Dos.

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Camino al restaurante cruzo frente a donde la vi hace días atrás, y no corro con la misma suerte de encontrármela. Su rostro no deja mi mente y me irrita sin siquiera tenerla enfrente. Esa chica tenía que caer.

—¡Fíjate, idiota!—me grita un tipo que estuve a punto de atropellar por tener mi mirada en otra parte.

Bufo, y fijo mi mirada en la calle; niego con la cabeza intentanto borrar su leve recuerdo.

Aparco frente al restaurante y, después de bajarme del auto, me cercioro que esté cerrado. Al entrar, me encuentro con Elena —la mejor amiga de mi madre y co-dueña del local—.

—No esperaba verte tan pronto, Derek—me dice antes de darme un beso en la mejilla.

—Quería ayudar—miento. Es cierto que le tengo un cierto aprecio a Elena pero no tenía que venir a trabajar con ella por eso pero, ¿quién le explica eso a mi encantadora madre?

Ella empieza a caminar después de asentir con la cabeza y la sigo hacia la planta de arriba, dónde hay varias personas caminando de un lado a otro sin fijarse en lo que tienen en frente. 

—Bien—dice mientras sigue caminando—. Entonces, y aprovechando la oportunidad, necesito que me administres a los nuevos empleados. Como agrandamos el lugar, necesitamos más personas—me explica pero no puede importarme menos—. Maelle y Josh ya se ocupan de la parte económica junto a Ghina, así que lo tuyo será el personal. Básicamente mantener un ojo sobre los empleados, mantenerlos activos y realizando las debidas tareas...—se detiene y me mira—. Si estás de acuerdo.

Recorro todo el lugar con la mirada, la cual se posa sobre cierta chica con cabello azul. Sonrío de lado, intentando que no parecer burlón ante los ojos de Elena.

—No podría estar más de acuerdo—le respondo sonriente.

—Entonces, permíteme introducirte—dice y, justo cuando va a empezar, recibe una llamada. La escucho decir un par de monosílabas y me dedica su mirada antes de colgar—. Lo siento, Derek. Me ha surgido algo de imprevisto y debo marcharme, aunque sé que te las vas a arreglar solo—va dicendo mientras camina hacia las escaleras y me sonríe antes de bajar.

Doy unos pasos hasta quedar frente a todos y carraspeo un par de veces para llamar a su atención. Los miro callado hasta que el silencio reina en el lugar.

  —Hola a todos—los saludo—. Soy Derek Maxwell y seré su jefe hasta nuevo aviso...—los murmullos empiezan a hacerse presente, como esperaba—. Espero contar con ustedes para así podernos ayudar el uno al otro y lograr que nuestro éxito se represente en el restaurante con acciones y palabras de gratitud.

Termino mi pequeño discurso antes de acercarme a algunos empleados y darles un apretón de manos. La mayoría de ellos siguen con sus tareas después de acercarse, y aprovecho para caminar hacia cierta chica. 

—Esto es acoso—dice, rodando los ojos al verme cerca.

—¿Tanto te gusté para que lo hicieras?—digo, solo para incomodarla—. Aunque, como lo podrás haber notado, no estoy aquí por ti.

—Es un alivio—sonríe falsamente y empieza a alejarse.

—He decidido que serás mi asistente—mis palabras  la hacen detener y se gira hacia mí.

—Oh, no—dice lentamente.

—Oh, sí—le guiño un ojo.

Tal vez trabajar aquí no será tan malo después de todo. 

N/A:

Y sí, señoras y señores, después de quinientos años Endless se ha decidido de publicar el capítulo. No hay excusas, no hay mentiras. Mi imaginación e inspiración se quedaron en mi bello país y yo me quedé con el cerebro vacío. 

Lo siento, pero aquí está y espero que les guste. 

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Te quiere, Endless. (Sí, los quiero). 

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