Mi mundo, mis reglas. ¿OK?

La casa

Al llegar al pueblo nos metimos por una especie de callejuela estrecha, hasta llegar a un conjunto de casas y ... Bueno no tengo palabras , era una casa de tres plantas, era azul oscuro con la pintura desconchada, la puerta estaba raida y descascarillada, esta casa daba asco. Pero mi madre y mi hermana la miraban con deboción como si en vez de ser la casa de la familia Adams fuera un castillo de princesas, pero como a ellas les gustaba decidí sonreir como si me encantara, como se suele decir "al mal tiempo, buena cara". Entramos el interior que era igual de deprimente que el exterior. Mi madre me indicó cual era mi habitación y bueno , no estaba mal. Era grande y espaciosa, tenía toda la pintura azul cielo medio quitada, como si a alguien le hubiera apetecido coger un pincel y empezar a pintar la habitación pero a mitad de camino le hubiera dado pereza seguir. Despues de inspeccionar todas las habitaciones de la casa mi madre me llamo desde el piso de arriba.
_ Kiare sube, que tengo una cosa para ti.
Subí las escaleras de la casa con paso cansado. Al llegar a la habitacion de mi madre la vi tirada en el suelo, haciendo... Vale lo admito no sé lo que esta haciendo. Di unos toquecitos en el marco de la puerta, mi madre me miró y dejó lo que estaba haciendo para ponerse a buscar algo en su mesilla de noche.
_ Te quería dar esto para tu primer dia de instituto_ mi madre me enseñó una cartera de color verde botella.
_ Te la compré en una tienda de antiguedades, me pareció muy chula para ti_ la verdad es que no estaba mal.
_ Muchas gracias, eeeh me voy a dormir buenas noches_ vale vale se que he sido un poquito borde con ella pero soy así con mucha gente y mi madre es una de esas personas, nunca supe porque soy así con ella pero desde que se fue mi padre soy diferente.
Me fuy a mi habitación y me metí en la cama. Ahora en las peliculas yo me dormiría y tendría un sueño fantástico y me despertaría muy guapa, peinada y maquillada, je je no yo me quede despierta toda la noche sin poder dormir, pensando en lo que me esperaría mañana. Y así toda la noche.