Mision

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Había pasado una semana desde su llegada y las cosas seguían tan duras como el primer día.

Los heridos llegaban y salían de la carpa donde estaba.

Había días donde tenía que levantarse a la una de la mañana para organizar las cajas que llegaban, para atender entre 10 a 30 hombres durante todo el día, hasta las 12 de la noche.

No dormía demasiado y apenas y quería comer, el potaje era horrible e insípido, y a veces lo hacía sentir enfermo.

Al menos ya no se asustaba ante las graves heridas que se presentaban, aunque aún lo entristecía.

Miles había sido de gran ayuda, un buen amigo y casi un hermano.

Siempre que no tenía guardias le ayudaba con su trabajo en la enfermería, o le llevaba un poco de comida.

Hasta que una tarde fue llamado junto con el pequeño grupo de Miles y Jeremy.

-señores tenemos información de que el jefe de la unidad Alemana que hemos estado investigando estará cerca de la capital francesa mañana por la noche, y ustedes se infiltraran para averiguar la mayor información posible.-

-señor....solo iremos nosotros seis...-

-lamentablemente los alemanes reconocen a algunos de nuestros hombres, Upshur y Park son nuevos y bajo tu supervisión podrán entrar fácilmente....-

-solo nosotros tres....-

-Blaire me temo que no tenemos opción ahora, ni hombres....este sujeto a matado a muchos de nuestros soldados y bueno Park podrá explicarte las condiciones del último que logró escapar...-

-bien....Upshur Park vamos por nuestras armas...-

-sin armas Blaire, solo irán como reconocimiento, no dejare que los descubran...-

-bien señor...como ordene señor...-

***

En menos de una hora estaban en un pequeño auto rumbo a un pueblo cercano a la capital francesa, Waylon estaba al borde de un ataque.

Jamás había pensado que tendrá que estar en el campo de guerra, expuesto a que lo mataran o cualquier cosa que pudiera ocurrirle.

Por suerte no tenía puesto su uniforme, si no ropa de civil.

Una camisa beige y un pantalón café muy sencillo.

Miles y Jeremy iban prácticamente vestidos igual.

Por lo que les habían explicado un par de campesinos les ayudarían a fingir ser sus hijos, para que se pudieran acercar al jefe de la patrulla alemana que se estaba estableciendo en el pueblo continuo.

Pero a veces mandaba a buscar jovencitas para pasar el rato.

Aquello era asqueroso ante las ideas que Waylon tenía, pero esto era una guerra y los alemanes estaban ya bastante enfermos, con todas sus ideologías y los asesinatos que cometían.

El chofer los dejo varios kilómetros lejos del terreno de la familia Alandry.

Tuvieron que caminar casi hora y media para acceder dentro de la propiedad.

Llegaron pronto a la casa y encontraron a los ancianos y a sus hijos.

El señor Alandry comento que hacia eso para vengar la muerte de la menor de sus hijas a manos de un alemán apenas el año pasado.

La pequeña Laura de apenas 17 años había sido raptada, y su cadáver fue dejado fuera de su puerta 3 días después.

Nadie en el pueblo quería enfrentar a los alemanas, pero ellos ya estaban cansado.

Entre la Guerra y el amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora