Mi Mate es una Veterinaria (Disponible en Dreame)

Capítulo 1

Capítulo 1

Nadie puede imaginar que un Gran Alfa les tema a las jeringas, pero unas cuantas personas sí y es porque conocen a Kenneth.

"El Gran Alfa", supuestamente.

Kenneth, el gran y no tan respetado Alfa de Sombras Luminosas, era un joven soltero muy deseado que aún no encontraba a su mate.

Ustedes se preguntarán... ¿Qué rayos es mate? Pues es aquella pareja que eligió la Luna para acompañarlo durante toda su vida. Dicho esto... volvamos con "El Gran Alfa".

Este Alfa poseía la segunda manada más poderosa, debido a esto tenía muchos enemigos que deseaban su poder y el control de la manada. Era temido como nadie se imaginaba, su presencia hacía temblar a los demás. Y por todo ello aún no hacían algún movimiento por tomar su manada.

Ninguno se imaginaba el gran temor del Alfa.

Las jeringas.

Oh sí, eso lo hacía temblar y bajar las orejas en un abrir y cerrar de ojos.

Pobre lobito.

Y....hablando del lindo lobito miedoso, ahora tiene un resfriado.

¿Qué? ¿Qué creían? ¿Qué ellos no se enfermaban? Pues sí, y ahora ya lo sabes.

Para el "Gran Alfa" aquella enfermedad era simple y no lo podía derrotar a la ligera, así que, con todas las ganas y ánimos del mundo, paseo por su manada como si estuviera sano.

Aquel paseo al parecer no salió muy bien, los trabajadores fueron desapareciendo a medida que pasaban los días. Un extraño resfriado los había tumbado a casi todos, sin detenerse a investigar, la respuesta ya estuvo frente a ellos.

Así que, para evitar algo mayor, obligaron al Alfa a ir en un hospital.

Veamos qué opina la lobito...

***

Kenneth

No puedo creer que mi propia madre me echara la culpa de contagiar a los trabajadores, ellos tienen la culpa por no cuidarse. O sea ¿Quién rayos no se cuida si sabe que mi enfermedad es contagiosa? Yo puedo pasear por donde se me pega la gana, es mi manada y ellos sabían perfectamente que andaba enfermo.

¡Pero claro! Culpen a Kenneth de todo...

-Buenos días, Alfa- saludó inclinándose ligeramente- Por lo que veo, usted está horrible-comentó observándome de arriba hacia abajo.

¿Tan mal me veo?

-Sí, como si te hubiera pasado un camión por encima y hubiera vuelto a retroceder para pasar otra vez sobre tu cuerpo- escuché a Nico, mi lobo, responderme.

-Mamá, dime que no es cierto-busqué con la mirada el consuelo de mi madre.

Y ella simplemente me sonrió apenas y negó con la cabeza.

-Lo siento, cariño.

Entonces... ¿Estoy feo?

¿Mi vida de soltero codiciado acabo? ¿Cómo me pude descuidar así? ¡¿Nico por qué demonios me descuidaste?!

-No me jodas, Kenneth...

En estos momentos deseaba gritar y cubrir mi rostro para siempre.

-Enfermera, alisté...-escuché al doctor hablando en voz bajita mientras le daba indicaciones a la enfermera-... No falles.

Mis alarmas se activaron a pesar de no poder haber oído bien. Esta enfermedad mantenía mis habilidades a raya, pero no mi sentido del peligro. Este doctor trama algo, pero yo siempre voy un paso delante de todos.