo.
-¿¡Qué!? ¡No!- grito.

Me va a torturar. Me va a torturar hasta que mi cuerpo no pueda más y entonces torturará mi alma y su risa seguirá llenando mis oídos.

-Entonces, empecemos.- ríe nuevamente, trayendo consigo una mesita de ruedas de cirujia con un montón de agujas y sustancias, y cuchillos, tijeras y otros artefactos.

-¡NO! ¡TE LO RUEGO!- grito con los ojos abiertos y llorando, revolviendome.

Él me agarra un brazo y lo aprieta ante mi inquietud, lo aprieta hasta que siento como mi hueso va cediendo y eso hace que mi boca aulle ahora por el dolor.

Entonces se oye un chasquido en medio de mi alboroto. Lo ha roto.

Suelta mi brazo de golpe.

Mis sollozos son sonoros y mi mente solo se encogía ante el dolor y el constante mensaje de :

"Es solo el comienzo".

Entonces acerca una jeringa con un líquido amarillento a mi brazo roto, que comenzaba a punzar y a ponerse rojo.

Inyecta cerca del codo y siento como si me hubieran inyectado hierro fundido. Otro aullido.

Me revuelvo como loco, queriendo salir corriendo, pero las correas no me dejaban mucho al movimiento.

Lloro como un niño pequeño, pidiendo al aire que todo sea un sueño.

Guilty |Kagekao| |Yaoi| #CreepyAwards2016Donde viven las historias. Descúbrelo ahora