CAPITAN AMERICA: CIVIL WAR II (ROMANOGERS)

Capítulo 4

Unos días antes:

Natasha despertó por la molestia de los rayos del Sol que se asomaban desde su ventana, se incorporó quedando sentada en la cama, vivía en una cabaña, una de las incontables en las que ella se escondía cuando huía de algo.

Se levantó y después de una relajante ducha matutina, se vistió y encendió la radio, solo se escuchaban deportes, con la de cosas que estaban pasando y los medios solo se preocupaban de los deportes.

Natasha no sabía cuánto tiempo debería quedarse allí, pero, decidió salir, tenía que comprar algo de comida, así que decidió ponerse algo de ropa que la hiciera irreconocible y se marchó a la gasolinera más cercana.

La doble agente se mordió el labio al ver un paquete de fritos, decidió comprarlo, aunque tuviera que cuidar algo su perfecta línea, pero, estaba abandonada al mundo, ¿Qué menos que ese pequeño capricho?

-Veinte y cinco dólares, señorita.- dijo el dependiente.

Natasha pagó y se marchó en la Harley que cogió prestada. Después de unas horas, Romanoff se encontraba sentada comiendo en un silencio que dejaba ver su aburrimiento y frustración.

El aburrimiento le hizo recordar un momento clave de su vida, algo que, hasta hace poco, no se dio cuenta de lo importante que era.

**Flashback**

Natasha se encontraba en el gimnasio de la base de SHIELD, ella estaba sumergida en sus pensamientos, pensaba en Bruce, en que, en cierto modo, le echaba de menos, aunque, era extraño, le echaba de menos pero algo en ella le hacía sentir que las cosas con Bruce ya no serían las mismas.

La pelirroja, poco a poco, se daba cuenta de que sus sentimientos por Bruce era un simple juego, como un atrevimiento a pisar un terreno que ella casi nunca pisó, terreno llamado ''amor'', pero, Bruce era un simple ''experimento'', en su momento, ella pensaba que no, que era real, pero no, no era así.

Pero, debía reconocer que cuando Bruce la dejó, le recordó la razón por la que no caminaba en ese terreno, en que no era buena para nadie, ella no había nacido para tener una relación con nadie, tal y como la enseñaron en la KCB.

-¿Acaso buscas una subida de sueldo por levantarte tan temprano?- una muy conocida voz la desveló de sus pensamientos.

Steve Rogers se acercó a ella, esta le dio una sonrisa de las que solo Romanoff sabia enseñar.

-¿Acaso crees que saliendo a correr vas a mejorar ese cuerpo?- dijo ella pícara.

Rogers se puso algo rojo.

-Llevo 70 años sin hacer deporte.- se excusó él.

Natasha rio y subió al ring.

-Bueno, ¿le hace un entrenamiento mañanero, sr. Rogers?- retó la Viuda Negra.

-¿Tienes ganas de pegarme, Romanoff?- dijo este subiendo al ring.

-Tal vez.- sonríe esta.

Romanoff le lanza una patada que Steve esquiva, lo que hace que ambos se sonrían con un tono de chulería, Natasha insistía en los ataques pero Rogers los esquivaba con dificultad.

-Ha perdido facultados, Romanoff.- se burló Rogers mientras caminaban en círculos.

-Muy ingenioso para ser un viejo. ¿Prefiere luchar con el bastón?

-Sería capaz de vencerte incluso con él.

Ahora fue Rogers quien atacó, Romanoff esquivaba más velozmente los movimientos de Rogers, aunque, alguna que otra vez, no lo hacía tiempo, los dos se conocían bien y ya sabían cómo tratarse sin hacerse daño. Natasha golpeo a Steve en un contrataca.