Querido Virgo ; ZODIAC

- Página Cinco.

¿Emocionada? Quería llorar.

Todo esto había ya terminado con el tope de felicidad, aquellas personas eran extremadamente llamativas, todos eran iguales a como los regían su cualidad zodiacal. Sonreí para mí misma tragando saliva y corrí con una chica de cabellos claros y lisos, tenía unos diminutos cuernos acompañado con un tatuaje en su mejilla diminuto, si mal no me recordaba, era el signo Tauro.

- ¡Hola!- Le hablé - Soy Tessie, la hija de la Diosa Venus, ¿Me conoces?-

Al verme su cara sonrió y sus mejillas se acaloraron.

- ¿Tessie? Yo soy Tauro.- Me estrechó con amabilidad su mano izquierda con unas uñas extremadamente bien cuidadas, pintadas de un color celeste seco y opaco, le miré y tomé su mano dandome una pequeña comparación, aquella chica era preciosa, sus cabellos, su cuerpo y hasta su forma de caminar era envidiable, ella puede hacer que cualquiera pueda caer a sus pies. Observé más allá de lo físico, miré con profundidad sus ojos, eran color almendra, tan claros como la luz de la luna, arqueé las cejas, no veía tan sólo una bella forma, veía pena y frustración, algo que podía ocultar pero no sabía sus motivos, solté lentamente su mano y sonreí amablemente.

- ¿De la Diosa Venus?- Preguntó.

Asentí sin quitar mi sonrisa y reí un poco.

Sentí un empujón tras de mí y volteé asustada, era una chica de cabellos rojos y parecía algo asustada.

- ¡Lo siento!- Tartamudeó esta.

Se quedó mirándome y al minuto después, lanzó un grito abrazándome.

- ¡Tessie!-

- ¿E-Eh?- Me sorprendí, aquella no me resultaba familiar, ¿Qué era esto?

- Soy Cáncer, ¡He oído de ti! ¡Eres hija de la famosa Venus!-

Reí orgullosa, ¡La chica Cáncer me conocía! La abracé y giré con ella.

Parecíamos unas locas gritando en medio del living.

Sentí que Virgo me fulminaba con la mirada, parecía molestarle el ruido y sonreí nerviosa deteniendo los gritos.

- El gusto es mío linda.- Contesté.

Cáncer rió mientras miró a Tauro.

- ¿Tauro puedes creerlo?- Ella sonrió como si respondiese, miró de reojo a un chico pelinegro y subió las escaleras lento.

- ¿Diosa?- Se acercó quien creo que era Capricornio.

Volteé mi mirada hacia ella, una chica alta y blanca, con sus mejillas manchadas con pequeñas pecas naranjo claro y unos ojos que parecían un par de perlas turquesa. Para que describir su cabello, ¡Era precioso! Tan claro, tan limpio y tan bien cuidado, lo tenía trenzado ordenadamente, decorado con pequeñas flores de colores pálidos.

Sentí envidia, miré de reojo a Virgo, quien al parecer, parecía querer comerse a Capri con la mirada, me dije, "¿Quién no?", si era una chica preciosa, bajé la mirada tratando de disimular mi pena, no, no eran celos, era esa pena que uno siente al saber, que alguien es mejor que uno mismo y que sin mayor rodeos, sabes que es así.

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