¡Feliz cumpleaños Jolyne!

2. Giorno

Jolyne se encariñaba muy rápido con la gente.

Un año antes...

Luego que Koichi trajera a medias la información que Jotaro le solicitara, él en persona había querido saber qué ocurría con aquel muchacho que al parecer era hijo de Dio con el cuerpo de su antepasado llamado Jonathan, al final fue el mismo Giorno quien lo había encontrado con un poco de curiosidad de saber quien era la persona que con tanta insistencia lo buscaba. Aquel encuentro en Italia había sido malo para Jotaro y muy relajante para su hija.

Jolyne quería verlo todo, quería saber todo sobre Italia y Jotaro le había dado en el gusto a su manera. La había llevado al Coliseo, a la Basilica de San Pedro y a la Torre de Pisa, la pequeña estaba maravillada y hasta había aprendido a decir varias frases en Italiano. La niña buscaba en el mapa lugares para recorrer mientras que Jotaro recopilaba información sobre el paradero de quien se hacía llamar Giorno Giovanna.

Una tarde unos individuos los acorralaron y hablando en inglés los hiceron subir a un vehículo. Jojo no dio muestras de resistencia pues no quería poner en peligro a su hija a quien el paseo le parecía de lo más divertido.

Aquella vez, Giorno los esperaba sentado sobre un trono tal como alguna vez había hecho Dio y un muchacho llamado Mista estaba a su derecha preparado ante cualquier eventualidad, unos hombres lo había llevado hasta el mafiaoso más joven de la historia de Italia. Jotaro estaba preparado a enfrentarse a él pero el lider gangster solo quería respuestas.

Jotaro y Giorno intercambiaron duras palabras mientras Mista se iba metiendo poco a poco a la discusión, el ambiente era tenso y cualquier palabra mal dicha haría que una nueva batalla naciera entre Jotaro y el hijo de Dio.

-¡Mira Papá, es una tortuga! -Dijo la niña con el reptil en las manos.

Todos en la sala se voltearon a mirarla.

-Jolyne, deja ese animal en el suelo. -Le gritó Jotaro.

La niña asustada la soltó y la raíz de un árbol la sostuvo para que no cayera de golpe al suelo.

Giorno se levantó con tranquilidad y se dirigió a la niña. La rama se movió hacia el mestizo italiano y él tomó la tortuga en sus manos.

Jotaro se acercó con cautela hacia Jolyne mientras Mista lo miraba desafiante. El japonés sopesó la situación y se puso en guardia pero su hija miraba a todos asustada a punto de llorar.

-Pequeña, ten cuidado con mi amigo, él es alguien importante y no deseamos que le ocurra nada malo. -El joven le hablaba suavemente para tranquilizarla. -¿Te gustan los animales? -La niña asintió un poco asustada pero con curiosidad. Giorno miró a Jotaro haciendole entender que no haría nada malo pero el hombre no bajó la guardia. -¿Te llamas Jolyne?

-Sí.

-Mi nombre es Giorno.

-Me gustan tus mariquitas, tengo un tio en Japón que tiene prendedores igual que tú pero los de él son raros, jamás había visto mariquitas como las tuyas. -La niña se acercó.- Yo quiero mariposas, son bonitas. -Sonrió.

Giorno le dio un pañuelo y cuando la niña lo tomó el trozo de tela se convirtieron en miles de mariposas que volaron a su alrededor, Jolyne trató de alcanzarlas, saltando entre ellas mientras reía.

-Señor Jotaro, yo no quiero hacerle daño ni a usted ni a su hija. Lo ocurrido entre mi padre y usted es cosa del pasado, yo solo quiero vivir tranquilamente junto a mis amigos, por favor, no se haga una idea equivocada de mí. -Mista se acercó también hacia la niña y le regaló un trozo de chocolate.

Jotaro al fin se había relajado.

Lo siguiente era bastante confuso, de pronto se había encontrado comiendo junto a su hija y el resto de los acompañantes de Giorno, todos amables compartiendo el pan y platos de pasta. Jolyne estaba maravillada, hablando con todos pero Jotaro no podía quedarse tranquilo, el recuerdo de lo sucedido hacian ya diecisiete años no lo dejaba en paz.

Ahora...

Jotaro estaba ante la puerta de la mansión de la banda Passione, el bolso que le cruzaba el pecho le era cada vez más pesado pero era el cumpleaños que quería su hija y haría todo para que ocurríera.

Un hombre vestido de traje lo hizo pasar y lo dejó en la entrada por algo más de treinta minutos mientras la paciencia del japonés se acababa poco a poco.

El muchacho llamado Mista lo llamó y caminando detrás de él lo hizo pasar a la sala de recepción en donde Giorno esperaba mirando a la ventana.

-Buon giorno.- lo saludó el muchacho rubio.

-Buenas tardes.

-Veo que esta vez no haz traído a tu adorable hija. -Le dijo serio.

-No, pero he venido por un asunto relacionado a la niña.

-¿Le ha ocurrido algo? -Preguntó Mista alarmado.

-No, solo... -Era algo dificil ser amable con el hijo del hombre al que había asesinado. -Jolyne está de cumpleaños y me ha pedido como regalo celebrarlo con la familia Joestar, eso te incluye Giorno.

El muchacho lo miró sorprendido.

-No soy un Joestar, mi apellido es Giovanna.

-Yo lo sé y esto es algo problemático, pero mi hija está empeñada en que asistas a su fiesta.

-¿Qué día?

-El veintiuno de Marzo.

-Eso es en casi un mes. ¿La niña pidió que yo, Giorno, fuera?

-Dijo que deseaba celebrar su cumpleaños con todos.

Mista se acercó a su jefe y le susurró al oído algo, Giorno le hizo una seña y el muchacho salió en seguida.

-Mista acaba de ir a cancelar cualquier cosa que tenga que hacer ese día, si la niña lo desea, yo, Giorno iré. -Se acomodó en el sillón y por un momento Jotaro vio a Dio en el mismo lugar.

Jotaro le entregó el sobre verde esmeralda.

-Dentro del sobre está la invitación, un mapa y el número del teléfono del chofer que te irá a buscar. Que quede claro, el ambiente estará extraño, después de todo hay personas que en otras circunstancias jamás se juntarían.

-No voy por los demás, yo, Giorno, voy por la bambina. ¿Cuántos años cumple?

-Siete.

Mista volvió a la habitación y volvió a susurrarle algo al oído de su jefe.

-Muy bien, entonces Jotaro, nos vemos en un mes.

Jotaro salió de la mansión con un extraño sentimiento de alivio, fue más fácil de lo que había sido con Josuke.

"Ahora falta ir por aquella mujer..." pensó mientras se subía al taxi que esperaba.