♦ Capítulo 1 ♦

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Capítulo 1:
Dudas Infinitas

No he sido capaz de recordar como estuve a milímetros de abrazar a la tan despreciada muerte.

Dicen que viene sin previo aviso pero que cuando la ves, parece que su destello es proveniente del cielo, lo cuál suena irónico. Pero de lo que si puedo estar segura, es que yo no vi destello alguno.

Sentía que había renacido, noté como el aire circulaba por mis fosas nasales, la sequedad de mi garganta, el tacto suave de algún tejido, el movimiento de todos mis agarrotados músculos... y sobre todo, la molestia que sentían mis ojos al intentar abrirse.

Transcurridos unos minutos, debido a la iluminación de aquel lugar, pude abrir los ojos con dificultad y poco a poco pude enfocar un par de cabezas que me observaban distantes a la par de preocupantes.

Miré a diversos lados, estaba en una pequeña habitación blanca con muebles de color azul y algún que otro racimo de flores.

Cables, goteros y diversos cachivaches, de los que desconozco su nombre, se hallaban por todo mi cuerpo.
Sin venir a cuento, comencé a entrar en pánico. Mis manos empezaron a sudar desconsoladamente y por impulso, intenté arrancarme aquellos cables para escapar de la estancia. Al ver mi reacción, los brazos de aquellos entes me agarraron para impedir llevar a cabo mi cometido.

-Doctor Stock, ¿la ponemos sedante?- dijo aún agarrándome fuertemente...

-No creo que sea necesario si somos capaces de hacer que nos escuche, ¿verdad?- Me lanzó una mirada que no sabría describir, que hizo que se me pusiera la carne de gallina.

Empecé a rendirme, como si alguien controlara mi cuerpo, como si yo no controlara mi cuerpo.

El joven de uniforme blanco fue aflojando su agarre mientras que el hombre, de no menos de 50 años, con barba y bata blanca comenzó a observar una tablilla con papeles.

Como una idea fugaz, miré hacia la ventana para contemplar el exterior y así poder encontrar algo conocido y guiarme por el sendero de dudas en el cual me encontraba.

»El cielo se encontraba cubierto de nubes espesas de color gris y una gran masa de árboles se extendía hacia el horizonte. Frustrada, por no poder ver nada reconocible, volví a mirar al ¿doctor Stock?,(si, creo que el chico dijo algo así, en fin, da igual) que aún seguía mirando papeles y diciendo palabras que mi entendimiento no lograba comprender. 

-Traumatismo craneoencefálico... diversas contusiones...

- ¿Me puede explicar que está pasando?- Escuché como mi voz salía de mi boca, ronca y débil debido a su sequedad, aún así, el Doctor logró escucharme.

-Probablemente tengas sed y hambre, en unos minutos te traerán algo para comer.- dijo el Doctor ignorando mi pregunta.

Pasaron varios minutos y la puerta se abrió bruscamente.

-Dr. Stock le necesitan en la habitación 134. Es urgente.

Como un chasquido el médico salió de la habitación quedándome con la intriga que supuestamente debería haberme quitado.

Repliqué en modo de queja por su marcha repentina e hice intentos fallidos por incorporarme. En ese instante, fui consciente de la poca masa muscular que tenía mi cuerpo.

Uno de los médicos que acompañaba al Doctor Stock se percató de mi reacción y sin previo aviso se acercó y me tapó la boca.

- Creo que no deberías haber despertado, Bérénice. No deberías.

Seguidamente sentí un fuerte pinchazo en el cuello seguida de la sensación de como circulaba un líquido por la vena.

¿Cuanto tiempo he estado dormida?¿Cuanto tiempo llevo aquí encerrada?

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⏰ Última actualización: Sep 09, 2017 ⏰

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