Capítulo 22

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Tori

- ¿Cómo están ellos? - Ella suspiró acomodando su cabello.

- No lo sé, - Ella seguía buscando un lugar en el centro comercial. - ellos simplemente no hablan.

- Oh.

- Si, bueno de todas formas al menos no han llamado a la tía Ellen. - Ella trató de sonreír pero al ver mi mirada no lo hizo. - Vamos a comprar, ¿Bien?

- Si. - Ella se estacionó cerca de la entrada.

- Oh, ayer llegaron estos sobres para ti. Logré que papá no lo notara. - Ella me los entregó y cuando vi la dirección no podía creerlo. - ¿Qué son?

- Son de universidades.

- Abrelos. - Negué rápidamente.

- Vamos a comprar.

Miré los tres sobres sobre mi cama, cada uno tenía tres diferentes sellos, eran de las tres universidades, las cuales quería entrar. Eran tres grandes universidades, y una de ellas era Stanford pero... otra de Harvard, yo ni siquiera di una entrevista ahí. Y Stanford podría haberme mandado esto para decirme que no. Pero si era para aceptarme tendría que decidir entre ambas, y cada una esta a cada costado del país, y yo sabía que Kristen fue aceptada en Stanford. Y bueno, Yale sigue estando al otro lado de California.

- Tori, me preguntaba si tú... - Vi a Katherin entrar con un lindo vestido. - ¿Pasa algo, cariño? - Yo negué tomando los sobres. - Bueno, me preguntaba si querías venir al club. Kristen odia jugar tenis conmigo y ya no me dejan acompañar a Robert cuando juega golf.

- Claro. - Le sonreí levemente.

La verdad es que no había jugado tenis más de tres veces en mi vida y Katherin parecía ser muy competitiva, creo que cuando le gané un punto esa pelota que llegó en mi estómago fue intencional. Ambas volvimos al comedor antes de que me matase, pude ver a Kristen hablando con la modelo. Pensé que nunca tendría ver su rostro de ángel lucirse frente mis ojos.

- Alexa, es bueno volver a verte. - Katherin besó ambas mejillas de la joven.

- Es gusto es mío, tuve que viajar para las fotografías de la empresa de turismo de mis padres. - Claro, ella era multimillonaria, linda y talentosa. - Le decía a Kristen que haremos una barbacoa en mi casa por si quieren ir.

- Cla...

- Kristen y yo estaremos ocupadas esta tarde. - Alexa me miró con una ceja alzada.

- ¿Lo tenemos?

- Claro. - Sonreí falsamente. - Lo lamento, Acacia.

- Es Alexa.

- Si, eso. - Sonreí falsamente tomando la mano de Kristen sobre la mesa.

- ¿Son novias?

- Casi novias. - Ambas dijimos.

- ¿Casi novias?

- Somos como novias pero no lo somos. - Kristen aclaró. - Es complicado.

- No lo es. - Fruncí el ceño y pude ver la sonrisa de Alexa aparecer, le odiaba.

Cuando volvimos a la casa de los Steele me di una ducha y me puse un vestido de verano. Decidí arreglar un poco mi cabello y ponerme un poco de maquillaje, al salir del baño vi a Kristen sentada sobre mi cama observando los sobres.

- ¿Cuándo llegaron?

- ¿Revisabas mis cosas?

- Tori. - Se los quité y los guardé en mi bolso.

- Vamos a ir a comer a un restaurante, y los abriremos allá. ¿Te parece bien eso? - Ella asintió y le di una leve sonrisa. - ¿Cómo es eso de es complicado? - Ella rodo los ojos mientras tomaba su mano.

- Ya no importa. - Besé su mejilla.

- Bien, vamos a gastar el dinero de mi hermana.

Era un restaurante bastante lindo, y lo podía pagar porque mi hermana me había depositado una cierta cantidad de dinero en caso de emergencias, y separarle de Alexa era una emergencia.

- ¿Estás lista? - Saqué los sobres de mi bolso. Ella asintió.

- No sabía que habías postulado en Harvard y Stanford.

- Sólo a Stanford, aún no entiendo como llegó esto de Harvard. - Me encogí de hombros. - ¿Cuál abrimos?

- La menos interesante. - Ella tomó la de Yale. - ¿Quieres que la lea por ti?

- Claro, me gusta escuchar tu voz. - Ella sonrió abriendo el sobre.

- Es una placer comunicarle que nuestra universidad esta interesada en su talento deportivo y su intelecto, seríamos bastante privilegiados al tenerla en nuestra universidad y la esperaremos para la última entrevista y su confirmación a nuestro correo electrónico.

- Bien, ahora la de Harvard. - Se la entregué. - Quiero saber que dice.

- Es un placer comunicarle acerca de nuestro interés en usted. Conocemos el trabajo de su padre quién la ha recomendado en nuestra universidad y... - Se la arrebate de las manos y la rompí. - ¿Pero qué haces?

- No pienso ir a Harvard. - Gruñi molesta.

- ¿Y eso ha que viene?

- Es una trampa de mi padre, él sabe que quiero ir a Stanford y supongo que ha descubierto el por qué. Su amigo es rector de la facultad de medicina de Harvard, así que es todo una trampa para que elija lo opuesto a California, osea Massachusetts.

-¿Y por qué quieres ir a Stanford? - Le miré sonriendo levemente.

- Es una buena universidad, y sé que el ambiente será bueno.

- ¿Cómo puedes saber eso?

- Porque estarás ahí. - Ella sonrió mostrando su blanca dentadura. - Ahora, ¿Puedes leerla primero y luego decírmelo? - Ella asintió.

Ella abrió el sobre mientras yo tomaba de mi soda algo nerviosa. Si esa carta me decía que no, no tenía otra opción que irme a Yale y mi padre se saldría con la suya. Aunque siempre esta UCLA. No, debía pensar positivo, si Yale me aceptó Stanford también. Ella bajó la carta y su cara inexpresiva.

- ¿Planeas vivir en la costa o en el centro? - Yo la miré confundida. -Debemos buscar un departamento, no dejaré que duermas en esas residencias.

- Eso quiere decir que...

- Serás la mejor médico que se haya graduado de Stanford, me levanté de mi asiento y di pequeños saltos, quizás sólo quizás hubiese hecho una pirueta.

- ¡Tengo que llamar a Teresa, Shawn, Elizabeth y... - La miré y vi su hermosa sonrisa, tomé su cara entre mis manos y sin importarme nada le besé. Las cosas iban bien y estaba demasiado feliz por ello. - Necesito que me respondas unas preguntas. Sólo puedes asentir o negar.

- Esta bien. - Murmuró.

- ¿Tú te comiste el chocolate que me ha traído tu padre? - Ella asintió. - ¿Me quieres? - Ella negó. - ¿Me amas? - Pregunté con una sonrisa, ella asintió. - ¿Quieres ser mi novia completamente? - Ella asintió y pude notar como sus ojos brillaban antes de que me abrazase. Escuché un pequeño sollozo de su parte. - Kris, ¿Qué pasa?

- No es malo, es sólo que te amo demasiado y desde hace mucho no me sentía tan feliz, y es gracias a ti. Te amo, Tori.

- Y yo a ti, Kristen.

Kristen & ToriWhere stories live. Discover now