Volver a sentir...

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Felicitaciones!- exclamó Kevin Toscani ofreciéndole una sonrisa a la pareja de recién casados- mi nombre es Camil Treitz- lo escuché dando su nombre falso- soy el novio de Ariza.

Mi amiga le devolvió la sonrisa a Kevin, mientras que Rainiel, tan sólo asentía.

No podía creer que estaba en frente de ellos otra vez.

Estábamos en una especie de Salón de fiesta, decorado para la boda lleno de personas, pero yo solo podía percatarme de una, la persona que se encontraba a dos mesas de la que yo estaba.

Acompañado de Lauren quien no se le había despegado ni un momento en toda la fiesta, estaba Rick... El dueño de mis pasadas fantasías, porque ya no tenía permitido eso.

Tan sólo era un alma vacía por dentro a la que no debería importar nada ni nadie.

Pasé los últimos cuatro años viajando, a veces sola, a veces con Kevin haciendo todo tipo de actividades ilícitas, metida en el negocio del narco tráfico, si bien había comenzado sólo como una mula, me habían obligado a cargar con esas sustancias tóxicas en mi estómago infinidad de veces, haciéndome pagar una y otra vez el pecado que no había cometido, ahora tan sólo tenía que dedicarme a seducir hombres para que accedieran a estos negocios turbios y realmente prefería eso mil veces a ser una mula.

Kevin había sido mi ángel guardián dentro de este infierno, ese chico aunque era hermano de Toscani, se diferenciaba en miles de cosas de él.

Me había ayudado y enseñado a cuidarme en ese negocio y nunca había permitido que ningún hombre me tocara, mucho menos su hermano.

Yo estaría agradecida siempre a Kevin Toscani por haberme enseñado a defenderme y ser mi familia durante este tiempo.

Al principio lo había odiado tanto o más que a Leonardo, siempre recordaba que el era quien se había encargado de Will, que era un asesino y por lo tanto no tendría piedad de nadie, pero si la tuvo conmigo.

Un año después de que me marché fui de mula a Australia y me escapé, estuve vagando por las calles apunto de fallecer por inanición en un lugar al que no conocía, pensando en que podria encontrar ayuda, iría a la policía pediría ayuda y que salvaran a mi familia..

Porque eso era lo que más temía, que Leonardo Toscani lastimara a mi familia...

Me encontraron, Leonardo Toscani me encontró y me dio la paliza de mi vida, pensé que iba a morir y cuando estuve apunto de rendirme escuché la voz desesperada de Kevin reclamando a su hermano por lo que me había hecho, lo enfrentó y dijo que el se encargaría de mi, lo cual ha hecho hasta el momento.

-Cariño-empezó Kevin dirigiéndose a mi- tengo que atender algo en estos momentos, puedes llegar sola al apartamento?- asentí, sabía que Kevin había vuelto por alguna razón que yo no quise saber, tan sólo aproveche la oportunidad que se me dio para volver, el confiaba en mi y yo no lo iba a defraudar, se despidió de Karen y Rainiel y se marchó dejándonos solos.

-Supongo que ustedes dos tienen mucho de que hablar- dijo Rainiel soltando la cintura de su esposa- vuelvo en un momento- dijo dirigiéndose a la mesa en donde estaba su familia.

Sentí como los ojos de Karen se posaban sobre mi con curiosidad y algo de tristeza, sabía que habían muchas cosas que ella querría saber pero yo no podía hacer nada más que mentir.

-me alegra que las cosas hayan ido bien con Rainiel- dije tomando un sorbo de mi bebida.

-y piensas que todo está bien?, desapareces un día y jamás das señales de vida? No se te ocurrió pensar que lastimaste a muchas personas haciendo esto Ariza?- dijo Una Karen enojada.

- te entiendo Karen, sabía que te enojarías pero lo importante es que estoy contigo en este día no crees? Yo siempre me mantuve informada acerca de ustedes.

- y pretendes que te reciba con los brazos abiertos y una gran sonrisa- dijo a punto de llorar- aún recuerdo la noche en que desapareciste, por mucho tiempo me culpe, pero luego me di cuenta de que eras una zorra fría a la que no le importaba nada, tu tío falleció y eso te valió verga...

-callate- exclamé, Karen no tenía idea de lo que yo estaba viviendo y todo lo que me decía me dolía más que un puñal enterrado en el corazón - no vine aquí para esto- dije levantándome de mi asiento- sólo quería ver como eras feliz amiga, pero veo que ya no tengo nada que hacer aquí, de nuevo felicitaciones por tu boda.- dije eso e inmediatamente me marché dejando a Karen sentada y con una cara de tristeza que me partía el alma.

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Observé como Ariza se levantaba de su asiento y se marchaba, me levante rápidamente de mi asiento y la seguí no había podido despegar mis ojos de ella, desde que la vi entrar a la iglesia con ese chico alto de ojos verdes que no despegaba sus brazos de alrededor de su estrecha cintura.

Me había prometido no acercarme a ella, aún así muchas cosas habían pasado si entre nosotros que yo no podía superar, yo amaba esa mujer y aunque mi intención era que fuera feliz donde quiera y con quién sea que estuviera, la sangre me hervía de tan sólo ver a ese tipo a su lado.

Ariza!- la llamé en cuanto estuvimos lejos de la multitud, ella se giró lentamente, estaba hermosa, iba vestida con un vestido corto rojo y su cabello tenía la misma longitud que el mío, sus labios estaban pintados del mismo tono que el vestido como una invitación a ser besados y sus ojos negros tenían un brillo extraño.

-Rick...- susurró con algo de frialdad y en su voz, una frialdad que nunca había escuchado en ella- Que se te ofrece?

- ya te marchas?- pregunté ansioso sin saber que decir, bueno, si tenía muchas cosas que quería hacer como lanzarme hacia ella y estrecharla entre mis brazos... Dios cuanto la había extrañado y necesitado.

- Sí- respondió en mono sílabas.
- te apetece tomar una copa conmigo? Hay un bar cerca de aquí, podemos ir andando...- estaba preparándome para ser rechazado mental mente pero entonces ella pareció pensárselo un momento y luego dijo

- está bien-

Caminamos unas cuadras hasta que llegamos al bar que prácticamente estaba vacío.

Le ofrecí una silla y ella me ofreció una sonrisa coqueta? Si no es que vi mal.

- ahora si Rick...- dijo levantando una ceja.- me vas a decir por qué quieres que tome una copa contigo?

- te podría decir que por los viejos tiempos?- respondí acercándole una copa de wisky.

Ella dio un sorbo con lentitud, lo cual se veía muy sensual en ella e hizo que mi pulso latiera más rápida mente.

- acaso hay algo bueno en esos viejos tiempos?, por lo que yo recuerdo, no.

-en cambio en mi mente si hay buenos recuerdos- contesté, pensando en las veces que la tuve en mis brazos.

-ah si?- pregunto acercándose a mi y mirándome a los ojos un momento que bastó para que yo hiciera lo que tanto anhelaba hacer.

-como esto!- exclamé antes de tomar sus labios con rudeza, e introducir mi lengua en la profundidad de su boca.

Amor Y PeligroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora