Chapter 1: Arrive

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En la parte externa de la capital, cinco individuos sospechosos caminaban hacia el Castillo. Llevaban un manto con una capucha de color tierra con bordados dorados, se notaba que no eran de la ciudad. Eran los 5 aventureros venidos de la superficie.

10:34_Sub-Metropolis/Capitana_Uma

- ¿Ya hemos llegado? ¿Ya hemos llegado? - pregunta la Teniente Faith, mira que puede llegar a ser pesada - Por cierto, porque hemos tenido que ponernos "esto".

- Ah... - suspiro, ya estoy cansada de las preguntas de Faith - No entiendes que si no nos ponemos esto verán que somos humanos. ¿No entiendes lo que puede suponer eso? Esto es una misión secreta, no se la tenemos que revelar a na... ¿¡Faith!? – Giro mi cabeza y la veo, se está acercando a un puesto de frutas al lado del camino... y sin la capucha... ¡No se da cuenta de la gravedad de este asunto! ¡Si se dan cuenta puede que vayan en contra de su gobierno por dejar entrar a unos humanos, o peor, que se inicie una nueva guerra! ¡Eso significaría que habríamos fallado la misión! Estoy perdida en mis pensamientos cuando alguien me coge de la capa, un escalofrió recorre mi cuerpo. Me giro tan rápido como puedo y veo a Faith con una sonrisa deslumbrante, lleva una bolsa de frutas.

- ¡Mira! ¡He conseguido más comida! - dice mientras da un mordisco a una manzana.

¡No entiendo cómo puede estar tan tranquila, es que no entiende la gravedad de esto! Uma tranquilízate, por mucho enfado que te provoque esa carita alegre necesitas tranquilizarte, al fin y al cabo, ella es nueva en el cuerpo militar. Pero hay una cosa que no entiendo: según los informes los habitantes de aquí no son muy amables con los extranjeros, entonces, ¿Porque no ha cerrado el puesto o a llamado a los guardias? Bueno, puede que la dependienta fuera una buena persona y no quisiera dejar sin comer a una pobre chica o un despiste tal vez, da igual lo importante es la misión.

- La siguiente vez no te vayas por ahí sin permiso, ¿entendido? - al acabar de hablar alzo el puño en señal de advertencia y sigo mi ruta - ¡Venga! Si acabamos pronto tendréis el tiempo que quede para hacer lo que os plazca.

- ¿De verdad? - pregunta Egao con una sonrisa un poco maliciosa.

- Menos hacer bromas a otros... Si vuelve a pasar algo como lo de hoy... Te rebanaré el pescuezo - para que funcione la amenaza, le enseño una daga que tengo guardada.

- E-entendido - responde él, parece que no lo volverá a probar. ¡Bien!

- Capitana ¿Es ese el palacio al que debemos ir? - pregunta Koraki mientras mira al horizonte. Hay una niebla muy espesa que solo me deja ver un poco, por suerte se está disipando dejando al descubierto la estructura: un gran edificio construido con piedra tallada y parecido a un castillo de la época medieval lo contrario a la avanzada tecnología que tienen aquí.

- ¿N-no os pa-parece un poco grande? - pregunta preocupada Aylin.

- Haber... grande lo es un poco - responde Egao con su misma sonrisa de siempre.

- Y eso que más da. Solo tenemos que ir allí y ya está - dice Faith mientras acababa de comer la manzana.

- Mejor dejarnos de chácharas e ir directos a nuestro punto de reunión - asumí y empecé a avanzar hacia el castillo. Koraki enseguida se sumó a mí y tomo la misma ruta - ¡Venga lentos!

- ¡E-espere ca-capitana! -me grita Aylin.

Ella acompañada de los otros dos ya nos están siguiendo. Después de unos cuantos minutos caminando llegamos a las puertas del castillo.

- Vaya, sí que es grande este sitio - dice Egao con esa típica sonrisa que tanto odio.

Miro a todos, parecen impresionados por la estructura, aunque no sé por qué Faith parece extraña, sus ojos se están volviendo rojos, como si fuera a llorar, no entiendo el porqué.

- Faith - le pongo la mano en el hombro, a lo que reacciona con un pequeño salto, parece que le he asustado - ¿Estas llorando?

- Eh... - parece sorprendida porque me haya dado cuenta - La verdad es que sí.

- ¿Estas bien? - pregunta Koraki preocupado.

- Sí, solo que... ¡Es precioso!

- ¿Qué? - Preguntamos los 4 confundidos al unísono.

- ¡El castillo! La estructura, los materiales. ¡Es precioso!

Todos estamos confundidos.

- Eh... Es que soy muy fanática de todas estas cosas de tipo medieval - parece imposible que a una chica así le gusten este tipo de cosas, pero supongo que no es imposible.

- Nos has preocupado Faith - digo yo - será mejor que entremos ya, que se nos hace tarde.

- Entendido.

Nos dirigimos a tocar la puerta, en ese momento salen unos guardias.

- Vengan, el rey los está esperando.

Sin más preámbulos entramos y nos guían hacia la sala del trono, la sala está decorada con una gran alfombra que llega desde la puerta hasta los pies del trono del rey, al lado del trono hay otro más pequeño, supongo que ahí debía sentarse la reina antes. Toda la habitación está llena de columnas hechas de mármol y adornadas por detalles dorados y decoradas con flores de todo tipo y colores. Al entrar recibimos una cálida acogida del rey.

- Bienvenidos humanos - dice el rey sonriéndonos desde su trono, su apariencia me recuerda a la de un ser humano, pero tiene dos cuernos a ambos lados de la cabeza, semejantes a los de una cabra. Su pelo es de color blanco; sus ojos son de un color morado parecido al de las uvas; su nariz es parecida a un hocico; y sus labios son bastante finos, su piel es pálida como la nieve; viste una túnica roja y una armadura, en su mano lleva un cetro - mi nombre es Alfsen Esskind, soy el rey de los "dobutsu" - dice con una sonrisa - debéis estar cansados de la travesía, mis guardias os llevaran a vuestras habitaciones, aunque si no os importa me gustaría hablar con vuestra líder.

- Señor - me adelanto y le hago una reverencia - yo soy su líder, mi nombre es Uma Sicjust, es un placer conocerle.

- El placer es mío - me sonríe de nuevo, parece amable.

Me giro - Chicos nos veremos después.

- Adiós - se despiden los demás dejándome sola con el rey y unos cuantos guardias.

- Alteza - procedo a hablar - ¿para qué necesita hablar conmigo?

- Me parecía justo explicaros la situación de nuestro reino - dijo sonriendo - además no hace falta que sea tan formal conmigo, al fin y al cabo, somos seres vivos los dos, personas, ¿no?

- Entiendo, seño... quiero decir Alfsen. ¿Para qué nos necesita?

- Sobre eso...

Estoy intrigada por saber que pasa, que estará pasando para pedirnos ayuda.


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