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Primer asalto

👊

Do Kyungsoo llegó taciturno y calmado como ha sido siempre; no obstante una soez y confianzuda sonrisa se dibujaba en sus labios de principio a fin. Asustaba, fue lo que primero pensó Baekhyun cuando lo vio llegar y tomar asiento justo delante de él en el cafetín de la universidad.

Estaba completamente vestido de negro, como si no hiciese calor, pero la sonrisa blanca contrarrestaba todo lo que normalmente solía ser aquel pequeño demonio terrenal. No obstante, a Baekhyun no le importó aquel gran suceso, siguió escribiendo con diligencia sus futuras actividades con su pluma de color negro en su libreta femeninamente rosa.

✏Manicure - Hyuna, 05:30 PM

✏Proyecto de Solfeo —Cuando me dé la gana.

—Hoy es el día —cantó Kyungsoo, demasiado animado para lo que solía ser. El negro parecía incluso desencajar en su cuerpo, brillaba mucho.

—¿Qué pasa hoy? —preguntó Yifan, quien se acomodaba sus gafas de sol como si en verdad estuviese haciendo gran soleada.

—Hoy es el día —repitió ferviente Kyungsoo, importándole poco que esa frase ya la había dicho.

Do Kyungsoo tenía veinte años, y era el hijo mismo de la Parca, el enviado del diablo. Una pequeña masita de maldad pura como cariñosamente le decía su madre. Era uno de los mejores amigos de Baekhyun, no tenía mucho, pero los pocos que tenía le valían por mil.

Al lado de Kyungsoo estaba Kris o Yifan, rubio durante sus veintidós años, según él, rubio oxigenado para los amigos. Era el capitán del equipo de basquetbol y se creía el hijo de Jesús en la tierra, con todo lo guapo y rubio que se necesitaba «Sólo falta que se me pinten los ojos de azul y ya estamos. ¡A predicar se ha dicho!»

—Ya sabemos que es un día, Kyungsoo. No tienes que resaltar lo obvio —Ese era Kim Jongin, el niño de papi. «Morenito y candente para las conquistas», como él mismo se auto proclamaba.

Él no era distinto de sus otros amigos, lo único que hacía a Jongin diferente era que era el bebé de diecinueve años del director de la universidad y tenía todo el dinero del mundo en su bolsillo. Posiblemente tenía en su billetera lo que Baekhyun ganaba en tres meses de sueldo en la Papelería en la que trabajaba.

—Cállate Jongin, no voy a dejar que tú ni nadie eche a perder mi felicidad. Hoy es el día —farfulló Kyungsoo, haciendo anotaciones en su libreta negra. «Negra como su alma»

Con una alegría que ya empezaba a abrumar, Kyungsoo suspiró y reveló por fin, eso que tanto lo estaba emocionando. Tanto Baekhyun como Kris y Jongin prestaron toda la atención.

—Como quedamos, hoy es el día para yo invitar a Chanyeol al baile de primavera —dijo el pequeño pelinegro con más maldad que expectativas en la vida—. Será apoteósico.

—Sólo hyung es capaz de usar apoteósico y Chanyeol en la misma oración —se quejó Jongin. Pero rápidamente esbozó una sonrisa de socarronería—. Pero voy a esperar el momento en el que Yeollie te diga que no, entonces será mi turno para conquistarlo. He escuchado que los prefiere morenos.

Kyungsoo rodó los ojos, Baekhyun negó echándose a reír.

—¿Te quitaste los pelos del pecho, Jongin? No que te gustaba dominar —refutó Yifan, batiendo su pelo rubio como el sol—. No creo que puedas con Chan, sólo podría yo. Él está buscando un hombre que lo proteja, que lo ayude y ese hombre soy yo, no ustedes.

El Método Baek → ChanBaekWhere stories live. Discover now