65. Terminó sin empezar

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Estoy en la cama con una almohada entre mis piernas y otra debajo de mi cabeza, no sé qué hora sea pero debe ser tarde, la luz que hay detrás de las cortinas es demasiado brillosa. No tengo ganas de levantarme y con esto no quiere decir que este deprimido, es simplemente algo en el pecho que se mueve de un lado a otro, sigo mirando la puta pared blanca que sé que jamás se moverá de donde esta o cambiara de color de repente, porque así de sencillo es, las cosas y las personas nunca cambian, pueden moldearse y pueden actuar un rato como tú lo deseas pero sabes que por dentro será lo mismo de siempre.

No entiendo como pudimos pensar en que alguno de los dos podía tomar la mano del otro y sacarlo de un infierno, ambos sabíamos que no podía durar tanto tiempo, los ojos de los medios estaban en nosotros y yo solo quería ser amado de corazón un instante que durara para siempre, pero no supe cuidarla, no supe protegerla de quienes la atacaba y ella simplemente no supo qué hacer conmigo cuando el temor me comía el cuerpo entero.

Demasiado tontos, demasiado jóvenes e ingenuos.


Me enderezo y tomo mi celular, tiene 83 por ciento de pila y es que en toda la noche no lo tome, me sentía exhausto emocionalmente, me sentía cansado por todo lo que había sentido en tan poco. Ni siquiera quiero ver notificaciones o mensajes, no quiero ver absolutamente nada y no es por tristeza, simplemente estoy harto de toda la mierda, construiría un castillo con todas las piedras que ellos utilizaron para lastimarnos, construiría un hogar para protegerme de los futuros ataques que ya puedo ver venir.

¿Qué va pasar?, ¿qué va pasar con ella y conmigo cuando salgamos a la luz de nuevo?, ¿ellos me terminaran de acabar? Nuevamente tengo miedo pero miro a mi alrededor, ya no hay una mano que me toque la mejilla y me haga calmarme por un segundo, espero que ella hubiese sentido eso, esa tranquilidad momentánea que me brindaba en los momentos difíciles, ella de verdad los necesitaba.

No sé si ella ya se marchó o si ella sigue aquí, tengo tanto miedo de salir del cuarto y verla de nuevo, ¿cómo estará?, ¿se estará preguntando las mismas cosas que yo?


Me pongo de pie y voy directo al baño, demonios, mirándome al espejo me doy cuenta de lo mal que luce mi rostro, es como si me hubiesen consumido lentamente hasta dejarme sin aliento. Apoyo mis manos en el azulejo del lavabo aun mirándome, imaginando suposiciones de lo que estuviera haciendo ahora mismo si jamás hubiera tomado su mano esa noche o si jamás hubiese permitido que ella besara mis labios después de regresar del parque aquella tarde en Nueva York. Suposiciones solamente.

Salgo del baño y en la sucia maleta busco algo, ni siquiera sé que estoy buscando, termino por aventar la maleta al suelo y pasar mis manos entre mi cabello. Es muy difícil, es tan difícil terminar así, de esta manera tan dolorosa, ambos dañados, ambos exhaustos, pero, ¿a quién le importa?, ellos solo querían la mejor foto para su maldita portada, ellos solo querían tomar fotos para tener la exclusiva, ellos solo querían tomar fotos para tener el dinero que pudieran sacarle a eso, ellos solo querían exhibirnos como pedazos de carne y destruirnos en sus dientes. Esta vida es tan difícil pero nadie se da cuenta, porque ellos solo ven el dinero y la fama, la popularidad y los lujosos vuelos, ellos solo ven lo que quieren, porque a nadie le importa una persona rota.


Recojo la ropa que se regó por el suelo y con ella la maleta, tomo el traje de baño y me quito los pantaloncillos cortos de ayer, me quieto la camisa para no tener nada que tenga el olor de algo que paso. Yo solo quiero limpiar el alma negra que ha crecido dentro de mí.

Veo la hora en el celular, las tres de la tarde.

Tomo aire por mis labios y decido salir del cuarto. Miro hacia los lados como si tuviera miedo, y quiero decir un secreto, si lo tengo.


Camino al restaurante de ayer y esta vacío, ¿quién va a comer a las tres de la tarde?, creo que solo yo, hay apenas unos niños comiendo en una mesa y unas cuantas parejas tomando tragos en vasos de cristal. Me siento en la esquina para observarlos a todos mientras tengo frente a mí una miserable copa de fruta que ni siquiera me gusta pero la como de todos modos. Ellos lucen relajados y disfrutando del día, sonriendo y riendo a carcajadas por cualquier tontería de la que estén hablando, nunca dejan de mirarse a los ojos y desde acá noto sus mejillas coloradas.

Las horas se me pasan observando la vida de otros que ni siquiera giran a verme o se sienten incómodos por mi indiscreción, los minutos vuelan y sigo sin terminarme la fruta que más detesto. El sonido de la televisión me hace girar a verla, las cinco con 15 minutos. Me pongo de pie y camino hacia la recepción, ni siquiera sé si la habitación sigue disponible o si debo de marcharme ya.


–Buenas... tardes –alargo tratando de obtener la atención de la mujer que está del otro lado del mostrador viendo detenidamente la pantalla de la computadora.

–Hola, buenas tardes –de inmediato me mira sonriendo.

–Quisiera saber el estado de mi habitación, uhm –balbuceo –No sé hasta cuando esté disponible –sonrió nervioso mientras me rasco la nuca.

– ¿Tiene la tarjeta de su habitación?

–S-sí, claro –como un humano tonto y nervioso le entrego la tarjeta roja.

–Señor, Styles –ella pronuncia mi apellido mientras mira la pantalla de la computadora –Usted tiene su habitación por otras 6 noches y 7 días, hasta las doce del mediodía –me mira entregándome la tarjeta.

–Oh –exclamo y una sonrisa aparece en mi rostro, no es de felicidad, simplemente es algo que me provoca hacerlo, sé que viene de ella y sé que ella sabe que aun estaré aquí –También quiero preguntar algo más.

–Claro, dígame –ella me mira muy atenta.

–La persona que reservo mi habitación... –me interrumpe.

–La Señorita, Swift.

–Si –muerdo mi labio nervioso e inseguro de lo que preguntare – ¿Ella esta aun aquí?, en su habitación o en alguna parte del lugar.

–Temo decirle que ella dio de baja su habitación hace una hora, aproximadamente, y se marchó hace quince minutos, como a las 5, más o menos.

–Bueno –me alejo del mueble –Eso era todo, muchas gracias –doy la media vuelta y camino deprisa alejándome de ahí.


Y está bien, porque en este punto yo estaría seguro que si ella no se hubiera marchado lo hubiera hecho yo.















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N/a: la foto de T.S. marchándose del lugar esta en multimedia, oh, y sé que lo notaron, puse un pedazo o bueno, me inspire en una parte de la canción "New Romantics" de Taylor, porque simplemente encajo como anillo al dedo. Gracias por leer y por comentar, les mando un besito grande. xox

Pd: perdón por la tardanza pero salí del país unos días y no pude llevarme la computadora, pero aquí esta. 

Sad beautiful tragic ; haylor.Where stories live. Discover now