Capítulo 10: Dulces?

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-Adelante! -Dije.
-Ponte otra ropa y ve a la sala de reunión. Tienes 5 minutos. -Era Vladimir.

Resoplé y me cambié.

-Bien, quién me cubre en el ala oeste? -Era Victoria.
-Yo, señora Petrov. -Dijo un hombre maduro de cabello castaño.
-Gracias, agente Adams.
-Señor Barnes! Lo estabamos esperando. Venga, tome asiento.

Caminé hacia una silla vacía junto a Victoria, había aproximadamente un grupo de 15 o 20 agentes en una gran mesa y junto a Victoria estaba Vladimir. Al estar más cerca de ella pude observar el gran morete en su pómulo izquierdo, sin duda el culpable de eso era yo.

-Bien, señor Barnes, mañana será su primer a misión en nuestra agencia. Iremos a Bélgica a secuestrar un político. Va a estar muy divertido.

A todos los agentes les asignaron un trabajo, yo fui el último, estábamos Vladimir, Victoria , yo.

-Tu estarás en el edificio del frente. Vas a eliminar a los hombres de seguridad que se interpongan en nuestro camino desde ahí. Será fácil.
-No estoy aquí para ser su títere, no quiero ir a ninguna misión.
-James, necesitamos de tu ayuda en algunas misiones antes de ir tras Rumlow. No puedo dejar mis asuntos tirados e ir por ese maldito que por cierto aún me pregunto, cómo sobrevivió?
-No es mi problema.
-Te lo dije Vi, éste iba a ser más difícil de convencer. -Observé al rubio y le di una mirada de enojo.
-Saben al menos dónde está? -Pregunté.
-Lo vieron en New York hace tres días pero perdimos de su rastro ayer en la noche. -Era Vladimir.
-No quiero asesinar a más personas, señora Petrov.
-James...
-Prekratit' nastaivaya robota. Ne stoit.**

El rubio habló en ruso y la pelirroja lo vio derrotada, yo entendí muy bien lo que dijo, la verdad no recordaba que yo hablara en ruso. Lo ignoré y pensé que debía hacerlo ésta vez. Había asesinado por años, podía hacerlo sin problema.

-Bien, hay que avisarle a Rupert que necesitaremos un franco tirador para mañana a las 5:00p.m. en la base. -Era Victoria.
-Bien, me voy a descansar. -Dijo el rubio.
-Buenas noches, Vladimir!

Vi a Victoria llevar sus ojos a sus manos sobre la mesa.

-Dime a dónde quieres que te lleve? Mañana mismo tramitaré un nuevo nombre y quizá te ayude a encontrar una linda residencia y/o un trabajo estable. Así podrás empezar una nueva vida.

Yo estaba perdido en mis pensamientos.

-Cómo podría comenzar una nueva vida? Ni con un nombre nuevo podré pasar desapercibido, todos me reconocerán por mi brazo de metal.
-Hay nuevas prótesis avanzadas. Lo pintas color piel y le haces lunares, usas guantes, yo que sé.

Vi a Victoria llevar sus manos a su rostro, se veía algo cansada, derrotada. Yo me quedé serio viendo cómo se reponía y me observaba con sus enormes ojos verdes.

-Lo siento! A veces me doy por vencida... confiaba en que tu me apoyarías y quizá te gustara ser parte de mi equipo. Aunque tienes razón, no quieres volver a asesinar. Yo estoy tan acostumbrada que si no lo hago a menudo me siento mal... quizá estoy enferma pero ya es mi naturaleza, llevo algunos años en esto. Asesinar es tan normal para mí.

Yo seguía observándola.

-Hoy por ejemplo no asesiné a ningún hombre y me sentí ansiosa, así que, fui a la cocina a cortar carne congelada. No fue fácil, estaba muy dura. -Ella rió de sí misma. -A veces pienso que realmente estoy loca.
-Quizá. -Le dije y ella me vio extrañada.
-Lo crees?

Asentí, la verdad no estaba muy contento de seguir siendo un asesino pero esa noche acepté ser parte de su equipo. Me di cuenta que no sólo yo estaba trastornado con su pasado.

