Capítulo 13 Culpable

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POV NASHI

No quise verlo y mucho menos aceptarlo. Todo a mi alrededor parecía lejano y las voces me eran opacas.

-Erza...-murmuré.

Pero ya era demasiado tarde. La reina de las hadas había desaparecido desde el preciso momento en el que Acnoloquia había cerrado sus fauces.

Un sacrificio.

Otro más.

Era extraño, sentía que me estaba moviendo pero mis pies no lo hacían. Me di cuenta que Silver me cargaba en sus brazos mientras corría.

-Erza... debemos volver a buscarla...-musité mientras estiraba el brazo.

-Nashi... por favor...-respondió Silver con la voz rota.-Erza ya no está...

En ese momento, el gremio colapsó y sepultó al gran dragón negro bajo los escombros. Su rugido retumbó de forma espeluznante y sentí como si se llevase mis fuerzas.
Los miembros del gremio habían conseguido salir a duras penas del edificio y todos ellos se reunieron frente a los escombros.

-¿¡Estais todos bien!?-preguntó Mira malherida.

-¡Por aquí sí!-respondió un mago.

-¡Aquí necesitamos atención médica!-gritó Silver dejándome en el suelo.

-¡En seguida!-respondió Wendy.

La dragon slayer me revisó y sus ojos se dilataron al ver mi horrenda herida. Yo ni siquiera podía verla pero sabía que la mancha roja de mi ropa no hacía más que acrecentarse.

-¡Silver cauteriza la hemorragia con hielo deprisa!-pidió Wendy.

Silver obedeció de inmediato y ambos empezaron a trabajar en mi curación. La verdad es que no sentía nada. Todo era borroso, incoloro, insonoro... era como si estuviera perdida en el vacío.

-¡MAMÁ!

En medio del silencio de mi mente resonó la voz de Siegrain.

-¡MAMÁ! ¡¿Dónde estás?!

Repitió la llamada una y otra vez hasta que su padre lo agarró de los hombros. Jerall negó con la cabeza mientras su hijo empezaba a llorar y su garganta se desgañitaba.

-¡No lo creo no! ¡NO! ¡NO!-decía.

Su padre lo abrazó y él se agarró de su espalda para ocultarse del mundo. Pero pronto su mirada se cruzó con la mía. Yo la aparté, pero él siguió mirandome con una mirada fría y hueca.

-Todo es por tu culpa...-murmuró Siegrain soltándose de su padre.

El peliazul empezó a caminar hacia donde estábamos Wendy, Silver y yo. Caminaba de forma imprecisa y tambaleándose.

-Todo es por ti Nashi...-dijo ahora algo más fuerte.

-¿Siegrain qué estás diciendo?-preguntó Silver interponiendose entre el peliazul y yo.

-¡APARTA!-gritó Siegrain.

El peliazul empujó a Silver a un lado, pero el Fullbuster aguantó y retuvo al hijo de Erza con todo el dolor y fuerza de su corazón.

-¡SUELTAME SILVER! ¡DÉJAME, DÉJAME!

-¿Y qué harás cuando te suelte? ¿Golpear hasta la saciedad a una maga herida?-inquirió Silver con voz fría.

-¡TODO ES POR ELLA!-le reprochó Siegrain.-SI NO ESTUVIERA ELLA, SI NASHI NO EXISTIERA... ¡¡¡MI MADRE SEGUIRÍA VIVA!!!

Después de aquel grito, un golpe seco lo siguió. Silver había golpeado a su amigo con toda la fuerza de sus puños hasta el punto que sus nudillos sangraban.

-No vuelvas a decir eso en tu vida...-masculló Silver con una mirada sombría.-¿Me oyes Fernandez? EN TU VIDA.

El peliazul que había ido a parar varios metros más lejos miraba a Silver con rabia y odio. Todo el gremio obsevaba en silencio la escena, la primera prueba de que nuestra familia se estaba rompiendo poco a poco.

