Capítulo 11 - Proteger

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Era de noche y el smog le daba una atmosfera húmeda y sombría a la región de Kanto, la respiración agitada de los agentes armados empañaban el vidrio de sus cascos y temblaban expectantes a las ordenes de Mello. Simples piezas de ajedrez que se moverían a voluntad de su jugador independiente de quien fuese, estar en manos de un jefe de la policía o un ex integrante de la mafia no era diferente para ellos mientras tuviesen algo que comer para el día siguiente.

Uno de los requisitos para formar parte de este tipo de misiones era prescindir de una familia o pareja...se preguntaba si realmente la recompensa monetaria valía la pena por convertirse en alguien que si moría en misión era reemplazado fácilmente.

Apretó sus puños contra el cuero negro de sus guantes, fuera de la coincidencia parecía que ellos como sucesores de L irremediablemente tenían una fijación hacia un objeto en particular, casi como una manía, no era que necesitaran estar cerca de ellos, pero su presencia de algún modo era reconfortante como lo es una manta para un niño. Mello con el chocolate, su rosario y sus guantes, sin ellos se sentía desnudo y vulnerable, Near con sus juguetes y su disgusto hacia caminar descalzo, lo totalmente opuesto a L que la mayoría del tiempo estaba sin zapatos, en cambio Near llevaba siempre puestos sus calcetines blancos...Increíble como sin importar en lo que estuviera pensando de un modo u otro llegaba a Nate.

Inconscientemente llevo su mano dentro de su bolsillo-"mierda"-murmuró entre dientes, su ultima barra de chocolate se la había terminado ayer y lo único que quedaba era el arrugado papel de aluminio sobrante.

Estaba nervioso pero era soportable, ya había implantado radares antes y no tenía de que temer. Ajustó su compostura, hablo en voz segura y dominante hacia el grupo de hombres que lo acompañarían.

"Todos ustedes ya deben saber que esta no será una misión fácil, así que espero que se adecúen a la situación. Los errores no están permitidos"

Se dividieron en 3 grupos que se acercarían a las bodegas de almacenamiento de armamento de la mafia, un grupo implantaría el radar, otro serviría de refuerzo y el tercero cuidaría el perímetro. Mello esperaría la señal en un edificio abandonado cerca del área, si algo fallaba todo quedaría en manos suyas. En unas cuantas horas más llegarían a recoger los productos así que podría seguirlos de inmediato.

Debía asegurarse de encontrar a Ross directamente, si alguno de sus subordinados lo descubría no dudaría en matarlo. Intentaría convencerlo con la razón y por lo que le debía, si no funcionaba tendría que recurrir al chantajeo, toda la información que había acumulado durante esos años podría usarlo en su contra. Pero lo ideal sería abandonar la mafia sin conflictos en medio.

Eran las 5 de la mañana y observo un parpadeo de luz desde la ventana del edificio contiguo. Esa era la señal, rápidamente abrió la computadora portátil con un rastreador para el radar (regalo de Matt antes de lo sucedido), tenía un mapa completo de la ciudad en 3D y un punto rojo marcaba la posición del radar, incluía un calculo de la velocidad del objeto en cuestión por lo que asumió que estaban siendo transportados por camiones.

La dirección cambió hacia el noreste de la ciudad, donde lo ilegal proliferaba en la vida urbana de Kanto, hogar de estafadores, prostitutas, traficantes del mercado negro y los sectores minoritarios más marginalizados de la sociedad.

Se adentraron en los barrios precarios de los guetos, Mello reconoció aquella zona, era el lugar donde vivía la familia de Ross, como los policías no se atrevían a entrar dentro de los barrios era el lugar perfecto para esconder la mercadería.

Se encaminó a pie porque la motocicleta era muy reconocible, el mismo Ross se la había regalado. Sujetó cuidadosamente la pistola en su chaqueta, debía estar preparado para cualquier inconveniente externo ya que a esa ahora todavía habían asaltantes rondando. El recorrido no fue muy largo ya que conocía los atajos suficientes para llegar a tiempo, al momento de llegar a los barrios decidió moverse por arriba de los tejados, había mucha gente morando por las calles, a simple vista solo mujeres lavando la ropa o niños pateando piedras, pero en realidad estaban atentos a todo a su alrededor.

Ni siquiera la muerte - (MelloxNear)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora