Capítulo 31 : Las estrellas brillaron

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Ya había pasado más o menos un mes desde que restablecí mis amistades de nuevo e intente volver a la "normalidad".

Y, ¿a que no adivináis que día era? Sí señoras y señores, 29 de junio, día de mi decimoséptimo cumpleaños. ¡Si señoras y señores por fin alcancé la edad suficiente para hacer magia fuera del colegio!

Aquel día me llegaron cartas y regalos de mis padres, los weasly, de mis primas (de las cuales hacía bastante tiempo que ni sabia nada de nada) y de Fred (que me regaló productos de "Sortilegios Weasley" para que según él me alegraran el día).

Hermione me regaló ropa muggle bastante bonita, y entre Harry y Ron me regalaron un set completo de libros de misterio. Luna me regaló varios dulces de Honey Ducks y entre Neville y Cho me regalaron una pluma del color de mis ojos.

Pero uno de los regalos más importantes y significativos para mi fue el de Terry :
-Buenos días ____ . (Me dijo al bajar aquel día de mi habitación habitación)
-Buenos días Bott. (Le Sonreí)
-Sabes qué ¿hoy hace los años una tonta con un poco de suerte para los estudios, que ama los libros más que a su novio/no novio rubio desteñido, que tiene la suerte de estar en la casa más prestigiosa y cool de Hogwarts, que es la estúpida que a pesar de ser bastante bipolar e incontrolable me conoce mejor que nadie y que además es mi mejor amiga?
-No, lo cierto es que no lo sabía. (Dije sonriendo como una estúpida)
-Bueno, pues si no lo sabías ya te informo yo de ello. Felicidades tonta. (Dijo dándome un abrazo de oso)
-Gracias bobo sin cerebro que tiene menos sensibilidad que un ladrillo :).
-Anda, abre tu regalo tontita. (Dijo entregándome una pequeña cajita plateada) A ver como quería comprate algo especial que pudieses ver todos los días pensé en un anillo. Pero como no te quitas el dichoso pedrusco que te regaló tu novio/no novio pues pensé en esto. (Comentó mientras me sorprendía al encontrarme con una pulsera que ponía :
Para la devora libros. -T y _-

-Merlín Terry me encanta, ¡tiene
nuestras iniciales! No me la pienso quitar, ¿lo sabes, no?
-Me lo suponía... Jajaja. Anda date prisa en bajar al Gran Comedor, estoy seguro de que hay mucha más gente que quiere felicitarte.

Y a pesar de que mi día no había podido ser mejor gracias a ese gran regalo y a que muchísima gente incluidos profesores me felicitaron y sonrieron me sentía hueca por dentro. Ya que cierto rubio imbécil no se había presentado aquella tarde en la Sala de los menesteres, ni en ninguna otra clase o comida del día. Yo por su cumpleaños le había encargado una tarta a los elfos de las cocinas y le había regalado un álbum con fotos nuestras del viaje a Londres (no había podido organizar nada mejor ya que no había conseguido mucho material en Hosgmeade) Pero aún asi me había acordado de él.
Y aunque sabía que probablemente se sintiera mal o sin ganas de nada (que era como se sentía últimamente), me hubiese gustado que por lo menos me felicitase el cumpleaños. Hasta Theodore Nott me había felicitado y dado un gran abrazo...

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Esa noche tras cenar con mis amigos de Ravenclaw y Griffyndor (que se habían unido a nosotros ya que era mi cumpleaños), subí cansada y algo triste a la Torre. Pero justo antes de entrar por la puerta de la sala común, un brazo me tomó fuertemente y me apartó del bullicio de gente. Cuando me quise dar cuenta el rubio tonto que no me había felicitado, me estaba llevando medio a rastras hasta la Torre de la Astronomía.
Cuando por fin llegamos nos paramos frente a la barandilla de la alta Torre, me puse a admirar el cielo.
-Son preciosas ¿verdad? (Dije refiriéndome a las estrellas)
-Ya lo creo. (Dijo Draco, y juraría que me estaba mirando directamente a mi cuando lo dijo, como si para él, lo verdaderamente bonito fuese yo)
-Felicidades _____ White, no he podido verte antes por motivos relacionados con... Ya sabes. Lo siento.
-Draco Malfoy pidiendo perdón, que novedad. (Dije con una sonrisa) Gracias de todas formas hurón.
-Oye, podría, ya sabes... ¿Darte un regalo?
-Pues claro, estás como bobo...
Entonces se metió las manos entre los bolsillos, y rebuscó hasta dar con algo mucho más brillante que todas las estrellas del firmamento. Me apartó el pelo y me colocó un precioso collar en forma de reloj de arena, solo que la arena parecía plata liquida, como sus ojos.
-Se que te habrán regalado un montón de cosas mucho más bonitas y de mayor valor. Pero esto era algo que vi y me recordó demasido a ti. Bueno, en realidad a ti y a mi, es decir, este collar es como una metáfora de nuestra relación ¿sabes? La arena de ese reloj está subiendo y bajando continuamente, las horas pasan con demasiada rapidez y no hay tiempo para deterse, detenerse a ser feliz. Por que el tiempo que tenemos es poco y el que nos queda aún menos. Pero tú, tú ____ eres la única persona capaz de hacer parar a mi reloj y eso, es lo que cuenta. (Y Draco, que había pasado todo el discurso de espaldas tras colocarme el collar, cosas que agradecía ya que así no había podido ver que estaba cubierta de lágrimas, me besó el cuello y volvió a taparlo con mi pelo)
Ese simple roce, más su confesión que me hacía saber que el Draco de antes seguía ahí y seguía amándome, más la luz de la luna que iluminaba su rostro y le hacia parecer aun más hermoso de lo que era, todo eso, hizo que ambos perdiéramos la cordura.
Y él, que había insistido en mantenernos alejados por mi bien, fue quien me besó como si fuese lo único a lo que aferrarse en el mundo. Y quizás para él lo era, ya que como había dicho, yo era la única capaz de hacer parar a ese maldito reloj.
Y le amé por ello, me di cuenta de que le amaba mucho más de lo que otra persona en la tierra había amado jamás a nadie. Y supongo que fue aquel colgante lleno de promesas lo que hizo que perdiésemos la cordura, y lo que no es la cordura aquella noche.
Pero es que juro, juro por Merlín que las estrellas brillaron mucho más en esa dulce y fría noche de junio de lo que habían brillado en toda mi vida.

OBLIVIATE (Draco Malfoy )Where stories live. Discover now