Prologo

147 11 4
                                    

Los humanos somos una raza superior. Somos los que manejamos la naturaleza, los que la moldeamos a nuestro antojo. Nosotros la adaptamos a nuestras manos, no al revés. No compartiremos nuestra tierra con nadie más. No dejaremos que las criaturas marinas o los monstruos de los cielos nos gobiernen. Les enseñaremos lo que valemos ¡No dejaremos que nuestra historia caiga en el olvido!

Rey de humanos, Sebastián.



Los dragones somos los más poderosos, los más fuertes y los más hábiles. Somos parte de la naturaleza, aunque podríamos destruirla si quisiéramos. Vuestros insultos, humanos, no derrotaran nuestro ejercito. Preparaos para la batalla que vosotros mismos habéis creado al decir esas calumnias. ¡Someteos o morid!

Rey dragón, Derk.

Las sirenas no tomaremos parte en esa pelea de orgullos. Mientras nuestros ríos y mares no se vean involucrados no iremos en contra de ninguno de los dos bandos, pero tampoco los apoyaremos. Queremos dejar claro que la idea de esta guerra nos parece muy absurda y que por lo tanto haremos lo posible para pararla de manera pacífica.

Atentamente:

Reina de las sirenas, Sahory.

Con esas tres cartas mandadas a cada uno de los reinos de toda la tierra comenzó la guerra entre las especies. Esa guerra abarcaba todo el mundo, y destruía poco a poco los continentes de sus habitantes.

Aquello sucedía en todas partes, salvo en una pequeña tierra del sur alejada de la mirada de los reyes. Allí, la historia comenzó a cambiar.

Grabando una historia a fuegoWhere stories live. Discover now