-¡No... no es momento para esto!-dijo Mira intentando calmar el asunto.-Acnoloquia puede salir en cualquier momento de los escombros.

-Es cierto.-corroboró Guildarts.-La ciudad ha sido evacuado y solo quedamos nosotros.

-Debemos huir de aquí...-añadió G
Jerall ayudando a su hijo a pararse.-Si no queremos perder a nadie más.

El ambiente era hostil. Frío. Gélido. Nadie miraba a nadie y todos rehuían de todos. El grupo de supervivientes, si es que podíamos llamarnos así, abandonó la zona con rapidez, llevando consigo a los heridos y las pocas cosas que habían salvado.

Silver volvía a cargarme en sus brazos ahora que mi estado era estable y mantenía cierta distancia con el resto. Caminaba en silencio y yo fingía dormir en silencio.

Las palabras de Siegrain rondaban mi cabeza: si yo no existiese, Erza seguiría viva. Más aún. Si no exisitiera, los cuarenta miembros de Fairy Tail no habrían sido asesinados, Ul estaría aquí y el Raijinshu seguría completo. Y lo que era aún peor y demostraba que lo que decía Siegrain era cierto... Si nunca hubiera nacido, mis padres seguirían vivos.

-No le escuches.-dijo Silver y yo abrí los ojos.-Tú no tienes la culpa de nada.

Desvié la mirada y una lágrima traicionó mi rostro.

-No mientas Silver...-musité.-Yo soy la culpable de todo.

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Cuando ya estuvimos lejos de la ciudad de Magnolia, un nuevo rugido resonó en el aire y todos vimos desde la distancia cómo Acnoloquia surgía de los pedazos del gremio como un fénix lo haría de sus cenizas. El dragón se elevó en el aire, dio varias vueltas al rededor del área y finalmente se marchó hacia las montañas dejando tras de sí lágrimas de desesperación manchadas de polvo y sangre.

El gremio y gran parte de los ciudadanos nos habíamos refugiado en los montes. Muchos lloraban sus pérdidas y otros trataban de ocultar sus emociones mirando al suelo.

Pero todos sin lugar a dudas sentían aquella punzada en el corazón. La misma que yo sentía. El mismo miedo. La misma nada.

-¡Hijos míos!-exclamó una voz.

Todos y cada uno de los miembros de Fairy Tail miraron hacia atrás y descubrimos al maestro Makarov que recién llegaba al lugar.

-¡MAESTRO¡-gritaron todos los que tenian fuerzas para hacerlo.

El anciano sonrió tristemente y abrazó a alguno de los magos que lo habían ido a recibir.

-Me alegra que por fin haya vuelto de la reunión de gremios. Ha estado pidiendo ayuda para encontrar al asesino de magos y mientras tanto...-se apresuró a decir Mira.

-Gracias por preocuparte Mira, pero eso ahora es lo de menos.-argumentó el maestro.

Después, echó una mirada a Magnolia, completamente devastada. El abuelo apretó los puños y con ojos tristes volvió a mirarnos. Por un momento clavó la vista en mí y en Silver con alegría, pero su rostro se tornó sombrío en seguida. Estoy segura de que también notó la ausencia tanto de Erza como de Ul.

-Es momento de estar unidos como la familia que somos.-declaró Makarov.

-Eso es imposible.-dijo Elfman.-Ya no tenemos un lugar al que regresar.

Los murmullos volvieron a sonar entre los magos y los ciudadanos cercanos. Sentí sobre mí sus miradas.

Sabía leer entre lineas y sabía bien que todas ellas decían lo mismo:

"Todo es por su culpa."

-Por ahora nos refugiaremos en Blue Pegasus.-anunció el maestro.-Después ya veremos qué hacer.

Sin espíritu ni ánimo alguno, la gente se puso en marcha siguiendo al diminuto anciano que nos guiaría hacia un lugar seguro.

Aunque para mí y los que me rodeaban, ningún lugar en Earth Land era seguro.

Fairy Tail Caza de HadasWhere stories live. Discover now