No aúlles tan fuerte

Capítulo 1:

Me despierto a la luz del alba en el oxidado pueblo de Malleck.

Me doy la vuelta en la cama y me cubro la cabeza con una almohada para saciar las ganas de arrancarme los ojos por culpa del insoportable sonido del despertador. Lo dejo prendido unos cuantos segundos más para que no se me ocurra volver a dormirme (por más tentador que sea) pero termino apagandolo para no escuchar las quejas de mi tía Sam. Vivo con ella por cierto. Generalmente es bastante agradable. Es muy raro que me lo parezca porque es todo lo contrario a mi: ella es super fiestera, sociable, simpática, animada y... creo que ya se entendió el punto. 

¿Que no parece genial? : Un pueblito desconocido,padres difuntos, un bosque con vibra paranormal, una huérfana muy normalita , el hermano menor problemático, y una tia buena onda que te adora y con la que siempre puedes contar... bueno al menos al principio. Lo sé, lo sé; suena como un episodio de la primera temporada de The Vampire Diaries, pero nope, mi vida no es para nada así. Mis padres no están muertos, mamá está de luna de miel. Mamá y su nuevo esposo; mis padres estan divorciados y él vive solo en Canadá así que no nos vemos tanto. No me considero normalita mas bien anormalita si soy honesta, no tengo hermanos biológicos aunque si a mi hermanastro Bruno al que voy a conocer hoy mismo en el instituto. Así es. Mi madre y ese hombre casi acaban de conocerse y en un momento de locura se casaron, y ni siquiera tuvieron la decencia de presentarme a mi hermanastro al cual  también abandonaron mamá y Leo (su  esposo super reciente.) Y en cuanto a lo paranormal... 

Me levanto de la cama y tomo mi mochila del instituto y mi bolso para, ejem, después. Está helando aquí. Tomo mantas y una botella de agua con gas  (no soporto el agua sin gas) y meto todo dentro del bolso. Seguro los otros chicos deben creerme loca por llevar tantas cosas sobre la espalda pero da igual. Me pongo mi abrigo gris y esponjoso comprado recientemente; soy una apasionada por la moda. Cuando salgo de mi habitación; Sam sigue dormida, bien, necesita descansar. Cierro con llave y me largo de mi humilde pero acogedora casita.  Saco mis auriculares de la mochila y pongo a Halsey a todo volumen ¿que? ¡me gusta! 

Cierro los ojos concentrandome en la música vibrante durante un momento, y después comienzo mi camino a la escuela.

Llego a tiempo igual que casi siempre. Suspiro. Primer dia de clases. La Escuela Armónica. Si, en serio se llama así; una prueba más de que el dueño de este manicomio y todos sus empleados están enfermos. Se ve igual que siempre. No hay otra escuela a kilómetros, es la única a la que he ido desde siempre. No entiendo cómo la gente se pone nerviosa su primer día de clases. 

"¡Oh por dios! ¡hoy es el primer día!" ni siquiera lo dicen los nuevos ¡no! lo dicen los mismos chicos de hace años. ¿Para que alterarse? siempre termina siendo lo mismo, eso de año nuevo, vida nueva es una estupidez inventada por personas todavía más depresivas y pesimistas que yo; bueno, tampoco hay que exagerar, no hay nadie más depresivo y pesimista que yo.

Dieciséis años, una edad rara.  Vuelvo de golpe a la realidad cuando un chico en skate me saluda.

-¡Eh!- me giro hacia el, al principio no lo reconozco, pero entonces lo miró atentamente. Piel aceitunada, y ojos grandes. ¡Teo! me acerco para hablarle pero entonces me doy cuenta de que no se dirigía a mi si no a Diana, la chica callada por la que alguna razón babea todo el curso. Siento una presion en el pecho cuando ella le sonríe tímidamente y entra con él al instituto. Yo tambien lo hago. Los recuerdos llegan de inmediato. 

...

-Es el primer día ¿estás nerviosa Maya?- Teo clavó su mirada interrogante en mi y me cruze con sus enormes pero no saltones ojos.

-¡Yo muchisimo! esto es la secundaria, todo un nuevo mundo- murmuró Lara revoloteando la melena roja.   

-No sé- me encogí de hombros- no me puedo poner nerviosa antes de que pase, solo espero que la mala fama de la secundaria  sea solo para asustar a pubertos como nosotros.