Al siguiente día, fui a la armería por la mañana, Vladimir me tenía las armas que le pedí. Probé todas, eran fantásticas. El rubio me veía con algo de recelo.

-Bien, caballeros, es hora de prepararse. -Era Victoria. -Señor Barnes, tengo algo para usted, venga conmigo.

Caminé con ella a unos vestidores, ella sacó algo de una bolsa. Estaba confundido.

-Es mi ropa de... -Señalé.
-De Soldado de Invierno. -Ella sonrió levantando el atuendo.
-Cómo es que...?
-Lo conseguí en oferta!

Yo la observé confundido.

-Es broma, fuimos al edifico a buscarte y bueno, lo encontramos en tus cosas, pensé que lo necesitarías en algún momento. Es muy útil y bueno le hice unos remiendos, ya que, estaba rasgado.
-Gracias!
-Ah! Te pones chaleco antibalas no quiero sangre mis quinjets nuevos.

Asentí y fui a prepararme. Subí a la nave junto a Victoria, ella venía muy bien vestida, al igual que Vladimir. Ambos entrarían a la fiesta de cóctel donde se encontraba el político. Ella caminó uno por uno repartiendo algo, los agentes tomaban gustosos, cuando llegó a mí la observé confundido.

-Dulces? -Dijo ella.
-Ah? -Exclamé.
-Dulces? Ayuda a aplacar los nervios mientras llegamos.
-Nervios?
-Tome un dulce y cómaselo. -Era Vladimir.

Miré a los otros agentes que comían sus paletas mientras me observaban. Llevé mis ojos a la bolsa y tomé uno.

-Bien! Si quieres otro me dices.

Al llegar al lugar me moví con un grupo de agentes detrás del edificio donde estaría yo. Subimos a la azotea y nos posicionamos.

-Señor Barnes, dijo uno de los agentes. La señora Petrov olvidó asignarle un intercomunicador, usará el mío.
-Un qué?

El agente me ayudó a colocarme el pequeño dispositivo y escuché la voz de Victoria probando sonido.

-Me escucha, señor Barnes?
-Sí.
-Bien. Hay 4 hombres de seguridad en la entrada, Vladimir y yo estamos dentro. Tenemos a nuestro hombre localizado. El circuito de cámaras está desactivado. Los agentes van a distraer a los tipos y si alguno nos intercepta. Dispara a mi señal.

-Entendido.

Transcurrió al menos una hora, en eso vi algunos de los agentes disparar a los hombres de seguridad. Cayeron los cuatro, sentí un alivio, eran 4 menos a quienes tenía que dispararle. Vi a Vladimir y dos de los agentes salir, luego un hombre calvo salió con Victoria del brazo, dos hombres de seguridad los acompañaban.

Vi al hombre calvo negar con la cabeza, luego Victoria sacó su arma y amenazó a éste. Los hombres de seguridad tiraron sus armas y los agentes de Victoria los ataron. Un bala salió de la nada impactando a Victoria en un brazo. Busqué al atacante y no lo encontré.

-Barnes! Busca al maldito que me hizo sangrar, lo quiero vivo para que lave mi vestido. -Se escuchaba algo irritada.

La vi correr hacia un auto con el hombre calvo. En eso el tipo que disparó la primera vez volvió a disparar hacia el auto, lo divisé en una ventana del edificio del frente, apunté y disparé acertando mi tiro.

Al subir al quinjet que nos esperaba cerca de ahí observé al hombre calvo amordazado. Fui a Victoria que curaba su herida, Vladimir le ayudaba.

-Dime que lo atrapaste.
-No. Lo asesiné. -Contesté.
-Bien, ahora tendré que tirar mi vestido a la basura porque no voy a lavar esa mancha. -Ella sonrió con algo de dolor. -Cuantas bajas?
-Ninguno, señora Petrov. -Era uno de los agentes.
-Buen trabajo agentes!

**Deja de insistirle al robot. No vale la pena.

Bucky Barnes: The Winter Soldier.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora