Muñeco. ± a.u ± ✓Sin Editar✓

Presente; Amigos y ¿más amigos?

*Pov Natsu*

Ya pasaron dos meses desde que empezamos a ser amigos con Lucy. Desde que la conocí siempre pensé que era una persona muy dedicada a los demás, y no me equivoqué. Me acuerdo que una vez estaban molestando a uno de mi clase. Ella fue y lo ayudó.

Cuando dejo de pensar en eso, me doy cuenta que ya estoy en el colegio. Agradezco que sea casi viernes. Entro y veo que Lucy me está esperando, así que me dirijo hasta ella.

- ¡Hey, Luce!

- Hola, Nat. -me saludó ella. Sí, nos creamos apodos.

- ¿Me estabas esperando? Sigo diciéndote, ya sé que te gusto. -dije para sonrojarla. Cosa que funcionó.- Ay, qué lindo tomatito.

- N-No jodas, idiota.

- Bueno, tomatito viviente.

- Tsk... Voy a ignorar esto y te voy a decir algo.

- ¿Qué pasa?

- ¡Te voy a presentar a mis amigos! -me dijo con una sonrisa.

- No quiero, gracias. -me di la vuelta para tratar de irme, pero me detuvo. Hija de puta.

- No te pregunté si querías. -silbó y aparecieron tres chicos.- Sabía que ibas a hacer esto, así que lo preparé todo.

- Te odio.

- Yo también te amo, Nat. - se dio la vuelta y empezó a nombrarme a sus amigos.- Ella es Erza, él es Sting, alías la rubia oxigenada diva y él Rogue.

- ¡Mucho gusto, Natsu! -dijeron los tres a la vez. En serio, da miedo cuando la gente hace eso.

- Ah.- Volteé y me fui.

Pasaron las clases y yo ya me dirigía a la salida para irme. Luce no apareció en todo el día ni tampoco sus amigos, si los podemos llamar así.

Doblo para salir y ahí los veo a todos.

- Hola, Nat. -dijo con una sonrisa burlona.

- Hola y adiós. -giré con la intención de irme por el otro lado, pero fue imposible porque me rodearon.

- Hola, Natsu-san. -saludó... ¿Sting?

- Hi, Natsu. -ahora Erza.

- Hola. - y finalmente Rogue.

-suspire- ¿No tengo opción, cierto? -pregunté a lo que negaron todos. - No crean que la van a tener tan fácil, eh.

- ¿Nos estás retando, Natsu-kun?

- Parece que sí. -dijo Erza.

- Lo siento, Natsu. Pero sí va a hacer fácil. -dice Rogue.

Me aleje de ellos y me puse en marcha para volver a mi casa, mientras hacia mi saludo típico*.
Llegué me bañé, me cambié y blablablá. Mientras hacia todo eso, me puse a pensar. ¿Más amigos? ¿Para qué? Me bastaba con Lucy. Pero en sus miradas se notaba que no se iban a rendir fácilmente.

-Al día siguiente-
Me estiré para alcanzar el rel... ¡Mierda, llego tarde! Tire el reloj a no sé dónde y me vestí. Cuando salí de mi casa empecé a correr como loco.
Dios, esto no me preocuparía si fuera la primera vez. Pero creo que ya llego a las cien llegadas tarde.
Una vez que llegué, vi que había una nota pegada en la puerta;