"H" de Huir

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No podía creer que Chris hubiera muerto, pero mas me sorprendió la reacción de la señora Jhonson.

-¡Señora Jhonson!.- Corrí por las escaleras hasta llegar a la cocina, ahí estaba la anciana lavando los platos como siempre.

-¿Que pasa señor Stefani?.- Dejo de lavar los platos, y me miró.

-Chris... El... El... Esta... Esta... Muerto.- Comencé a sollozar.
Pero la señora Jhonson parecía de lo mas tranquila.

-El se lo buscó, sabia muy bien las consecuencias de desobedecerme, así que ya no es mi problema.- La señora Jhonson siguió con su labor.

-¡¿Pero como puede decir eso?!, ¡Por dios, el era su hijo!.

-¡El no era mi hijo, solo era un estúpido enfermo que adoptamos!, ahora señor Stefani, le sugiero que olvide todo lo que sucedió.- Seguía sin dar crédito a la reacción de esta mujer, ¿acaso era un monstruo sin corazón?. Que enferma estaba toda esta gente al ignorar lo que sucedía.

-¡¿Esta hablando en serio?!, un hombre acaba de morir y usted solo quiere que juguemos a que nada paso, ustedes esta mal, ¡usted es una maldita vieja retorcida!.- Estaba a punto de perder el control y matar a esa vieja.

-Cuide sus palabras señor Stefani, no voy a permitir que me hable de esa manera.

-¿Sabe que?, voy a ir a la policía, si eso haré.- Estaba a punto de salir pero la señora Jhonson me detuvo, ahora estaba llorando.

-Por favor no lo haga... Si usted llama a la policía... Ella... Ella me va a matar.- La señora Jhonson me suplicaba.

-¿Quien es ella?, ¡¿Digamelo?!.- Exigí saber.

-¿Usted la ha visto cierto?, ¿usted señor Stefani, ha visto sus enormes y afiladas uñas?, ¿usted  ha visto sus piernas?, estoy segura que usted pensó que esas pisadas eran de tacones, pero no es así, son sus patas de macho cabrío, son la marca del demonio, ella es el ángel de la muerte, esta pagando sus pecados de esa manera, y usted es muy atractivo para ella.- Las palabras de la señora Jhonson me desconcertaron.

-No lo entiendo... Yo...

-Las coincidencias no existen señor Stefani, solo lo inevitable. Que usted encontrara este lugar, no fue casualidad.- La señora Jhonson salió de la cocina, dejandome con mas dudas de las que tenía.

Subí rápidamente las escaleras, iba  hacía mi cuarto, pero decidí subir al siguiente piso, di el primer paso, y la señora Jhonson apareció.

-No lo haga señor Stefani, si lo hace, ya nadie podrá detenerla, le sugiero que deje todo esto, si lo hace, ella solo vendrá por las noches a jugar con usted y se irá, ella siempre hace lo mismo con todos.- Tenía demasiado miedo, pero necesitaba saber que era lo que sucedía en este tétrico lugar.

-¡Ya no me importa nada!, voy a descubrir quien es ella, así me cueste la vida.

-No sea necio Eliot.- La señora Jhonson me tomó del brazo.- Si no deja esto en paz, no saldrá vivo de aquí, pienselo.- La anciana me soltó, pero aun no podía calmar mis dudas, yo siempre he sido demasiado curioso, y sea como sea, llegaré a la verdad.


Mas tarde...

El reloj anunciaba la hora de la cena. Mi perturbación había sido tan grande, esta casa me ha hecho ver cosas terribles, me siento como en un cuento de terror.

Mi estómago suena, tengo demasiada hambre, pero pocas ganas de bajar a cenar y verle la cara a la señora Jhonson, después de ver todo lo que ha acontecido, no tengo ánimos de nada, lo único que quiero es irme de aquí, quiero largarme lejos.

Al final, el hambre es mas fuerte que yo, y aunque no quiero, tengo que bajar para tener algo dentro de mi.

A paso lento, bajo las escaleras, las cuales siguen rechinando como de costumbre, y el viejo cuadro en la pared, ese horrible cuadro, el cual quisiera quitar de ahí, no se como alguien tiene esa cosa en una casa.

Al bajar al comedor, veo que faltan dos ancianos, y la señora Jhonson esta sentada comiendo, se ve tan tranquila.

-Buenas noches.- Digo para romper el silencio, pero nadie contesta, excepto la anciana Jhonson.

-Buenas noches señor Stefani.

Me siento frente a ella, y nuevamente me entra un gran escalofrío, incluso el aire se siente pesado. Creo que siento que me falta el aire, no puedo respirar.

-Creo... Que... Me voy a mi habitación... Lo siento...


-¿Se siente mal señor Stefani?.- Pregunta la señora Jhonson.

-Un poco...

-No se preocupe, vaya a descansar.

Me levanto de la mesa y extrañamente, cada vez que me alejo mas de la cocina, puedo respirar mejor.

Llegue a mi cuarto casi fatigado, me sentía abatido por esto.
Decidí abrir la ventana y respirar un poco de aire fresco.
Pero el ver toda esa oscuridad allá afuera, todo eso me aterraba, ver los maizales moverse como tentáculos de la noche, y aquellas extrañas sombras.
Esperen...
¿Que es eso?, ¿acaso es mi imaginación?, pero... No, no lo creo.
Junto a aquel árbol, hay alguien, ¿quien es?, no lo se, pero me observa, y puedo ver su aterradora sonrisa... Es ella... Puedo ver sus afiladas uñas, su vestido largo moviéndose al compás del aire.
Me señala, me señala a mi y ponto aquella horrible mujer atraviesa corriendo los maizales, se dirige hacia acá, esta cerca, parece que vuela.
Instintivamente cierro la ventana y la cortina.
Un pequeño aire estremece el vidrio de mi ventana.
Se que ella vendrá pronto, lo hará como las otras noches.




Continuara...

Cap #8 de "La casa de la paranoia".
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