La imagen en mi cabeza me ciega, me deja sin aliento. Me veo a mi, y como de costumbre, tu estas a mi lado.
Eres la razón por la que deberia sonreir, pero no lo hago, y tu tampoco. Respiramos el mismo aire, compartimos los latidos de un corazón que late a la par que su otra mitad. La nostalgia me llena el pecho, las ganas de tenerte un poco mas cerca, y de gritar lo que siento, y gritarte que lo siento.
Y de un momento a otro, nada. El vacio se come todo entre tu y yo. No siento, no escucho, simplemente, respiro.
¿Y tu? No lo se. Nos miramos y esquivamos las miradas, como si de balas se tratasen. La historia se repite, y mis lagrimas tambien.
Pues antes de poder verlo, me tope de golpe con una ola de sentimientos agolpandose en mi pecho.
Y que dificil es, cuando tu cabeza grita que no, y tu corazón susurra que si. Y que duro es eso de sentir que me veo poco a poco, cayendo en el abismo de tus ojos, y no puedo, o quizas no quiero salvarme.
Somos debiles, y a la vez, somos valientes. Valientes por lanzarnos al vacio, esperando a que el otro nos coja, o simplemente, a morir.
Somos dos locos que se ofrecen la pistola, dandole al otro el poder de destruirle, y esperando, y confiando, en que no apretara el gatillo.
Somos valientes enamorados. Y estamos locos, locos de remate.