Enamorada De Mi Profesor De Violín 2.0 [Libro 2]

Capítulo 5: ¿Trabajas aquí?

   Sigo el taxi durante unos minutos hasta llegar a un club bastante peculiar, es grande y tiene escrito "Lujuria" en letras doradas.                        Veo a Sara bajar del taxi y entrar por la puerta trasera, donde dice exclusivo para clientas, bajo del auto e intento entrar pero un hombre de seguridad me lo impide.
   Recuerdo el favor que le pedí a Lola y le envío un whatsapp mientras pienso en un plan.

Yo: Ya no te necesito Rubia, no cumpliste con lo que te pedí, olvídate de mí...😒✔✔

Rubia: De todos modos ya no quiero seguir contigo, tengo a otro bye 😘

   Su respuesta me deja boquiabierto y la elimino de mis contactos.
   Entro por la puerta principal rogando tener suerte y poder hallarla, el lugar está muy oscuro, las únicas luces que alumbran son de neón rosa y rojo. Me siento en la barra y observo mejor el lugar, es un prostíbulo sin duda alguna, pero ¿Por qué Sara entró aquí? De repente, las luces comienzan a titilar al ritmo de una canción sensual y una sombra femenina aparece en el escenario.

—Caballeros, aquí está la más esperada de la noche, quienes tengan suerte podrán llevársela a una de las habitaciones y hacer lo que quieran con ella, con ustedes ¡Gatúbela!— Presenta un hombre y la mujer comienza a hacer pole dance vestida de gata sexy, al fijarme mejor me doy cuenta de que se trata de Sara.

   Los hombres del lugar comienzan a gritarle miles de obscenidades y se abalanzan sobre el escenario para tomarla. Ella finaliza su baile y el presentador se acerca tomándola por la cintura.

—Muy bien, que comience la apuesta— Dice y todos empiezan a gritar su apuesta, que se ha extendido hasta mil dólares.

—¡Diez mil!— Grita una voz muy familiar.

—Vendida al señor— Anuncia y el hombre que ví hoy en su casa la tomó del brazo arrastrándola hacia una habitación.

—¡Esperen! ¡Yo ofrezco quince mil dólares!— De repente me veo apostando por ella, si bien tengo mi chequera, no debí haber abierto la boca.

   El presentador me hace señas para que suba al escenario, quita a Sara de las manos de aquel hombre y me la entrega a mí como si fuese un objeto.

—Diviértete— Me susurra y me señala la habitación.

   Entro con ella y baja la mirada, yo enciendo la luz y le quito la máscara.

—Tranquila, no te haré nada Sara— Intento tranquilizarla y la abrazo.

—¿Por qué hiciste eso Will?— Pregunta sollozando.

—No lo sé, ahora por qué mejor no nos sentamos en la cama y me cuentas todo, prometo que no le diré a nadie— Le propongo, asiente y nos sentamos.

—Es una larga historia en realidad— Baja la mirada y tomo su rostro.

—Luego de lo que he pagado, mínimo debes contarme todo— Sonrío de lado y ella asiente.

—Bueno, mi madre murió cuando nací y mi padre falleció al poco tiempo de tristeza, desde entonces viví en un orfanato, cuando tenía cinco años fuí adoptada, parecían los padres perfectos, hasta que todo cambió. Mi padre falleció por sobredosis y desde entonces mi madre sólo viaja para no estar conmigo, no me da dinero ni nada. Cuando cumplí los quince años comencé a buscar trabajo, lo cual no logré debido a mi minoría de edad, un día el jefe de aquí me propuso trabajo, dijo que sólo bailaría para los hombres, pero poco a poco se fue distorsionando el pacto y ya has visto cómo terminé— Finalizó y yo la veía atónito.

—¿Y por qué no lo dejas y buscas en otro lugar?— Pregunto sin entender.

—Porque me pagan bien y necesito el dinero Will, el colegio y mi comida no se pagan solos, además como te mencioné antes, hasta no ser mayor de edad no me admiten en trabajos más serios— Respondió molesta.

—¿Cuánto tiempo debo estar aquí?— Pregunto aburrido.

—Hasta que hayas terminado tu trabajo, luego puedes irte, si queda tiempo deberé volver a bailar— Contesta cabizbaja.

—Nada de eso ¿Cuándo termina tu horario?— Digo serio.

—A las cinco, entienden que debo asistir al colegio a las siete— Levanta los hombros y me mira esperando una respuesta, yo pienso y se me ocurre una idea.

—Quítate la ropa— Le ordeno mientras me quito el pantalón, ella me ve sorprendida y yo ruedo los ojos —Tranquila, si entra alguien fingiremos— Informo y ella comienza a desvestirse.

   Nos acostamos en la cama y nos tapámos con las sábanas, sentir su cuerpo desnudo pegado al mío despierta a mi amigo pero intento controlarlo.

—Esto es extraño— Comenta Sara con una sonrisa.

—Al menos no soy un desconocido, no pienso hacer nada contigo...no por ahora— Bromeo guiñando un ojo.

—Eso significa que me tienes ganas— Sara ríe a carcajadas contagiándome.

   Unos pasos rápidos se oyen y nos miramos asustados, ella me da la espalda y destapa sus pechos.

—Van a entrar, rápido, finge, nos han oído riéndonos, esto no acabará bien si no nos ven teniendo sexo— Informa y obedezco.

—Debería salvarte más seguido Sara— Bromeo.

—¿¡Qué sucede aquí!?— Grita la persona que menos me hubiese gustado ver en esta situación.

—Papá, no es lo que tu crees— Intento explicarme empujando a Sara.