Capítulo 3 [Emma]

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Caminé deprisa por el pasillo como un tigre que hubiera estado enjaulado. Apreté los puños e intenté relajarme un poco antes de llegar a mi destino. Miré entré los enfermeros que se encontraban en la zona de urgencias y localicé a mi primo. Me acerqué y le despegué de un chico con el que hablaba mientras escribía.

—Eeeh... qué maneras, prima. ¿Qué te...? Joder, qué cara.

Suspiré lentamente para no clavarle un bisturí cercano. Pero ¿por qué estaba tan enfadada? Sabía que debía tranquilizarme porque mi estado alterado no tenía ningún sentido.

—¿Por qué no me lo habías contado?

Él frunció el ceño, totalmente desconcertado. Buscó en mi mirada, esperando encontrar de lo que hablaba, pero no parecía verlo.

—¿El qué?

Cuando fui a decirlo me sentí incómoda. Ni siquiera me gustaba el hecho de pronunciar su nombre.

—Que Kyle va a venir —siseé, nerviosa.

En el rostro de Daniel se dibujó la comprensión, seguida por el miedo y la cautela.

—¿Quién te lo ha dicho?

—¡Así que lo sabías! —exclamé.

Carraspeó y miró alrededor, algunas enfermeras nos estaban echando el ojo.

—Bueno, sí. Emma, es mi amigo desde hace años, claro que lo sabía.

Le miré molesta, y dolida. No sabía por qué, pero lo estaba.

—Y preferiste ocultármelo —murmuré, entornando los ojos en su dirección.

—¡Pues claro! ¿Era mejor que te lo dijéramos y removiéramos la mierda? Estabas mejor sin saberlo.

Mi cerebro rápidamente captó el plural en sus palabras.

—¿Dijéramos?

Daniel chasqueó la lengua, dándose cuenta de que había hablado de más. Suspiró y metió las manos en los grandes bolsillos de su camisa de uniforme azul.

—Los chicos, Eveling y yo lo sabíamos —respondió, mirándome como si esperara que le golpeara.

Me lo imaginaba. Sabía que ellos habían mantenido el contacto con Kyle a lo largo de los años, y seguramente se verían cuando él estuviera aquí. Sin embargo, saber que me lo ocultaron y que era la única idiota que no lo sabía, me irritó. Y me decepcionó.

—Vaya —dije—, gracias por vuestra confianza.

Me di la vuelta y comencé a alejarme de él.

—¡Vamos! ¡Lo hicimos por ti!

Miré sobre mi hombro, Daniel levantó los brazos y los dejó caer con impotencia. Me observó aturdido, sin saber qué decir para arreglarlo.

—Si no lo sabías, y él venía y se iba sin que te enterases... pensamos que era lo mejor. No quería que sufrieras.

Una punzada de culpa me atravesó el pecho y bajé la mirada. ¿Qué rayos me pasaba? Daniel tenía razón, ellos sabían que era difícil todavía para mí, evidentemente no quisieron preocuparme. La verdad, habría estado mejor sin saberlo. Asentí hacia mi primo, avergonzada.

—Ya lo sé, lo siento.

Giré sobre mis talones antes de que él se diera cuenta de mi expresión afligida y quisiera venir a consolarme, y salí de la sala.

Cuando al fin terminó mi jornada y llegué a casa, estaba agotada mentalmente. Me duché, y cuando estaba preparando la cena tocaron a la puerta. Suspiré y caminé hasta ella para abrirla, encontrándome a Liam al otro lado.

A tu lado [AOL#2] ¡A la venta en físico!Where stories live. Discover now