7. LOS COLORES DE UNA FLOR

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— Otra muerte, este hecho se ha dado muy rápido —dijo YoonGi, colocando las imágenes sobre el pizarrón junto a HoSeok.

—Noté que sigue estando todo igual —habló el otro—. Creo que es bastante inútil revisar la carta. Es un dato muy inspeccionado, diría JungKook, es un dato que sirve para distraer la mente

—Me sorprende que HoSeok use palabras que probablemente hubieran venido de mi boca —el menor se sentó en su silla con una sonrisa en el rostro—. Lo que dicen es verdad —Los demás se sentaron alrededor de la mesa, acompañándolo—. Es hora de comenzar, así que hablen. Inicia TaeHyung.

— Aunque no estuve en la escena del crimen, la chica pertenecía a mi salón. Su nombre era Yoon MiNam, tenía diecisiete años. De su familia pude saber que era la menor. Un padre, una madre y hermano muerto. Su condición económica era estable, aún así, poseía una beca en esta escuela por sus grandes conocimientos en química.

—¿Qué dicen los testigos acerca de ella?

— Bueno —tragó saliva—. Hablé con los miembros de su club —una buena estrategia para sacar información—. Luego de que su presentación no saliera como debería, el líder comenzó a gritar como un gran loco, atacando directamente a ella. MiNam salió corriendo y podemos decir que, el lugar de destino fue la biblioteca.

— Curioso —susurró YoonGi—. ¿Qué no era ese el lugar en el que se te declaró? —el castaño asintió sin comprender—. ¿Podemos hablar de las galletas? —esa sonrisa era incómoda—. Tenían veneno, JiMin era alérgico. HoSeok casi muere envenenado. Lo más curioso es que, todo incluye a TaeHyung.

—¿Ocurre algo con él? —cuestionó SeokJin—. ¿Por qué él?

—Seré directo —el rubio se cruzó de brazos—. Creo que TaeHyung envenenó a la chica y para que no sospechen de él, se envió a sí mismo una caja de galletas, HoSeok casi cayó en la trampa —ni el mismo TaeHyung podía creer semejantes palabras—. Quizá las galletas eran para JungKook. Por eso dejó la cámara a la vista de SeokJin, para que tomaran fotos de la chica.

— No creo que-

— ¡¿Qué carajos estás hablando?! —El menor se levantó furioso de su silla, amenazando en vano al mayor—. ¡¿Qué hay de ti?! Yo encontré la caja sobre la mesa cuando llegué con HoSeok. ¿Qué tal si pensamos en que JiMin y tú la pusieron ahí?

— ¡¿Cómo crees que hicimos eso?! —ahora el rubio imitaba la posición. ¿Qué clase de persona pensaban que era? ¿Un asesino?

—Ya basta —la mano de JungKook sobre la madera fue suficiente para calmar a ambos chicos, enseguida se sentaron con miradas recelosas en sus caras. Sabía que el momento crítico de sospecha llegaría, desconfiarías hasta de un insecto. Suspiró pesado, levantando como siempre las mangas de su camisa, se alzó cansado en el proceso. Fue rápida la atención de los miembros, pero él sólo tenía a uno que quería escuchar—. HoSeok —llamó al peli-negro—. ¿Cómo eran las galletas? Háblame de su estructura.

— A pesar de tener veneno, se notaban crocantes, normales —JungKook asintió.

— ¿De qué sabor eran?

—Vainilla.

—¿Tu mamá suele hacerte galletas así? —HoSeok asintió.

—Parece que su horno fuera el cielo —se mostró maravillado—. Parecía tener la misma textura, se veían realmente iguales.

— ¿Qué hacías el día de ayer mientras estaban con TaeHyung?

—TaeHyung comenzó su día junto a mí, porque nos encontramos al llegar. Estuvimos buscándolos por todos lados.

BANGTAN BOYS CLUB - BTS (Short Story)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora