Carta 4

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2 de Enero, 2002

«El invierno llegó, al igual que el comienzo del año nuevo. Como siempre, estoy sola.

Mamá y Papá se fueron de viaje como todos los años. No quise ir, porque a diferencia de la última vez, no estás para ir conmigo.

Ayer Dakota me llevó a una fiesta, del grupo de Mike, ya sabes, los estúpidos que se burlan de todo el mundo para saciar su ego.

No me divertí, tampoco la pase bien, pero conocí a un chico. Hablamos toda la noche. Él me escuchó cuando le conté de ti. Me abrazó mientras te lloraba, su nombre era Tadeo.

Creo que contarle prácticamente a un extraño, como me sentía, fue bastante buena la experiencia. Tengo la sensación de que, me saque un peso de encima. Es como la sensación de poder haber dicho todo lo que pensaba, todo lo que me molestaba, todos mis sentimientos que juegan dentro de mi como bolas de fuego. Quemándome por dentro. Dejándome sin energía. Agotándome no solamente mentalmente, si no, físicamente también.

El psicólogo va bien o eso creo. El colegio igual que siempre, no soy el mejor promedio pero tampoco el peor. Si es que quieres saber de Dakota, está bien, como siempre, no sé si te acordas de Shane, el chico que conocimos en el cine. Empezaron a salir, nada serio por supuesto que ya la conocemos. Pero se ve feliz, más que yo, lo está.

Pensaba ir a Starbucks, tomar mi jugo de naranja mientras miro a la gente pasar, desde la ventana, capaz, hasta lleve algún un libro para leer. ¿Increíble no? ¿Imposible de creer que voy a ponerme a leer en un lugar que, no sea mi cuarto? Más te vale creerlo, porque va a pasar.

Mejor que, me vaya antes de que se largue a llover y llegué empapada a tomar mi rico jugo de naranja. Cada día te extraño cada vez más, no veo la hora de poder reencontrarnos.

Con cariño, Ariel»

Con cariño, Ariel»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora