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Ese idiota... ¿Cómo se supone que debo enfrentarle ahora?

Gokudera Hayato se encontraba camino a casa después de la escuela, había recientemente dejado a Tsuna en casa, así que ahora regresaba solo a la suya. Normalmente su trayecto consistía en tranquilidad, solo pensaba en que le haría ser una mejor mano derecha para su Juudaime. Sin embargo, hoy sus pensamientos ni siquiera pasaban por Tsuna. En su cabeza solo había un chico y no tenía nada que ver con el Décimo Vongola.

— Idiota. Idiota. —Murmuraba caminando con prisa. — ¿Cómo te atreves? Idiota.

Y es que los sucesos de esa mañana le habían hecho un revoltijo de emociones. Me gustas. Esas dos palabras no dejaban de retumbarle en los oídos y por supuesto sus labios aún tenían ese hormigueo que no le había dejado en paz durante  todo el día, sabía que ahora estaba rojo como un tomate pero aunque intentara no pensar en ello no podía evitarlo. Yamamoto Takeshi se le había declarado.

Pero eso no era lo que más le acomplejaba, ¡Se le había declarado frente al Décimo!, le había incluso besado frente de él. Realmente ese tonto no tenía cerebro para nada que no fuera beisbol ¿Cómo se le pudo ocurrir semejante tontería?

Sacudió sus plateados cabellos y negó con la cabeza. El problema  era que ahora no sabía cómo hacerle frente ¿debería actuar como si nada? Después de todo, luego de que el Guardián de la Lluvia se le declaró le dio un golpe en la mejilla y salió con un sonrojo que le llegaba hasta las orejas y el cuello, por supuesto, sin haberle dado una respuesta. De cualquier manera no podía responderle.

La gran parte de su conflicto emocional se debía a las sensaciones que le provocó la declaración y el beso de Yamamoto. Nunca había tenido en demasiada estima al ya mencionado, el simple hecho de su presencia le irritaba, no soportaba esa sonrisa tan relajada y mucho menos su actitud, era la persona más irritante del mundo. Si le soportaba era solo porque el Décimo le apreciaba. Sin embargo, no podía negar que sintió algo cuando los labios del Guardián tocaron los suyos, incluso en ese momento lo sentía, algo dentro de sí que le hacía enrojecer y tener la sensación de querer sonreír. ¡Que estupidez!

¡Tonto, idiota, imbécil! ¡Muérete, Yamamoto!

Ahora tenía que encontrar la manera de hacerle frente al Guardián y a sus propios sentimientos
contradictorios.

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¡Lo bese! ¡Lo hice! Y me golpeo... ¡Pero lo bese!

Yamamoto Takeshi no podía borrar la sonrisa de enamorado que sus labios tenían. ¿Cómo podría? Había besado a la persona que le traía loco. Y esta le había dado un puñetazo, pero de cualquier manera había valido la pena. Sí, la había valido por completo.

Aun le sorprendía su valía al haberse declarado, pero llevaba meses enamorado del peli plata y el verle todos los días tan apegado a Tsuna cada vez más le estaba volviendo loco desde hace un tiempo, por supuesto que era estúpido tener celos de uno de sus mejores amigos pero no podía evitarlo, esa dedicación y admiración que Gokudera le proyectaba a Tsuna, incluso la manera en que le miraba le hacían cabrear. Y justo hoy había llegado a su límite al ver como el Guardián de la Tormenta alimentaba a su Jefe. Sabía bien que era una tontería el ponerse celoso por ello pero en el momento le pareció la cosa más importante que debía evitar. Fue como una bala de última voluntad que le impulsó a declararse en ese momento.

— Espero tu respuesta —Susurro a su almohada pensando en el peli plata, por supuesto se esperaba la reacción que tuvo, ya que con su actitud "Tsundere" era bastante obvio.

Me gustas, Gokudera [Yaoi/BL 8059] KHRDonde viven las historias. Descúbrelo ahora